1. La idea de hoy es realmente una variación de la anterior, excepto que es más específica en cuanto a la emoción suscitada. 2De hecho, un mundo sin significado es imposible. 3Lo que no tiene significado no existe. 4Sin embargo, de eso no se deduce que tú no puedas pensar que percibes algo que no tiene significado. 5Por el contrario, eres especialmente propenso a pensar que sí lo percibes.
2. El reconocimiento de esa falta de significado produce una aguda ansiedad en todos los que se perciben como separados. 2Representa una situación en la que Dios y el ego se "desafían" entre sí con respecto a qué significado ha de escribirse en el espacio vacío provisto por dicha falta. 3El ego se abalanza frenéticamente para establecer allí sus propias ideas, temeroso de que, de otro modo, el vacío pueda ser utilizado para demostrar su propia impotencia e irrealidad. 4Y solamente en esto está en lo cierto.
3. Es esencial, por lo tanto, que aprendas a reconocer lo que no tiene significado y a aceptarlo sin temor. 2Si tienes miedo, no podrás por menos que dotar al mundo con atributos que no posee, y abarrotarlo con imágenes que no existen. 3Para el ego, las ilusiones son dispositivos de seguridad, como deben serlo también para ti que te equiparas con él.
4. Los ejercicios de hoy, que deben hacerse unas tres o cuatro veces, sin que excedan un minuto cada vez, han de practicarse de manera ligeramente distinta de los anteriores. 2Repite la idea de hoy para tus adentros con los ojos cerrados. 3Luego abre los ojos y mira lentamente a tu alrededor mientras dices:
4Estoy contemplando un mundo que no tiene significado.
5Repite esta afirmación para tus adentros mientras miras a tu alrededor. 6Luego cierra los ojos y concluye con:
7Un mundo que no tiene significado engendra temor porque creo que estoy compitiendo con Dios.
5. Tal vez te resulte difícil evitar resistirte, en una forma u otra, a esta última afirmación. 2Sea cual fuere la forma en que se manifieste dicha resistencia, recuérdate a ti mismo que en realidad tienes miedo de esa clase de pensamiento debido a la "venganza" del "enemigo”. 3No se espera que a estas alturas creas esta afirmación, y probablemente la descartarás por considerarla absurda. 4Observa cuidadosamente, no obstante, cualquier señal de temor patente o encubierto que dicha afirmación pueda suscitar.
6. Ésta es la primera vez que intentamos exponer una relación explícita de causa y efecto de una clase que aún eres muy inexperto en reconocer. 2No te enfrasques en esa última afirmación, y no trates ni siquiera de pensar en ella, excepto durante las sesiones de práctica. 3Eso es suficiente por ahora.
AUDIOS de la Lección 13
de CELEBRANDO EL MILAGRO
Lectura de la Lección 13
A través de Blanca Nivia Morales Contreras.
Ocurrir de la Lección 13
a través de Martin Musarra
Lección 13
comentada por
Jorge Luis Álvarez Castañeda
Materiales de apoyo
LECCIÓN 13
Un mundo sin significado engendra temor.
Comentada por:
Jorge Luis Álvarez Castañeda
¡Que la paz sea con nosotros hoy!
En esta lección, Jesús, continúa desarrollando la idea de la relación entre los pensamientos que tengo y el mundo que veo: si tengo pensamientos sin significado veré un mundo sin significado que me disgusta y, también, como dice en la lección de hoy, me causa temor. Lo que hace que tenga pensamientos sin significado es la creencia de que pueda existir sin Dios.
Nos dice Jesús en la lección:
_”La idea de hoy es realmente una variación de la anterior, excepto que es más específica en cuanto a la emoción suscitada. De hecho, un mundo sin significado es imposible. Lo que no tiene significado no existe. Sin embargo, de eso no se deduce que tú no puedas pensar que percibes algo que no tiene significado. Por el contrario, eres especialmente propenso a pensar que sí lo percibes”_.
Aquí, Jesús, especifica la emoción: el temor. Guardo un temor, un miedo ancestral, un miedo inconsciente que no creo tener y es el miedo al castigo de Dios por creer haberme separado de Él y querer usurpar su lugar. El otro miedo, que siempre me acompaña, ya a nivel más consciente, es el miedo a la muerte. A pesar de que este mundo no tiene significado tiendo a creer que, si lo tiene y, creo, que lo que hago tiene sentido porque esta es una forma de mantener mi deseo de ser especial para poder fabricar mi pequeño mundo en el cual sentirme especial, mejor y separado de mis hermanos.
