Índice de la Lección 12
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LECCIÓN 12
Estoy disgustado porque veo un mundo que no tiene significado.
1. La importancia de esta idea radica en el hecho de que contiene la corrección de una importante distorsión perceptual. ²Piensas que lo que te disgusta es un mundo aterrador o un mundo triste; un mundo violento o un mundo demente. ³Todos esos atributos se los otorgas tú. ⁴El mundo de por sí no tiene significado.
2. Estos ejercicios deben hacerse con los ojos abiertos. ²Mira a tu alrededor, está vez muy lentamente. ³Trata de seguir un ritmo tal, que el lento pasar de tu mirada de una cosa a otra sea a intervalos de tiempo bastante similares. ⁴No permitas que el lapso de tiempo empleado para pasar de una cosa a otra sea ostensiblemente más corto o más largo; trata, en cambio, de mantener un compás medido y parejo a lo largo de todo el ejercicio. ⁵Lo que veas no importa. ⁶Te enseñas esto a medida que le prestas la misma atención y le dedicas el mismo tiempo a cualquier cosa sobre la que tu mirada se pose. ⁷Éste es uno de los pasos iniciales en el proceso de aprender a conferirles a todas las cosas el mismo valor.
3. A medida que mires a tu alrededor, di para tus adentros:
²Creo ver un mundo temible, un mundo hostil, un mundo peligroso, un mundo triste, un mundo perverso, un mundo enloquecido,
y así sucesivamente, usando cualquier término descriptivo que se te ocurra. ³Si se te ocurren términos que parecen ser positivos en vez de negativos, inclúyelos también. ⁴Podrías pensar, por ejemplo, en "un mundo bueno" o en "un mundo agradable". ⁵Si se te ocurren términos de esa índole úsalos junto con los demás. ⁶Es posible que aún no entiendas por qué esos adjetivos "buenos" forman parte de estos ejercicios, pero recuerda que un "mundo bueno" implica uno "malo ; y uno "agradable" implica uno "desagradable" . ⁷Todos los términos que te vengan a la mente son adecuados para los ejercicios de hoy. ⁸Su aparente valor no importa.
4. Asegúrate, al aplicar la idea de hoy, de no alterar la duración de los intervalos de tiempo entre lo que piensas que es agradable y lo que piensas que es desagradable. ²Para los efectos de estos ejercicios, no hay diferencia alguna entre una cosa y otra. ³Al final de la sesión de práctica, añade:
⁴Pero estoy disgustado porque veo un mundo que no tiene significado.
5. Lo que carece de significado no es ni bueno ni malo. ²¿Por qué, entonces, habría de disgustarte un mundo que no tiene significado? ³Si pudieses aceptar al mundo como algo que carece de significado y dejar que en lugar de lo que tú crees la verdad se escribiese en él por ti, ello te llenaría de una felicidad indescriptible. ⁴Pero precisamente porque carece de significado te sientes impulsado a escribir en él lo que tú quisieras que fuese. ⁵Eso es lo que ves en él. ⁶Eso es lo que en verdad no tiene significado. ⁷Bajo tus palabras está escrita la Palabra de Dios. ⁸La verdad te disgusta ahora, pero cuando tus palabras hayan sido borradas, verás la Suya. ⁹Ese es, en última instancia, el propósito de estos ejercicios.
6. Tres o cuatro sesiones de práctica con la idea de hoy serán suficientes. ²Dichas sesiones no deben pasar de un minuto. ³Es posible que incluso un minuto te resulte demasiado largo. ⁴Suspende los ejercicios en el momento en que experimentes cualquier tensión.
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AUDIOS DE LA LECCIÓN 12
A través de Blanca Nivia Morales Contreras.
a través de Martin Musarra
A través de Jorge Pellicer.
A través de David Hoffmeister
VIDEOS DE LA LECCIÓN 12
Video 1: Lectura de la Lección 12
Video 2: Comentada por Jorge Luis Álvarez Castañeda
Video 3: Ocurrir de la Lección 12
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LECCIÓN 12 Comentada por Jorge Luis Álvarez Castañeda
Estoy disgustado porque veo un mundo que no tiene significado.
