2La razón de que esto sea así es que veo lo que no es nada y lo que no es nada no tiene significado. 3Es necesario que reconozca esto, para poder aprender a ver. 4Lo que ahora creo ver ocupa el lugar de la visión. 5Tengo que desprenderme de ello dándome cuenta de que no significa nada, para que de este modo la visión pueda ocupar el lugar que le corresponde.
2. (2) Le he dado a todo lo que veo todo el significado que tiene para mí.
2He juzgado todo lo que veo, y eso, y sólo eso, es lo que veo. 3Eso no es visión. 4Es meramente una ilusión de realidad porque he juzgado sin tomar en cuenta la realidad. 5Estoy dispuesto a reconocer la falta de validez de mis juicios porque quiero ver. 6Mis juicios me han hecho daño, y no quiero ver basándome en ellos.
3. (3) No entiendo nada de lo que veo.
2¿Cómo puedo entender lo que veo si lo he juzgado erróneamente? 3Lo que veo es la proyección de mis propios errores de pensamiento. 4No entiendo lo que veo porque no es comprensible. 5No tiene sentido tratar de entenderlo. 6Pero sí tiene sentido que me desprenda de ello y dé cabida a lo que se puede ver, entender y amar. 7Puedo intercambiar lo que ahora veo por ésto, sólo con estar dispuesto a ello. 8¿No es ésta una mejor elección que la que hice antes?
4. (4) Estos pensamientos no significan nada.
2Los pensamientos de los que soy consciente no significan nada porque estoy tratando de pensar sin Dios. 3 Lo que yo llamo "mis" pensamientos no son mis pensamientos reales en absoluto. 4Mis pensamientos reales son los pensamientos que pienso con Dios. 5No soy consciente de ellos porque he inventado mis pensamientos para que ocupasen su lugar. 6Estoy dispuesto a reconocer que mis pensamientos no significan nada y a abandonarlos. 7 Elijo reemplazarlos por los que ellos tuvieron como propósito reemplazar. 8Mis pensamientos no significan nada, sin embargo, toda la creación descansa en los pensamientos que pienso con Dios.
5. (5) Nunca estoy disgustado por la razón que creo.
2Nunca estoy disgustado por la razón que creo porque estoy tratando constantemente de justificar mis pensamientos. 3Estoy tratando constantemente de hacer que sean verdad. 4 Hago de todas las cosas mi enemigo de modo que mi ira esté justificada y mis ataques sean merecidos. 5No me he dado cuenta del mal uso que he hecho de todo lo que veo asignándole ese papel. 6 He hecho esto para defender un sistema de pensamiento que me ha hecho daño y que ya no deseo. 7Estoy dispuesto a abandonarlo.
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Lectura de la Lección 51
A través de Blanca Nivia Morales Contreras.
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Lección 51 comentada por
Jorge Luis Álvarez Castañeda
LECCIÓN 51
Comentada por:
Jorge Luis Álvarez Castañeda
¡Que la paz sea con nosotros hoy!
Empezamos el primer repaso de las primeras 50 lecciones. En estas 50 lecciones Jesús quiere que nos demos cuenta de que todo lo que nos sucede se origina en nuestros pensamientos y no en lo que consideramos externo a nosotros. Y podemos tener pensamientos de conflicto, de miedo, de separación, de falta de perdón, de culpa, etc., si elegimos al ego como nuestro guía. Si elegimos al Espíritu Santo, tendremos pensamientos de paz, de amor, de unidad, de perdón, de inocencia, etc.
El repaso de hoy abarca las siguientes ideas:
Repaso de la lección 1:
(1) Nada de lo que veo tiene significado.
La razón de que esto sea así es que veo lo que no es nada y lo que no es nada no tiene significado. Es necesario que reconozca esto para poder aprender a ver. Lo que ahora creo ver ocupa el lugar de la visión. Tengo que desprenderme de ello dándome cuenta de que no significa nada, para que de este modo la visión pueda ocupar el lugar que le corresponde.
Aquí, se refiere, Jesús, a la relación entre proyección y percepción. Así, como vea internamente, así proyectaré y percibiré afuera. Cuando tengo pensamientos de separación y de conflicto me alejo de la visión. La visión me permite trascender el cuerpo y mirar con los ojos de Cristo: ver unidad, paz, amor, bondad, perdón. Por eso, lo que vea con el ego, no significa nada.
2. Repaso de la lección 2
(2) Le he dado a lo que veo todo el significado que tiene para mí.
He juzgado todo lo que veo, y eso y sólo eso es lo que veo. Eso no es visión. Es meramente una ilusión de realidad porque he juzgado sin tomar en cuenta la realidad. Estoy dispuesto a reconocer la falta de validez de mis juicios porque quiero ver. Mis juicios me han hecho daño, y no quiero ver basándome en ellos.
