Aquí la Introducción a la segunda parte del Libro de Ejercicios de UCDM
LECCIÓN 283
Mi verdadera identidad reside en Ti.
1. Padre, forjé una imagen de mí mismo y a eso es a lo que llamo el Hijo de Dios. 2 Mas la Creación sigue siendo tal como siempre fue, pues Tu Creación es inmutable. 3 No quiero rendirle culto a ningún ídolo. 4 Yo soy Aquel que mi Padre ama. 5 Mi santidad sigue siendo la luz del Cielo y el Amor de Dios. 6 ¿Cómo no va a estar a salvo lo que Tú amas? 7 ¿No es acaso infinita la luz del Cielo? 8 ¿No es Tu Hijo mi verdadera identidad, toda vez que Tú creaste todo cuanto existe?
2. Ahora todos somos uno en la Identidad que compartimos, ya que Dios nuestro Padre es nuestra única Fuente y todo lo creado forma parte de nosotros. 2 Y así, bendecimos todas las cosas y nos unimos amorosamente al mundo, el cual nuestro perdón ha hecho que sea uno con nosotros.
AUDIOS de la Lección 283 de CELEBRANDO EL MILAGRO
Lectura de la Lección 283
a través de Mariano Noé
Ocurrir de la Lección 283
a través de Martin Musarra
Lección 283 comentada por
Jorge Luis Álvarez Castañeda
LECCIÓN 283
Mi verdadera identidad reside en Ti.
Comentada por:
Jorge Luis Álvarez Castañeda
¡Que la paz sea con nosotros hoy!
Jesús, retoma el tema de la Identidad. El tema de mi verdadera identidad, el no saber quién soy es uno de mis principales problemas. Ayer, Jesús, enseñaba que mi naturaleza es amor y no miedo, como el Hijo de Dios, el Cristo, el Ser que soy. Dios, mi Padre me da el regalo de Su Amor, me da Su Ser. Quiere para mí la perfecta felicidad, la perfecta abundancia, la perfecta paz. Soy Su alegría. El regalo que le doy y, que Él espera, es que yo acepte, el regalo de Su Amor.
Nos dice Jesús:
”Padre, forjé una imagen de mí mismo y a eso es a lo que llamo el Hijo de Dios”.
Forjé una imagen de mí mismo basada en el cuerpo, desconociendo que no soy un cuerpo sino Espíritu. He creído que este personaje que he fabricado siguiendo al ego como maestro: carente, conflictivo, egoísta, lleno de miedo, que cree en el sacrificio y el dolor, dependiente, que cree que enferma y que muere…es el Hijo de Dios, es Cristo. Este personaje lo fabriqué cuando la mente colectiva, que creyó separarse de la perfecta Unidad de Dios y de Su perfecto Amor, proyectó este mundo y el cuerpo. Pero este personaje no es el Hijo de Dios, no es Cristo. En cada de una de las mentes que se creen separadas y han fabricado estos personajes existe el recuerdo de Dios, el Cristo. Sólo es cuestión de pedir la ayuda del Espíritu Santo y de Jesús, para poder verlo.
”Mas la Creación sigue siendo como siempre fue, pues Tu creación es inmutable”, nos dice Jesús.
A pesar de mi sueño de separación mi verdadera identidad no ha cambiado. Creí fabricar mi propio mundo particular montado sobre ilusiones para satisfacer mi deseo de ser especial, para sentirme diferente y mejor que mis hermanos, es decir, para sentirme separado de ellos. Pero, mi verdadera naturaleza de Cristo, de Hijo de Dios, no ha cambiado ni cambiará.
Continúa Jesús:
”No quiero rendirle culto a ningún ídolo. Yo soy Aquel que mi Padre ama. Mi santidad sigue siendo la luz del Cielo y el Amor de Dios. ¿Cómo no va estar a salvo lo que Tú amas? ¿No es acaso infinita la luz del Cielo? ¿No es Tu hijo mi verdadera identidad, toda vez que Tú creaste todo cuanto existe?”
He fabricado muchos ídolos para sustituir a Dios. La conciencia de mi santidad como Hijo de Dios, de que soy el Hijo que mi Padre ama, de que soy abundante y pleno, es lo que debe guiar mi mente.
Finalmente nos dice Jesús:
”Ahora todos somos uno en la Identidad que compartimos, ya que Dios nuestro Padre es nuestra única Fuente, y todo lo creado forma parte de nosotros. Y así, bendecimos todas las cosas y nos unimos amorosamente al mundo, el cual nuestro perdón ha hecho que sea uno con nosotros”.
Con todos mis hermanos hago parte de la Filiación, estoy unido a ellos. Ellos hacen parte de mí. Estamos unidos en la misma mente cuya Fuente es Dios. Hoy se trata de no hacerle caso al ego sino de reconocer mi verdadera identidad como Hijo de Dios y ofrecerle bendiciones de paz y amor a mis hermanos.
Con relación al tema del Espíritu Santo
Jesús nos dice en el tema especial 7.¿Qué es el Espíritu Santo?:
”A través del puente que Él tiende se llevan todos los sueños ante la verdad para que la Luz del Conocimiento los disipe. Allí los sonidos y las imágenes se descartan para siempre. Y donde antes se percibían, el perdón ha hecho posible el tranquilo final de la percepción”.