¡Que la paz sea con nosotros hoy!
Veo un mundo sin significado porque mis pensamientos no tienen significado, como vimos en la lección de ayer y, esto, me causa disgusto. El mundo que veo es efecto de mis proyecciones.
En esta lección se retoma lo enseñado en la lección 5 Nunca estoy disgustado por la razón que creo y en la lección 6 Estoy disgustado porque veo algo que no está ahí.
Nos dice Jesús en la lección:
”La importancia de esta idea radica en el hecho de que contiene la corrección de una importante distorsión perceptual. Piensas que lo que te disgusta es un mundo aterrador o un mundo triste; un mundo violento o un mundo demente. Todos esos atributos se los otorgas tú. El mundo de por sí no tiene significado”.El mundo, al igual que el cuerpo, es una proyección de la mente colectiva que se creyó separada de Dios. Lo cual es imposible. Nunca nos hemos separado de Dios. Otra cosa es que lo creemos y esto es lo que hace que el mundo no tenga significado para nosotros. Al creernos separados de Dios caemos, bajo el sistema de pensamiento del ego que hace que nuestros pensamientos no tengan significado porque no vemos sino pecado o separación, culpa y miedo y eso es lo que proyectamos afuera: por eso el mundo que vemos nos parece aterrador, triste, violento, demente, como dice Jesús.
Continúa Jesús:
”Estos ejercicios deben hacerse con los ojos abiertos. Mira a tu alrededor, esta vez muy lentamente. Trata de seguir un ritmo tal, que el lento pasar de tu mirada de una cosa a otra sea a intervalos de tiempo bastante similares. No permitas que el lapso de tiempo empleado para pasar de una cosa a otra sea ostensiblemente más corto o más largo; trata, en cambio, de mantener un compás medido y parejo a lo largo de todo el ejercicio. Lo que veas no importa. Te enseñas esto a medida que le prestas la misma atención y le dedicas el mismo tiempo a cualquier cosa sobre la que tu mirada se pose. Éste es uno de los pasos iniciales en el proceso de aprender a conferirles a todas las cosas el mismo valor”.Jesús, quiere que aprendamos que todas las cosas en este mundo indican separación y que todos los problemas que creemos tener se relacionan con ella. Por eso, todas las cosas tienen el mismo valor. Pero este mundo, puede convertirse en un salón de clase para aprender el amor a Dios y a nuestros hermanos, si seguimos la guía del Espíritu Santo. El mundo, al igual que cuerpo, es neutro. El verlo como un mundo con o sin significado, depende del maestro que elija para verlo: el Espíritu Santo o el ego.
Continúa Jesús:
“A medida que mires a tu alrededor, di para tus adentros:
Creo ver un mundo temible, un mundo hostil, un mundo peligroso, un mundo triste, un mundo perverso, un mundo enloquecido,
y así sucesivamente, usando cualquier término descriptivo que se te ocurra. Si se te ocurren términos que parecen ser positivos en vez de negativos, inclúyelos también. Podrías pensar, por ejemplo, en "un mundo bueno" o en "un mundo agradable". Si se te ocurren términos de esa índole úsalos junto con los demás. Es posible que aún no entiendas por qué esos adjetivos "buenos" forman parte de estos ejercicios, pero recuerda que un "mundo bueno" implica uno "malo", y uno "agradable" implica uno "desagradable. Todos los términos que te vengan a la mente son adecuados para los ejercicios de hoy. Su aparente valor no importa”.Jesús, quiere que no hagamos diferencia entre lo que consideramos “agradable” o “desagradable”, “bueno”, “malo” porque todos hacen parte del mundo de la dualidad que surge con la creencia en la separación de Dios. Con dicha creencia surge la percepción que requiere un sujeto que percibe y un objeto al que se percibe, surgen las polaridades con las cuales hacemos comparaciones – alto, bajo; grande, pequeño; obscuridad, luz; agradable, desagradable, etc. – y los juicios con los cuales reforzamos los pilares del ego del pecado o separación, la culpa y el miedo. En el mundo de Dios no hay separación. Existe la perfecta Unidad de Dios con Sus creaciones. Es el mundo del Cielo, del conocimiento, de la no-dualidad en el cual no existe la percepción. Jesús, nos está ayudando a entender, poco a poco, estos conceptos metafísicos, pero necesitamos confiar en lo que nos pide de no hacer diferencias entre lo que consideramos “bueno” o “malo”.