Jesús, destaca aquí que lo que veo se origina en mis juicios de conflicto y de condena hacia mí mismo y a hacia mis hermanos para mantener la ilusión de la separación de Dios que es la madre de todas las ilusiones. Jesús, nos llama a asumir nuestra responsabilidad de cambiar estos pensamientos por pensamientos de paz y amor.
Repaso de la lección 3
(3) No entiendo nada de lo que veo.
¿Cómo puedo entender lo que veo si lo he juzgado erróneamente? Lo que veo es la proyección de mis errores de pensamiento. No entiendo lo que veo porque no es comprensible. No tiene sentido tratar de entenderlo. Pero sí tiene sentido que me desprenda de ello y dé cabida a lo que se puede ver, entender y amar. Puedo intercambiar lo que ahora veo por esto sólo con estar dispuesto a ello. ¿No es acaso ésta una mejor elección que la que hice antes?
De nuevo, Jesús, insiste en la idea de aceptar que no entendemos, que no sabemos nada. Esto es fundamental en este camino espiritual. El ego pretende que lo sabe todo. Con el ego, hago proyecciones de culpa y miedo sobre mis hermanos y el mundo. Jesús, nos llama a ser humildes. Nos llama a volver a la visión de Cristo que ve paz, unidad, amor, perdón.
4. Repaso de la lección 4:
(4) Estos pensamientos no significan nada.
Los pensamientos de los que soy consciente no significan nada porque estoy tratando de pensar sin Dios. Lo que yo llamo “mis” pensamientos no son mis pensamientos reales en absoluto. Mis pensamientos reales son los pensamientos que pienso con Dios. No soy consciente de ellos porque he inventado mis pensamientos para que ocuparan su lugar. Estoy dispuesto a reconocer que mis pensamientos no significan nada y a abandonarlos. Elijo reemplazarlos por los que ellos tuvieron como propósito reemplazar. Mis pensamientos no significan nada, sin embargo, toda la Creación descansa en los pensamientos que pienso con Dios.
Nos dice Jesús: Los pensamientos que tengo desde el ego “No significan nada porque estoy tratando de pensar sin Dios”. Se trata de abandonar esos pensamientos que no pueden traer sino dolor y sufrimiento. Jesús, nos llama a cambiar esos pensamientos por pensamientos reales. Los pensamientos reales son los que pensamos con Dios que hablan siempre de unicidad, amor, verdad, bondad, paz. Y estos serán lo que extienda a mis hermanos, la Filiación. Todo lo contrario de los pensamientos que pensamos con el ego en los cuales no proyectamos sino conflicto, odio y separación y más separación.
Repaso de la lección 5:
(5) Nunca estoy disgustado por la razón que creo.
Nunca estoy disgustado por la razón que creo porque estoy tratando constantemente de justificar mis pensamientos. Estoy tratando constantemente de hacer que sean verdad. Hago de todas las cosas mi enemigo de modo que mi ira esté justificada y mis ataques sean merecidos. No me he dado cuenta del mal uso que he hecho de todo lo que veo asignándole ese papel. He hecho esto para defender un sistema de pensamiento que me ha hecho daño y que ya no deseo. Estoy dispuesto a abandonarlo.
Jesús, dice que quiero justificar que soy la víctima de lo que me hacen las otras personas. No quiero ver mi responsabilidad en lo que me sucede y prefiero culpabilizar a los otros. La parte de la mente que sigue al ego quiere justificar la ira y el ataque. Jesús, acude a nuestra mente recta y nos pide que elijamos de nuevo: que elijamos el amor y no el miedo. Que perdonemos nuestra manera incorrecta de ver.
Proceso de práctica de la lección
Objetivo
Hacer un repaso de las lecciones que buscan ayudarte a cambiar tu manera de percibir el mundo para que la quietud te acompañe y te cures de toda aflicción e inquietud. También, apuntan a que seas consciente de la cohesión del sistema de pensamiento del Espíritu Santo hacia el cual te están conduciendo.
Ejercicios
Realizar dos sesiones largas: una por la mañana y otra por la noche. Después se harán sesiones tan a menudo como puedas.
Comienza el día leyendo las cinco ideas, incluyendo los comentarios. De ahí en adelante no es necesario seguir un orden determinado al repasarlas, aunque se debe practicar con cada una de ellas por lo menos una vez. Dedica dos minutos o más a cada sesión de práctica, pensando en la idea y en los comentarios que le siguen después que los hayas leído. Haz esto tan a menudo como te sea posible durante el día. Se sugiere que se haga cada hora, al comienzo. Si una de las cinco ideas te atrae más que las otras, concéntrate en ella. Sin embargo, asegúrate de repasarlas todas una vez más al final del día.