Jesús continúa en la lección:
_”El reconocimiento de esa falta de significado produce una aguda ansiedad en todos los que se perciben como separados. Representa una situación en la que Dios y el ego se "desafían" entre sí con respecto a qué significado ha de escribirse en el espacio vacío provisto por dicha falta. El ego se abalanza frenéticamente para establecer allí sus propias ideas, temeroso de que, de otro modo, el vacío pueda ser utilizado para demostrar su propia impotencia e irrealidad. Y solamente en esto está en lo cierto”_.
No ver significado produce ansiedad porque la ansiedad se refiere a la incertidumbre del futuro que está marcada por la creencia, inconsciente, repito, del castigo inevitable de Dios que no se sabe cuándo va a llegar. La creencia en la separación de Dios hace que este mundo nos parezca sin significado, como hemos visto. Y, aparentemente, el ego y Dios se “desafían” para darle significado. Jesús, coloca las comillas porque no es cierto que Dios desafíe al ego. Para el ego el desafío es fundamental. Siempre hay que competir. Siempre hay uno que gana y otro que pierde. Para Dios no hay sino ganadores. Nadie pierde pues todos somos Hijos de Dios y Dios no tiene preferencias respecto a Sus Hijos. El ego quiere llenar el vacío que genera el mundo para justificar su existencia a como dé lugar. No hacerlo implicaría la posibilidad de su desaparición como personaje especial y diferente. Esta es una de las manifestaciones del temor a Dios: el miedo a fundirse en el Amor a Dios.
Continúa Jesús:
_”Es esencial, por lo tanto, que aprendas a reconocer lo que no tiene significado y a aceptarlo sin temor. Si tienes miedo, no podrás por menos que dotar al mundo con atributos que no posee, y abarrotarlo con imágenes que no existen. Para el ego, las ilusiones son dispositivos de seguridad, como deben serlo también para ti que te equiparas con él”_.
Importante tarea que nos coloca Jesús: reconocer el miedo y aceptarlo sin temor. Pero la verdad, es que no puedo hacerlo solo. Necesito la ayuda del Espíritu Santo y de Jesús que siempre están a mi lado dispuestos a ayudarme, pero tengo que pedir su ayuda para que lo puedan hacer. Esa es la pequeña dosis de buena voluntad que me pide Jesús. Si tengo miedo le atribuyo al mundo cualidades que no tiene haciéndolo cada vez más temible y, de esta manera, el miedo se incrementa. El ego utiliza también las ilusiones como mecanismo de defensa para mantener mi deseo de ser especial, ilusiones que, estando ligadas al pasado, que no quiero soltar, me reafirman en mi identidad separada, así, esto implique seguir en el miedo.
Continúa Jesús:
”Los ejercicios de hoy, que deben hacerse unas tres o cuatro veces, sin que excedan un minuto cada vez, han de practicarse de manera ligeramente distinta de los anteriores. Repite la idea de hoy para tus adentros con los ojos cerrados. Luego abre los ojos y mira lentamente a tú alrededor mientras dices:
Estoy contemplando un mundo que no tiene significado.
_Repite esta afirmación para tus adentros mientras miras a tu alrededor. Luego cierra los ojos y concluye con _:
Un mundo que no tiene significado engendra temor porque creo que estoy compitiendo con Dios.
El mundo no tiene significado pero queremos darle el significado que nos garantice mantenernos como seres separados y especiales. Recordemos que, en la lección anterior, Jesús, nos decía que todos los atributos que le atribuimos al mundo no son del mundo sino que se los atribuimos nosotros porque el mundo de por sí no tenía significado. Y si el mundo no tiene significado y creemos estar compitiendo con Dios para dárselo, esto tiene que generar mucho temor porque nuestra identidad como seres separados, estaría en juego.