Continúa diciéndonos Jesús:
”Al aplicar la idea de hoy, asegúrate de no alterar la duración de los intervalos de tiempo entre lo que piensas que es agradable y lo que piensas que es desagradable. Para los efectos de estos ejercicios, no hay diferencia alguna entre una cosa y otra. Al final de la sesión de práctica, añade:”Pero estoy disgustado porque veo un mundo que no tiene significado”.
Jesús, quiere enseñarnos que todo lo que vemos desde la percepción expresa lo mismo: separación y la separación, necesariamente, implica disgusto, malestar, conflicto.
Nos dice Jesús:
”Lo que carece de significado no es ni bueno ni malo. ¿Por qué, entonces, habría de disgustarte un mundo que no tiene significado? Si pudieras aceptar al mundo como algo que carece de significado y dejar que en lugar de lo que tú crees la verdad se escribiese en él por ti, ello te llenaría de una felicidad indescriptible. Pero precisamente porque carece de significado [el mundo] te sientes impulsado a escribir en él lo que tú quisieras que fuese. Eso es lo que ves en él. Eso es lo que en verdad no tiene significado. Bajo tus palabras está escrita la Palabra de Dios. La verdad te disgusta ahora, pero cuando tus palabras hayan sido borradas, verás la Suya. Ése es, en última instancia, el propósito de estos ejercicios”.Estamos aprendiendo que este mundo es una ilusión, es un mundo sin significado, lo cual nos genera disgusto. Este no es el mundo real, el estado mental de felicidad y alegría al que nos encaminamos con la ayuda del Espíritu Santo y de Jesús, mediante el perdón y donde dejamos de proyectar culpa y miedo y nos sentimos unidos a nuestros hermanos y a Dios. Para allá van estas lecciones. Se trata de persistir y de no cederle al ego. Jesús, nos asegura que, bajo las palabras con las cuales yo trato de darle mi propio significado a un mundo que no tiene significado, se encuentra escrita la Palabra de Dios. Hay un pasaje muy hermoso en el tema especial de la salvación en la segunda parte de las lecciones donde Jesús nos describe el altar que todos tenemos en nuestra mente, altar al cual todos podemos acceder cuando perdonamos con la ayuda del Espíritu Santo y de Jesús y dejamos atrás todos los resentimientos y conflictos del ego:
”Y lo que ocultaban queda ahora revelado: un altar al santo Nombre de Dios donde Su Palabra está escrita, con las ofrendas de tu perdón depositadas ante él, y tras ellas, no mucho más allá, el recuerdo de Dios”. (PII.2.3:4)
Finalmente nos dice Jesús:
”Tres o cuatro sesiones de práctica con la idea de hoy serán suficientes. Dichas sesiones no deben pasar de un minuto. Es posible que incluso un minuto te resulte demasiado largo. Suspende los ejercicios en el momento en que experimentes cualquier tensión”.Proceso de práctica de la lección
Objetivo
Aprender que lo que me disgusta del mundo no proviene del mundo sino de mis propias interpretaciones pues el mundo, en sí mismo, no tiene significado.
Ejercicio
Realizarlo tres o cuatro veces con una duración de un minuto. Puedes parar si un minuto te resulta demasiado largo.Estos ejercicios se hacen con los ojos abiertos. Lentamente miras a tu alrededor con un mismo intervalo de tiempo cuando se miran las cosas.
Mientras miras dices:
”Creo ver un mundo temible, un mundo peligroso, un mundo hostil,”y así sucesivamente agregando términos descriptivos tanto los considerados positivos como los negativos, “buenos” o “malos”, etc. Es claro que este no es el mundo que Dios quiere que vea.