El puente es el símbolo que Jesús utiliza para enseñarnos el papel del Espíritu Santo en el proceso de cambio de la percepción al Conocimiento. En la percepción hay separación, hay un sujeto y un objeto, hay formas y comparaciones. En el Conocimiento hay la Unidad, hay la certeza de Dios.
Se trata de llevarle todas nuestras ilusiones, todos nuestros conflictos, todos nuestros secretos al Espíritu Santo para que Él los transforme de pensamientos no amorosos en pensamientos amorosos. El Espíritu Santo no sabe nuestros sueños, nuestros problemas. Se trata de que tratemos de encontrar sus causas y se las entreguemos para que Él las transforme. Esa es la pequeña dosis de buena voluntad que nos pide Jesús. Esa es nuestra responsabilidad con el cambio. Pero si vamos a pedir la ayuda del Espíritu Santo y de Jesús, tenemos que hacerle una ofrenda: la ofrenda de las azucenas de nuestro perdón. Recordemos lo que nos decía Jesús en la lección 256 Dios es mi único objetivo hoy:
“La manera de llegar a Dios aquí es mediante el perdón. No hay otra forma”.
Proceso de práctica de la lección
Tener momentos con Dios por la mañana y por noche
Momentos en los cuales se tenga una experiencia con la verdad, es decir, con el reconocimiento de que somos Hijos de Dios, mientras ello nos haga felices. El tiempo utilizado será el que se considere necesario para lograr el objetivo. Podría ser media hora o más. Estos momentos buscan que tengamos o nos acerquemos a tener instantes santos permanentes. . Perdonamos, con la Ayuda de Dios, lo que nos esté quitando la paz.
Se invoca a Dios. En lugar de palabras sólo necesitamos sentir Su Amor.
Se pide la guía del Espíritu Santo y de Jesús.
Se lee despacio los temas especiales que acompañan la lección del día. Se reflexiona sobre ellos. Luego, se lee la lección del día.
En tu meditación intenta entrar en contacto con esa parte de tu mente donde hay paz y amor, tranquilidad, alegría. Es tu mente recta, donde está Cristo, tu Ser.
Mantén la mente quieta, sin palabras, y te olvidas de todo lo que habías creído saber y entender, y te quedas sólo con la sensación y certeza de que estás con Dios.
Espera a Dios. Él llegará y te dará un mensaje de amor y de paz. Pero, esto requiere nuestra disposición a escucharlo tal como lo ha enseñado Jesús en la lección 71:
”Él responderá en la misma medida que tú estés dispuesto a oír Su Voz. No te niegues a oírla. El solo hecho de que estés llevando a cabo los ejercicios demuestra que en cierto modo estás dispuesto a escuchar. Esto es suficiente para que seas acreedor a Su respuesta”. (L-71. 9:7-10)
Recordatorios cada hora.
Cada hora recordaremos a Dios.
Invocamos Su Nombre. Recordaremos la lección del día y siempre que nos sintamos tentados a olvidarnos de nuestro objetivo. También perdonaremos con Dios los pensamientos no amorosos que hayamos tenido en esa hora. Pueden ser 2 o tres minutos con los ojos cerrados.
Recuerda que mientras lo haces Cristo permanece a tu lado dándote fortaleza. Luego, siente la quietud y silencio y espera a Dios.
Recordatorios frecuentes de la lección entre horas.
Ayudan en el entrenamiento de tener siempre presente a Dios. Invocamos a Dios.
Respuesta a la tentación.
Invocamos el Nombre de Dios y repetimos la idea del día cuando sintamos que nos estamos olvidando del objetivo de la lección, sintamos que estamos perdiendo nuestra paz y necesitemos perdonar.
Les deseo muchas experiencias con esta lección que contribuyan a su paz interior y a tener una experiencia directa de la verdad con miras a abandonar el mundo del dolor y adentrarse en la paz. Siempre pidiendo la ayuda del Espíritu Santo y de Jesús. Y, sin olvidarse de reír porque la Voluntad de Dios, para nosotros, es que tengamos perfecta felicidad.
Muchas, muchísimas, bendiciones.
LECCIÓN 283
"Mi verdadera identidad reside en Ti."
Comentada por:
Oscar Gómez Díez
La pedagogía del Curso suele trabajar algunas lecciones como pares de opuestos. En la lección de ayer negábamos el miedo para afirmar el amor. Decíamos que no le tenemos miedo al amor, que es lo mismo que decir, que no le tenemos miedo a Dios. Hoy decimos, que nuestra verdadera identidad reside en Ti, o sea, nuestra verdadera identidad reside en Dios, nuestra verdadera identidad reside en el amor, pues somos hijos del Amor.
Precisemos un poco el concepto de identidad, con el propósito de entender el alcance que el Curso nos propone hoy:
"La identidad es el conjunto de los rasgos propios de un individuo o de una comunidad. Estos rasgos caracterizan al sujeto o a la colectividad frente a los demás." Hay muchos tipos de identidad: ideológica o política, religiosa, identidad sexual, identidad nacional, identidad cultural, etc.