Nos dice Jesús:
_”Tal vez te resulte difícil evitar resistirte, en una forma u otra, a esta última afirmación. Sea cual fuere la forma en que esta resistencia se manifieste, recuerda que en realidad tienes miedo de esa clase de pensamiento debido a la "venganza" del "enemigo". No se espera que a estas alturas creas esta afirmación, y probablemente la descartarás por considerarla absurda. Observa cuidadosamente, no obstante, cualquier señal de temor patente o encubierto que dicha afirmación pueda suscitar”_.
Tenemos una enorme resistencia: el miedo a la venganza de Dios. Nos estamos metiendo con Alguien muy poderoso que, en cualquier momento, nos puede castigar. Jesús, nos llama a observar cualquier señal de temor que dicha afirmación pueda suscitar. Esta es una importante enseñanza de Jesús: son los pensamientos los que causan las emociones. Detrás de toda emoción hay un pensamiento que es importante descubrir para perdonarlo si nos está quitando la paz.
Finalmente, nos dice Jesús:
_”Ésta es la primera vez que intentamos exponer una relación explícita de causa y efecto de una clase que aún eres muy inexperto en reconocer. No te enfrasques en esa última afirmación, y no trates ni siquiera de pensar en ella, excepto durante las sesiones de práctica. Eso es suficiente por ahora”_.
La conexión entre la causa, es decir, los pensamientos, y el efecto, es decir, el mundo que percibo, todavía no la entendemos. Se trata de confiar en la guía de Jesús. Necesitamos vencer la resistencia del ego de querer saberlo todo ya. Todo tiene un proceso que no podemos saltarnos. Simplemente, hagamos las lecciones como nos pide Jesús, seamos constantes y tratémonos amablemente como lo hace Jesús con nosotros. Un curso de milagros es una experiencia espiritual, no una comprensión intelectual.
Proceso de práctica de la lección.
Objetivo
Aprender que lo que me causa temor del mundo no proviene del mundo sino de mis propias interpretaciones pues el mundo en sí mismo no tiene significado.
Ejercicio
Realizarlo tres o cuatro veces en el día con una duración de un minuto, sin pasar del minuto.
Cierra los ojos y repite la idea del día.
Luego, abre los ojos y mira lentamente alrededor diciendo:
Estoy contemplando un mundo que no tiene significado.
Concluye cerrando los ojos diciendo:
Un mundo que no tiene significado engendra temor porque creo que estoy compitiendo con Dios.
Observaciones
No preocuparse si no crees en la última afirmación del ejercicio. Trata de no pensar en ello, excepto durante las sesiones de práctica. Con eso, es suficiente.
Les deseo muchas experiencias con esta lección que contribuyan a su paz interior. Hagamos la lección, siempre, en compañía del Espíritu Santo y de Jesús, sin olvidarnos de reír, porque la Voluntad de Dios, es que tengamos perfecta felicidad.
Muchas, muchísimas, bendiciones.
Jorge Luis Álvarez Castañeda
Lección 13.
UN MUNDO SIN SIGNIFICADO ENGENDRA TEMOR.
Kenneth Wapnick
(1) «La idea de hoy es realmente una variación de la anterior, excepto que es más específica en cuanto a la emoción suscitada. [La emoción no es que te disgusta, sino que te da miedo] De hecho, un mundo sin significado es imposible. Lo que no tiene significado no existe. Sin embargo, de eso no se deduce que tú no puedas pensar que percibes algo que no tiene significado. Por el contrario, eres especialmente propenso a pensar que sí lo percibes.»
Esto se debe a que no quieres darte cuenta de que lo que percibes no tiene significado. Una vez más, si lo que veo ahí afuera en el mundo no tiene significado, el pensamiento interno que lo originó tampoco lo tiene. Puesto que «yo» soy mis pensamientos, se deduce que «yo» no tengo ningún significado, lo que significa que «yo» no existo. Por lo tanto, en lugar de darme cuenta que todo carece de significado, tanto dentro como
fuera, lo que haré es sustituir en esto mi propio significado. Obviamente, si percibo algo que pienso que está ahí afuera, lo que me afecta, ya lo he declarado real. Y quiero mantener real el pensamiento subyacente para poder seguir siendo real.
(2:1) «El reconocimiento de esa falta de significado produce una aguda ansiedad en todos los que se perciben como separados.»
La ansiedad surge porque en algún nivel me doy cuenta de que lo que no tiene significado se extiende a «mi» existencia. Regresaremos a esta idea en breve.