Al final añade:
”Pero estoy disgustado porque veo un mundo que no tiene significado”.Observaciones
Darte cuenta de mirar las cosas a intervalos regulares. Se le dedica la misma cantidad de tiempo a cada una. Jesús, quiere enseñarnos que todas las cosas son iguales en cuanto carecen de significado.
Les deseo muchas experiencias con esta lección que contribuyan a su paz interior. Hagamos la lección siempre en compañía del Espíritu Santo y de Jesús, sin olvidarnos de reír.
Muchas, muchísimas, bendiciones.
Jorge Luis Álvarez Castañeda
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Lección 12 Comentada por Kenneth Wapnick
Estoy disgustado porque veo un mundo que no tiene significado.
"Las Lecciones 5 y 6 declararon que "Nunca estoy disgustado por la razón que creo" y "Estoy disgustado porque veo algo que no está ahí". Esta lección amplía estas ideas. Por lo tanto, "estoy disgustado porque veo un mundo que no tiene significado". Ahora Jesús explica por qué esa declaración es verdadera:
(1) «La importancia de esta idea radica en el hecho de que contiene la corrección de una importante distorsión perceptual. Piensas que lo que te disgusta es un mundo aterrador o un mundo triste; un mundo violento o un mundo demente. Todos esos atributos se los otorgas tú. El mundo de por sí no tiene significado.»
Percibimos violencia, hostilidad, locura y un sinnúmero de otras condiciones. Jesús NO está negando lo que percibimos. Simplemente está diciendo que lo que percibimos NO es real. Sin embargo, no está diciendo que debemos negar nuestras experiencias (ver, por ejemplo, T-2.IV.3: 8-11). Más bien, nos está ayudando a darnos cuenta de dónde provienen las experiencias. Si estoy molesto, no es por lo que alguien o algo en el mundo me ha hecho, como también se nos enseña más adelante en la Lección 31: "No soy víctima del mundo que veo". Este es un tema central en Un Curso de Milagros: el mundo en sí no tiene significado porque proviene de un pensamiento carente de significado. El pensamiento sin significado es que puedo estar separado de Dios; de hecho, no solo «puedo» estar separado, sino que «me encuentro» separado. No tiene significado porque el pensamiento es una defensa contra lo único que tiene significado: Dios y su creación unificada. Por lo tanto, cuando crees que puedes separarte de lo único que tiene significado, todo se vuelve inevitablemente carente de significado.
(2:1-2) «Estos ejercicios deben hacerse con los ojos abiertos. Mira a tu alrededor, esta vez muy lentamente.»
Jesús vuelve a hacer que nos enfoquemos en lo que vemos, habiéndonos enseñado que no hay ninguna diferencia entre lo que vemos y lo que pensamos. Date cuenta en lo siguiente el enfoque en que todas las ilusiones son iguales y por lo tanto igualmente ilusorias:
(2:3-7) «Trata de seguir un ritmo tal, que el lento pasar de tu mirada de una cosa a otra sea a intervalos de tiempo bastante similares. No permitas que el lapso de tiempo empleado para pasar de una cosa a otra sea ostensiblemente más corto o más largo; trata, en cambio, de mantener un compás medido y parejo a lo largo de todo el ejercicio. Lo que veas no importa. Te enseñas esto a medida que le prestas la misma atención y le dedicas el mismo tiempo a cualquier cosa sobre la que tu mirada se pose. Éste es uno de los pasos iniciales en el proceso de aprender a conferirles a todas las cosas el mismo valor.»
Al presentar la Lección 1, comenté brevemente la primera ley del caos del ego - hay una jerarquía de ilusiones, lo que significa que hay ciertas cosas y personas que son más importantes que otras. Será difícil romper ese hábito fuertemente arraigado de hacer distinciones al practicar esta idea de que "estoy disgustado porque veo un mundo que no tiene significado". Jesús quiere que entendamos que todo es igualmente carente de significado, porque todo proviene del mismo pensamiento carente de significado.