"La identidad también es la conciencia que una persona tiene respecto de sí misma y que la convierte en alguien distinto a los demás." es esta última definición la que más se aproxima a la que nos quiere enseñar el Curso. La identidad como consciencia de sí mismo.
En nuestra vida cotidiana tendemos a asumir más la identidad de nuestro ego, que nuestra verdadera identidad como Hijos de Dios. Día a día nos identificamos con nuestro cuerpo, nuestros roles sociales, familiares, económicos o profesionales, nuestra identidad de género y sexual, o la identidad nacional o racial.
Nuestra Identidad espiritual queda relegada a un segundo plano, y eso cuando la pensamos, pero en términos generales no es la brújula que dirige nuestras vidas. Para la mayoría de las personas, incluso para los estudiantes de Un Curso de Milagros en sus primeras fases de formación, una cosa es comprender nuestra identidad espiritual, que de por sí es un paso importante, y otro muy distinto, es asumirla, sentirla, y dejar que esa identidad gobierne nuestras vidas. De ahí la importancia de la práctica del perdón y las meditaciones diarias que debemos realizar.
ORACIÓN DEL DIA:
"Padre, forjé una imagen de mí mismo y a eso es a lo que llamo el Hijo de Dios. Mas la Creación sigue siendo tal como siempre fue, pues Tu Creación es inmutable. No quiero rendirle culto a ningún ídolo. Yo soy Aquel que mi Padre ama. Mi santidad sigue siendo la luz del Cielo y el Amor de Dios. ¿Cómo no va a estar a salvo lo que Tú amas? ¿No es acaso infinita la luz del Cielo? ¿No es Tu Hijo mi verdadera identidad, toda vez que Tú creaste todo cuanto existe?"
En una primera fase de nuestro aprendizaje, es posible que nos proclamemos como hijos de Dios, pero en nuestra interacción diaria, quizás juzguemos y condenemos a quienes tengan posturas políticas o religiosas diferentes a la nuestra. O, miremos con desprecio o cierta superioridad a personas de otras razas o países. O, tengamos comentarios sexuales o machistas que ahondan las diferencias de género. O, nuestras prácticas profesionales o comerciales no sean éticas o amorosas. Así que afirmar mi identidad como el Hijo de Dios, es un paso importante en nuestro aprendizaje, pero si no va acompañado de una permanente práctica de perdón, no lograremos la coherencia, entre nuestro propósito de sanación y salvación, y las conductas cotidianas, de nuestra vida diaria. Quizás todavía no nos gobierne el amor plenamente, pero no debemos sentirnos culpable por ello, simplemente nos perdonamos, y permanecemos alertas a favor del amor y el perdón. Hasta que llegue el día, que el amor gobierne nuestras vidas.
"Ahora todos somos uno en la Identidad que compartimos, ya que Dios nuestro Padre es nuestra única Fuente y todo lo creado forma parte de nosotros." cuando dejamos de juzgar, y cuando dejamos de compararnos con los demás, y en vez de verlos como nuestros enemigos o competidores, comenzamos a percibirlos como nuestros hermanos, damos otro paso importante, comenzamos a generar una identidad colectiva como hijos de Dios, nos consideramos parte de la Filiación. "Y así, bendecimos todas las cosas y nos unimos amorosamente al mundo, el cual nuestro perdón ha hecho que sea uno con nosotros."
Mi verdadera identidad reside en Ti, Padre, solo en ti, pues mi verdadera identidad es Amor y solo Amor.
PRACTICA:
Repasa el tema especial de esta sección, titulado "7. ¿Qué es el Espíritu Santo?" Trate de leer y repetir cuantas veces puedas la idea y la oración del día, y si logras memorizarlas mucho mejor, hazla tuya, pues es la manera como buscaremos comunicarnos con Dios todos los días; luego guardamos silencio para escuchar Su amorosa respuesta, tal como nos lo dice Jesús a continuación:
"Y ahora aguardamos silenciosamente. Dios está aquí porque esperamos juntos. Estoy seguro de que Él te hablará y de que tú le oirás. Acepta mi confianza, pues es la tuya. Nuestras mentes están unidas. Esperamos con un solo propósito: oír la respuesta de nuestro Padre a nuestra llamada, dejar que nuestros pensamientos se aquieten y encontrar Su paz, para oírle hablar de lo que nosotros somos y para que Él Se revele a Su Hijo." (L- 221.2:1-6)
No te olvides de realizar tus meditaciones cada mañana y cada noche, si puedes dedicarle media hora o más seria excelente, lo mismo que los recordatorios cada hora, y de responder a toda tentación con la idea del día, pero sobre todo que sea una práctica gratificante, pues ahora el tiempo pasa a un segundo plano. Cuando estamos con Dios el tiempo no existe pues estamos con el Señor de la eternidad. Los momentos que le dedicamos a Dios son instantes santos que nos dedicamos a nosotros mismos, a nuestro amor, nuestra paz y nuestra felicidad.
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