(2:2) «Representa una situación en la que Dios y el ego se "desafían" entre sí con respecto a qué significado ha de escribirse en el espacio vacío provisto por dicha falta.»
El ego desafía, pero Dios no lo hace; es por eso que la palabra desafío se encuentra entre comillas. Para el ego, entonces, la competencia es la naturaleza de su relación con Dios. Existe un "espacio vacío" porque el ego no es nada. Sin embargo, cree que tiene que tiene que hacerse cargo de este espacio vacío antes de que lo haga Dios, para reclamar entonces la identidad del Hijo como la suya propia; De ahí la competencia percibida con el Creador. Si mi existencia como un ego se basa en la creencia del principio de «uno o el otro» - yo existo a expensas de Dios; lo he asesinado para que yo pueda vivir - proyectaré ese pensamiento y creeré que Dios está intentando hacer lo mismo a mí. Esta creencia profundamente arraigada es la fuente de nuestra percepción de que las personas nos persiguen, nos lastiman, nos abandonan y nos sabotean, porque nos acusamos a nosotros mismos de hacer lo mismo con los demás y, en última instancia, con Dios. Como dice Jesús al final del texto:
“...nunca odias a tu hermano por sus pecados, sino únicamente por los tuyos. Sea cual sea la forma que sus pecados parezcan adoptar, lo único que hacen es nublar el hecho de que crees que son tus propios pecados y, por lo tanto, que el ataque es su "justo" merecido.” (T-31.III.1:5-6)
(2:3-4) «El ego se abalanza frenéticamente para establecer allí sus propias ideas, temeroso de que, de otro modo, el vacío pueda ser utilizado para demostrar su propia impotencia e irrealidad. Y solamente en esto está en lo cierto.»
Es decir, que no es nada. El ego lo sabe, y como ya he explicado anteriormente, el poder que tiene el ego es el que tú - como mente tomadora de decisiones - le otorgas, porque el ego en sí mismo es impotente. Para asegurarse de que nunca reconozcamos su nada inherente y su falta de significado, busca hacerse importante y poderoso por medio del pecado, la culpa y el miedo. Si he pecado contra Dios y lo he destruido, ciertamente soy
importante y poderoso. Esto también me da miedo, pero al menos me he convertido en algo que Dios nota, lo que también me hace importante.
Lo más aterrador de todo es darse cuenta de que Dios ni siquiera sabe de nosotros, porque entonces literalmente no somos nada - impotentes e irreales. Por eso queremos que Dios nos preste atención, ya sea porque somos su seguidor más devoto o el pecador más desgraciado. No hace ninguna diferencia para el ego, siempre y cuando Dios se dé cuenta. Nuestro verdadero temor, por supuesto, es que Él no sabe nada de nosotros. En algún lugar en el fondo sabemos que eso es verdad. Pero en lugar de aceptar su verdad, la encubrimos con las mentiras del ego; primero con los pensamientos de separación - pecado, culpa y miedo - y luego con un mundo que refleja esos pensamientos.
(3:1) «Es esencial, por lo tanto, que aprendas a reconocer lo que no tiene significado y a aceptarlo sin temor.»
Esta aceptación proviene del desarrollo de una relación con Jesús o con el Espíritu Santo que te permite mirar a tu ego sin miedo, ayudándote a darte cuenta de su falta de significado. Si tienes miedo o te sientes culpable acerca de tu ego, o si lo abrazas, obviamente crees que es real. Sin embargo, una vez más, si das un paso atrás y contemplas toda esta "extravagancia de sucesos del ego" seguir su curso, te darás cuenta de que no es nada y de que su significado reside en tratar de protegerte de lo que «sí tiene» significado. Finalmente, ya que deseamos este significado más que cualquier otra cosa - debido a que es nuestra identidad como Hijo de Dios - entonces nos daremos cuenta de que todo lo demás no tiene sentido y elegiremos en contra de eso.
(3:2) «Si tienes miedo, no podrás por menos que dotar al mundo con atributos que no posee, y abarrotarlo con imágenes que no existen.»
En este sentido, hablamos del mundo como poderoso, hostil, amenazador, maravilloso, pacífico, dichoso, santo, etc. Estos son sus atributos; y las "imágenes que no existen" son todo lo que vemos en el mundo, que son, por supuesto, las proyecciones de pensamientos que no existen.