Todo lo que vemos en el universo del tiempo y el espacio, incluidos nosotros mismos, es nada más y nada menos que un fragmento del pensamiento original que podríamos estar, y estamos, separados de Dios. Cada fragmento conserva las características de ese pensamiento original, una “diminuta y alocada idea, de la que el Hijo de Dios olvidó reírse” (T-27.VIII.6: 2). Nuestra necesidad es recordar reírnos de ello por su falta de significado, no porque sea gracioso en el sentido habitual de la palabra. Nos reímos con una sonrisa amable que dice que no significa nada porque es una imposibilidad. Para usar una imagen familiar, era como si un enorme panel de vidrio se cayera, rompiéndose en miles y miles de millones de fragmentos. Cada fragmento conserva las características del panel original; cada uno tiene la composición química del vidrio, por ejemplo. Cada uno de nosotros, así como todo en el mundo, no es sino uno de estos fragmentos - todos carentes de significado porque provienen de un pensamiento sin significado.
La razón por la que me encuentro molesto, entonces, es que el mundo da testimonio del hecho aparente de que tengo razón acerca del mundo. Ya que creo que existo en un mundo que está ahí fuera, este mundo me recuerda el pensamiento original que lo originó, por no hablar de mi existencia individual: destruí el Cielo y asesiné a Dios. Esto es extremadamente perturbador porque creo que Dios ahora volverá a castigarme por lo que hice. Este concepto será desarrollado en las próximas dos lecciones.
Nuevamente, Jesús no te pide, como su estudiante que se encuentra haciendo las lecciones del libro de ejercicios, que entiendas todas las implicaciones de estas declaraciones. Tal comprensión proviene del estudio del texto. Pero él quiere que comiences la práctica de no tomarte tus percepciones tan en serio.
En el siguiente párrafo, Jesús nos pide que incluyamos términos en el ejercicio que sean tanto positivos como negativos:
(3:1-6) «A medida que mires a tu alrededor, di para tus adentros: Creo ver un mundo temible, un mundo hostil, un mundo peligroso, un mundo triste, un mundo perverso, un mundo enloquecido, y así sucesivamente, usando cualquier término descriptivo que se te ocurra. Si se te ocurren términos que parecen ser positivos en vez de negativos, inclúyelos también. Podrías pensar, por ejemplo, en "un mundo bueno" o en "un mundo agradable". Si se te ocurren términos de esa índole úsalos junto con los demás. Es posible que aún no entiendas por qué esos adjetivos "buenos" forman parte de estos ejercicios, pero recuerda que un "mundo bueno" implica uno "malo", y uno "agradable" implica uno "desagradable".»
Lo que está implícito aquí sin que se discuta específicamente es que los contrastes y los opuestos nos arraigan sólidamente en el mundo del pensamiento dualista. El texto define al Cielo como una "conciencia de la perfecta unicidad", en la cual no hay dualidad (T-18.VI.1: 6). Por lo tanto, no existe bueno y malo en el Cielo - únicamente Dios. Aprender a reconocer esto es una parte importante de nuestro entrenamiento. (3:7-8) «Todos los términos que te vengan a la mente son adecuados para los ejercicios de hoy. Su aparente valor no importa.»
En otras palabras, no importa si los términos son importantes o sagrados; todo en el mundo proviene del pensamiento ilusorio; una ilusión es una ilusión es una ilusión.
(4) «Asegúrate, al aplicar la idea de hoy, de no alterar la duración de los intervalos de tiempo entre lo que piensas que es agradable y lo que piensas que es desagradable. Para los efectos de estos ejercicios, no hay diferencia alguna entre una cosa y otra. Al final de la sesión de práctica, añade: Pero estoy disgustado porque veo un mundo que no tiene significado.»
Este punto importante acerca de que no existe una distinción real entre lo placentero y lo desagradable se hace eco de la discusión en "Los obstáculos a la paz", donde Jesús afirma dos veces que el placer y el dolor son lo mismo (T-19.IV-A.17: 10-12; IV-B.12). Esta distinción fuese cierta únicamente si «hubiera» una jerarquía de ilusiones. Lenta e inevitablemente se nos está enseñando que «no» la hay.
(5:1) «Lo que carece de significado no es ni bueno ni malo.»