(3:3) «Para el ego, las ilusiones son dispositivos de seguridad, como deben serlo también para ti que te equiparas con él.»
Estos dispositivos de seguridad son defensas. El pecado, la culpa, el miedo y el mundo que surge de ellos son ilusiones, cuyo propósito es preservar la ilusión fundamental de que yo existo como un individuo separado. Y ahora en el próximo párrafo nos encontraremos una línea que seguramente será el éxito de taquilla:
(4) «Los ejercicios de hoy, que deben hacerse unas tres o cuatro veces, sin que excedan un minuto cada vez, han de practicarse de manera ligeramente distinta de los anteriores. Repite la idea de hoy para tus adentros con los ojos cerrados. Luego abre los ojos y mira lentamente a tú alrededor mientras dices:
Estoy contemplando un mundo que no tiene significado.
Repite esta afirmación para tus adentros mientras miras a tu alrededor. Luego cierra los ojos y concluye con:
Un mundo que no tiene significado engendra temor porque creo que estoy compitiendo con Dios.»
Por lo tanto, pasamos de los pensamientos de nuestra mente a las percepciones de nuestros cuerpos, y luego regresamos a nuestro interior. Para decirlo una vez más, el mundo es fundamentalmente carente de significado. Sin embargo, nos esforzamos por darle un significado, ya que, en última instancia, da significado a nuestro yo separado. Al escuchar el ego, fabricamos un sistema de pensamiento de «pecado», «culpa» y «miedo»: nuestro «pecado» de la separación nos lleva a la experiencia de la «culpa», que culmina en la «atemorizante» creencia de que merecemos ahora ser castigados por un Dios vengativo, que ahora está en competencia mortal con nosotros por la existencia; o Él sobrevive, o nosotros lo hacemos, o, como dice el manual para los maestros: “mata o te matarán” (M-17.7: 11). Pero la inherente falta de significado de esta constelación de locura no impide que tenga un poder tremendo, ya que hemos invertido el poder de nuestra creencia en ella. Dicha inversión significa que debemos esforzarnos por darle un significado para poder defendernos contra el sistema de pensamiento carente de significado del ego, que es la base de nuestra identidad carente de significado.
Para resumir este punto importante: cuando me doy cuenta de que el mundo no es nada, ya que es simplemente una defensa contra los pensamientos de mi mente, soy llevado de nuevo a la conciencia de la mente y a confrontarme con estos pensamientos. Si el mundo carece de significado y yo carezco de significado, entonces no existo, esto quiere decir que Dios ha ganado. Pero en lugar de perder la batalla, me esfuerzo por otorgarme significado a mí mismo y al mundo que me rodea.
Jesús nos está ayudando a darnos cuenta de cómo proyectamos todo en el mundo. Si prestamos mucha atención a nuestras percepciones y lo que valoramos aquí, nos daríamos cuenta que nada de ello proviene de algo inherente al mundo, porque no hay mundo. No son más que el resultado de una necesidad dentro de nosotros mismos para justificar y reforzar el hecho espúreo de que existimos.
(5:1-2) «Tal vez te resulte difícil evitar resistirte, en una forma u otra, a esta última afirmación. Sea cual fuere la forma en que se manifieste dicha resistencia, recuérdate a ti mismo que en realidad tienes miedo de esa clase de pensamiento debido a la "venganza" del "enemigo". »
El temor es que esta es una competencia que no podemos ganar - Dios saldrá victorioso. El terror engendrado por tal locura está más allá de lo que podemos tolerar. Nos defendemos contra Él construyendo un sistema de pensamiento y luego un mundo, detrás del cual podemos escondernos. Una vez que nos hemos identificado con esta defensa que culmina en el cuerpo, nos «resistimos» a que nos sea quitado, lo que ciertamente haríamos si expusiéramos los cimientos de toda esta demencia delante de la verdad del Principio de la Expiación. Por consiguiente, no consideramos si tiene sentido que exista la ira de Dios acerca de todo esto, ya que este este pensamiento, tan aterrorizante como pueda ser, sirve sin embargo el propósito de proteger nuestra identidad individual al mantenernos alejados de que aceptemos el principio de la Expiación.