Cuando dices que algo es bueno o malo, obviamente le estás asignando un valor. Al comienzo del Capítulo 24, Jesús dice que “aprender este curso requiere que estés dispuesto a cuestionar cada uno de los valores que abrigas.” (T-24.in.2: 1). La misma idea se afirma aquí, aunque más sencillamente. Habiendo asignado un valor a algo, estoy diciendo que tiene significado. Si tiene significado, debo creer que proviene de un pensamiento que tiene significado, porque lo que percibo afuera sólo puede provenir de un pensamiento que está dentro. ¿Cuál es, entonces, el pensamiento que "tiene significado"? Es que las distinciones son válidas, la dualidad es real, y hay un valor en estimar una cosa sobre otra. El núcleo de ese pensamiento es que valoro mi identidad individual por encima de la unicidad de Cristo; mi vida y mi mundo por encima del Cielo. Si esto es así, las distinciones se vuelven importantes porque me establecen como un ser dualista en un mundo dualista. Ese, entonces, es el mundo que percibo e insisto obstinadamente que es real.
(5:2) « ¿Por qué, entonces, habría de disgustarte un mundo que no tiene significado?»
Si te encuentras afectado por cualquier cosa en el mundo, obviamente crees que este no es un lugar sin significado. Estás inclinado a creer de esta forma a causa de que piensas que «tú» tienes significado. Para el ego, lo que es significativo es lo que alimenta nuestro especialismo; lo que no tiene significado es cualquier cosa que sea irrelevante a este fin. Por lo tanto, el ego nos dice que debemos enfocarnos en lo que sirve a nuestras necesidades especiales. La próxima lección explicará por qué un mundo sin significado engendra los disgustos.
(5:3) «Si pudieses aceptar al mundo como algo que carece de significado y dejar que en lugar de lo que tú crees la verdad se escribiese en él por ti, ello te llenaría de una felicidad indescriptible.»
Si aceptáramos el mundo como algo carente de significado, estaríamos diciendo: "Mi mente está en blanco". Eso permitiría que el principio de Expiación del Espíritu Santo resplandezca y que el amor de Jesús se convierta en nuestra única realidad. Esa es la verdad, que nos haría "indescriptiblemente felices". Ya que este es un ser que ya no se identifica con el sistema de pensamiento de separación y culpa, lo que nos hace indescriptiblemente felices es finalmente darnos cuenta de que estábamos equivocados y de que Jesús estaba en lo cierto. Sin embargo, mientras nos identifiquemos con un yo separado y especial, temeremos la verdad de que todo esto es un sueño. Por lo tanto, continuamente estamos eligiendo «no» ser indescriptiblemente felices, porque para citar la conocida línea, preferimos tener la razón que ser felices (T-29.VII.1: 9). Sin duda, el pensamiento de la no existencia no parece ser muy productor de felicidad, por decir lo menos. Es por eso que Jesús continuamente nos insta a dar “pequeños pasos” (W-pI.193.13: 7); de lo contrario, nuestro miedo a ser "elevados y arrojados abruptamente a la realidad" (T-16.VI.8: 1) sería demasiado abrumador. Los felices y gentiles sueños del perdón son la transición de nuestra pesadilla del mundo el ego al despertar en Dios (T-27.VII.13: 4-5).
(5:4-6) «Pero precisamente porque carece de significado [el mundo] te sientes impulsado a escribir en él lo que tú quisieras que fuese. Eso es lo que ves en él. Eso es lo que en verdad no tiene significado.»