(5:3-4) «No se espera que a estas alturas creas esta afirmación, y probablemente la descartarás por considerarla absurda. Observa cuidadosamente, no obstante, cualquier señal de temor patente o encubierto que dicha afirmación pueda suscitar.»
Obviamente, si eres relativamente nuevo en Un Curso de Milagros, esta afirmación no tendrá sentido. Pero Jesús está pidiendo tu vigilancia, que prestes mucha atención a cualquier ansiedad o temor que esté dentro de ti.
(6) «Ésta es la primera vez que intentamos exponer una relación explícita de causa y efecto de una clase que aún eres muy inexperto en reconocer. No te enfrasques en esa última afirmación, y no trates ni siquiera de pensar en ella, excepto durante las sesiones de práctica. Eso es suficiente por ahora.»
La conexión de causa y efecto es entre nuestros pensamientos - el sistema de pensamiento del ego de pecado, culpa, y miedo - y la forma en que percibimos el mundo. En otras palabras, tengo miedo «no» por lo que se encuentra fuera de mí, sino por mi sistema de pensamiento, que me dice que la supervivencia es entre Dios y yo. Ten en cuenta, también, cómo Jesús no confronta ni tampoco ataca nuestra resistencia. Él simple y gentilmente nos recuerda la verdad. Esto nos permitirá aceptarla cuando «nosotros» estemos listos, sin ningún tipo de presión ni de culpa autoimpuesta. ¡Este es un ejemplo maravilloso para todos los estudiantes del Curso!"
~ Del libro "Viaje a Través del Libro de Ejercicios de UCDM" por el Dr. Kenneth Wapnick. Traducción al Español por Alfonso Martínez.
LECCIÓN 13
"Un mundo sin significado engendra temor."
Comentada por:
Oscar Gómez Díez
Si bien esta lección es una continuidad de la anterior, su argumentación es de un profundo contenido metafísico, que puede ser incomprensible para quienes por primera vez hacen el libro de ejercicios y no han estudiado el Texto. Jesús previendo esta situación, nos pide que hagamos la lección y no nos enfrasquemos por ahora en su alcance metafísico, pues todavía somos muy inexpertos en la relación causa y efecto que el ejercicio plantea.
Este mundo se nos presenta como el escenario en que nos hemos separado de Dios, siendo el ego el protagonista, que parece dirigir nuestras vidas. Nuestra mente aparece como dividida entre el miedo y el amor, entre el conflicto y la paz, entre el sufrimiento y la felicidad, entre el ego y el Espíritu Santo. El recuerdo de Dios subyace en nosotros a través del Espíritu Santo, mientras el ego fabrica un mundo ilusorio que opaca y oculta nuestra realidad inmortal. El mundo se nos presenta como un campo de batalla donde Dios y el ego se "desafían", la palabra aparece en comillas, pues Dios no lucha ni batalla contra nada ni contra nadie, pues Dios no tiene opuestos, pero el ego cree que si está batallando contra Dios. El ego alimenta en nuestra mente los pensamientos de culpa, por habernos separado de Dios, y de miedo a un supuesto castigo divino. El ego fabrica este mundo como su refugio y le da realidad al sueño de separación dándole significado a lo que no existe. Desde la perspectiva del Curso sólo existe Dios y lo que tenga sus atributos de inmortal, omnipresente, omnisciente, amoroso, pacífico, dichoso, pleno, etc. Lo que cambia, muta, se degrada, enferma o parece morir, lo efímero no tienen los atributos de Dios, y por lo tanto, no es real. Lo único real en este mundo es la parte de nuestra mente que conserva el recuerdo de Dios, el amor que somos, y eso, y sólo eso tiene significado.
"De hecho, un mundo sin significado es imposible. Lo que no tiene significado no existe. Sin embargo, de eso no se deduce que tú no puedas pensar que percibes algo que no tiene significado. Por el contrario, eres especialmente propenso a pensar que sí lo percibes." Metafísicamente hablando un mundo sin significado es imposible, pero el ego pretende darle realidad a este mundo asignándole un significado, por eso percibimos que este mundo tiene significado. Ese es el error perceptual que debemos corregir para conocer nuestra realidad inmortal. Pero el proceso se nos presenta como algo complejo, "El reconocimiento de esa falta de significado produce una aguda ansiedad en todos los que se perciben como separados." pues parecemos estar en medio de un campo de batalla, como si tuviéramos que tomar partido por uno de los dos bandos, y evidentemente tendremos que elegir: "Representa una situación en la que Dios y el ego se “desafían” entre sí con respecto a cuál de sus respectivos significados ha de escribirse en el espacio vacío que la falta de significado produce." Nuestra consciencia es el escenario de esta batalla entre la mente errada y la mente correcta, pero como lo proyectamos al mundo, parece que es allí donde se libra dicha batalla, así es como lo percibimos.
"El ego se abalanza frenéticamente para establecer allí sus propias ideas, temeroso de que de otro modo el vacío pueda ser utilizado para demostrar su propia impotencia e irrealidad. Y solamente en esto está en lo cierto." Si por un momento el ego deja de asignarle significado a este mundo, el vacío generado seria cubierto inmediatamente por el amor. De ahí que "Es esencial, por lo tanto, que aprendas a reconocer lo que no tiene significado y a aceptarlo sin temor." reconocer la irrealidad de este mundo sin que nos produzca temor es el propósito de este ejercicio.
"Si tienes miedo, no podrás por menos que dotar al mundo con atributos que no posee y abarrotarlo con imágenes que no existen." El ego fabrica contrario a cómo crea el amor. Mientras el amor crea estados de paz, dicha y plenitud, el miedo crea enemigos, conflictos y sufrimiento. "Para el ego, las ilusiones son dispositivos de seguridad, como deben serlo también para ti que te equiparas con él." Las ilusiones del ego son mecanismos de defensa contra Dios y contra el amor, que se expresan en nuestra vida cotidiana como conflictos, carencias, culpas, miedos y ataques. El trasfondo de todo ello reside en nuestra creencia que nos separamos de Dios.
PRACTICA:
Tres o cuatro sesiones de un minuto de duración. Se hará un poco distinta a las anteriores, iniciamos desde nuestro interior, la aplicamos al exterior y volvemos a nuestro interior.
1. Primer paso:
"Repite la idea de hoy para tus adentros con los ojos cerrados."
"Un mundo sin significado engendra temor."
2. Segundo paso:
"Luego abre los ojos y mira lentamente a tu alrededor mientras dices:"
"Estoy contemplando un mundo que no tiene significado."
"Repite esta afirmación para tus adentros mientras miras a tu alrededor."
3. Tercer paso:
"Luego cierra los ojos y concluye con:"
"Un mundo que no tiene significado engendra temor porque creo que estoy compitiendo con Dios."
La última parte del ejercicio nos puede parecer un despropósito, de ahí que Jesús nos haga las siguientes sugerencias:
"Tal vez te resulte difícil evitar resistirte, de una forma u otra, a esta última afirmación. Sea cual fuere la forma en que esta resistencia se manifieste, recuerda que en realidad tienes miedo de esa clase de pensamiento debido a la “venganza” del “enemigo”."
Jesús parte del presupuesto de nuestra incredulidad, más sin embargo, nos pide observar cualquier temor resultante: "No se espera que a estas alturas creas esta afirmación, y probablemente la descartarás por considerarla absurda. Observa cuidadosamente, no obstante, cualquier señal de temor patente o encubierto que dicha afirmación pueda suscitar."
Nos advierte que este es un ejercicio introductorio, para otros donde seguiremos trabajando la ley de causa y efecto, pues su alcance metafísico todavía no alcanzamos a vislumbrarlo: "Ésta es la primera vez que intentamos exponer una relación explícita de causa y efecto de una clase que aún no puedes reconocer por ser todavía muy inexperto."
Por último, una cuidadosa sugerencia, hagamos el ejercicio, y no nos enfrasquemos con la idea que estamos compitiendo con Dios, todavía nos falta un recorrido, para que comprendamos que el miedo a un supuesto castigo de Dios, es lo que nos tiene atrapados en las garras del ego. "No te enfrasques en esa última afirmación, y no trates ni siquiera de pensar en ella, excepto durante las sesiones de práctica. Eso es suficiente por ahora."
Este sitio web utiliza cookies. Al utilizar y seguir navegando por este sitio web, acepta su uso. Puede obtener información detallada sobre el uso de cookies en este sitio web enhaga click aquí para más información