Debido a que el mundo no tiene significado en sí mismo, tengo que otorgarle un significado. Del mismo modo, como el mundo no es nada y «yo» no soy nada, tengo que pretender que soy algo. De hecho, todos pensamos que somos algo - no importa si es maravilloso o completamente catastrófico. Al ego le tiene sin cuidado la forma en la que el juego del especialismo se desarrolle, no importa si somos un enviado de Dios o de Satán, siempre y cuando seamos un enviado especial. La única cosa que no deseamos es ser nada. Cerca del final de "El anticristo", Jesús dice que el ego siempre desea más de algo; no importa si se trata de más placer o de más dolor, simplemente desea más (T-29.VIII.8: 6- 12). Nos aterra la posibilidad de que no existamos. Esto debe repetirse con frecuencia, ya que es el supuesto subyacente de estas lecciones, por no mencionar Un Curso de Milagros en sí. Este pensamiento es la fuente de la resistencia al Curso en general, y al libro de ejercicios específicamente. Tengo que pretender que existo, así que rápidamente invento un sistema de pensamiento que luego proyecto, fabricando así un mundo - tanto cósmicamente (ya que todos somos parte del Hijo uno de Dios) como individualmente. El punto es que siempre buscamos imponer un significado, porque de lo contrario nos veremos confrontados por la falta de significado inherente de nuestro pensamiento, por no mencionar nuestro yo separado. Esto tiene lugar en el nivel metafísico de la mente, donde se establece como una cuestión de «existencia» o de «ser», como se discutió anteriormente. Sin embargo, en el nivel de nuestra experiencia personal, como cuerpos que viven en el mundo, tememos perder nuestros problemas y resentimientos - todos los cuales establecen el yo que creemos ser, a lo que el final del texto se refiere como nuestra cara de la inocencia. (T-31.V.1-3).
El verdadero temor, como veremos en la próxima lección, es que si no impongo «mi» significado en el mundo, Jesús impondrá el «suyo». Por lo tanto, tengo que hacer algo para evitar esto. Esto ayuda a explicar por qué estar realmente sosegados tiende a hacernos sentir ansiosos, y por qué experimentamos dificultades para meditar u orar: si nos aquietamos, Jesús llegará primero: “El recuerdo de Dios aflora en la mente que está serena.” (T-23.I.1:1) - y si lo hace, nuestro ego está fuera del negocio, al igual que nuestro sistema de pensamiento de separación y de especialismo. Por eso terminamos, como veremos en la próxima lección, creyendo que estamos en competencia con Dios, y también con Jesús y su curso. Como resultado, antes de que estas ideas puedan penetrar en nuestras mentes, dándonos la oportunidad de elegirlas, lo que hacemos es que rápidamente las sustituimos nuestras propias ideas y pensamientos. Finalmente, esta es también la razón por la que prácticamente todos intentan cambiar Un Curso de Milagros de alguna manera, por ejemplo, escribir uno mejor o más simple. Estamos aterrados de lo que realmente dice este curso. Por lo tanto, antes de que permitamos que sus palabras y pensamientos nos afecten, los cambiaremos para que se ajusten a nuestras propias necesidades especiales.
(5:7) «Bajo tus palabras está escrita la Palabra de Dios.»
La “Palabra de Dios” en Un Curso de Milagros casi siempre se usa como un sinónimo para el principio de la Expiación o el Espíritu Santo. También puede ser entendida como el perdón, la corrección para el mundo del ego de la separación, el cual elegimos mantener para poder ocultar la Palabra de Dios. (5:8-9) «La verdad te disgusta ahora, pero cuando tus palabras hayan sido borradas, verás la Suya. Ése es, en última instancia, el propósito de estos ejercicios.»
Ahora ya sabes la razón por la cual en el fondo no deseas hacer estos ejercicios: si tus palabras te son borradas, entonces el sistema de pensamiento - la fuente de la cual provienen tus palabras - será igualmente borrada. Jesús explicará esto un poco más en la Lección 14.
La lección cierra con la expresión ahora familiar de la gentil comprensión de Jesús de nuestra resistencia a sus enseñanzas:
(6) «Tres o cuatro sesiones de práctica con la idea de hoy serán suficientes. Dichas sesiones no deben pasar de un minuto. Es posible que incluso un minuto te resulte demasiado largo. Suspende los ejercicios en el momento en que experimentes cualquier tensión.»
Jesús no nos impone nada, no nos acosa, no nos hace sentir culpables ni nos exige que seamos disciplinados, mucho menos que pretendamos ser espirituales. ¿Quién no habría deseado maestros así cuando éramos niños?"
Un curso de milagros L.pI.12 www.celebrandoelmilagro.com
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