No es necesario abarcar, ni literal ni concienzudamente, los comentarios que siguen a cada idea en las sesiones de práctica. Trata, más bien, de poner de relieve el punto central y de pensar en dicho comentario como parte de tu repaso de la idea en cuestión. Trata de traer ideas afines y trata de adentrarte en tu mente. Después de leer la idea y sus comentarios, los ejercicios deben hacerse, a ser posible, con los ojos cerrados y cuando estés solo en un lugar tranquilo.
Observaciones
Lee todas las lecciones de repaso con sus comentarios en la sesión de la mañana y en la de la noche.
En las sesiones cortas puedes escoger la lección que quieras.
Repasa cada lección por lo menos una vez.
Después puedes dedicarle más tiempo a la lección que quieras.
Estás entrenando tu mente para que no necesite un ambiente especial para las sesiones. A eso se llegará.
Les deseo muchas experiencias con esta lección que contribuyan a su paz interior. Hagamos la lección siempre en compañía del Espíritu Santo y de Jesús, sin olvidarnos de reír porque la Voluntad de Dios, para nosotros, es que seamos felices.
Muchas, muchísimas, bendiciones.
Jorge Luis Álvarez Castañeda
LECCIÓN 51
Repaso I «El repaso de hoy abarca las siguientes ideas:»
"Antes de comenzar, permítanme mencionar algo que probablemente ha eludido a casi todos los estudiantes de Un Curso de Milagros, sin duda los no obsesivos. Helen le había «insistido» a Jesús para que cada una de las oraciones introductorias del repaso del día fuera diferente. Y seguramente te sorprenderás al descubrir de cuántas maneras diferentes puede decir Jesús que "el repaso de hoy abarca las siguientes ideas".
1) (1) «Nada de lo que veo significa nada.»
En estas primeras lecciones, Jesús enfatiza que lo que vemos no significa nada porque lo que vemos proviene de los pensamientos erróneos de juicio y ataque.
(1:2-5) «La razón de que esto sea así es que veo lo que no es nada y lo que no es nada no tiene significado. Es necesario que reconozca esto, para poder aprender a ver. Lo que ahora creo ver ocupa el lugar de la visión. Tengo que desprenderme de ello dándome cuenta de que no significa nada, para que de este modo la visión pueda ocupar el lugar que le corresponde.»
Si bien Jesús no usa el término aquí, nos señala que tenemos una mente dividida. Tenemos la capacidad de ver a través de la visión del Espíritu Santo, pero para garantizar que eso no ocurra, cubrimos esos pensamientos amorosos con pensamientos de ataque y separación. De hecho, no podemos lograr el objetivo de la visión si en primer lugar no reconocemos y entendemos la naturaleza inherentemente ilusoria y carente de significado que tienen nuestras percepciones. Son estas percepciones erróneas las que deliberadamente hemos elegido para que usurpen el lugar de la visión, cumpliendo con el propósito del ego de protegerse a sí mismo - realmente, nuestro yo separado
protegiendo su identidad separada que nos impide descubrir el único significado que tiene el estar en este mundo: el perdón.
(2) (2) «Le he dado a todo lo que veo todo el significado que tiene para mí.»
(2:2-4) «He juzgado todo lo que veo, y eso, y sólo eso, es lo que veo. Eso no es visión. Es meramente una ilusión de realidad porque he juzgado sin tomar en cuenta la realidad.»
Esto reafirma la enseñanza de que el mundo que vemos no se encuentra ahí simplemente porque proviene de nuestros pensamientos de condena, los cuales tampoco se encuentran ahí. Recuerda, cada pensamiento en el sistema del ego es una defensa en contra de la verdad del principio de Expiación, que es que nunca hemos abandonado a Dios. Todo lo que percibimos es un fragmento sombrío del pensamiento de condena original que dice que sí nos hemos separado de nuestra Fuente y de nuestra realidad, esa es la ilusión fundamental de la cual todas las otras ilusiones provienen.
(2:5-6) «Estoy dispuesto a reconocer la falta de validez de mis juicios porque quiero ver. Mis juicios me han hecho daño, y no quiero ver basándome en ellos.»
Jesús está apelando a nuestras mentes cuerdas y racionales para que entendamos que lo que estamos haciendo con nuestros pensamientos y, por lo tanto, con el mundo percibido, nos está haciendo daño: " Mis juicios me han hecho daño". El ego ha hecho un montaje de este sistema defensivo como una brecha enorme entre nuestros pensamientos de ataque y el dolor que resulta como efecto de dichos pensamientos. Esta brecha se encuentra representada por el mundo de espacio y tiempo, cuyo propósito es permitirnos sentirnos justificados al atribuir nuestro dolor a “cosas que se encuentran más allá de ti [nosotros], fuerzas que no puedes [podemos] controlar” (T-19.IV-D.7: 4). Esto, por supuesto, es la maravilla de la proyección desde el punto de vista del ego. Ya que ahora es seguro que no nos sentiremos responsables del dolor que resulta de nuestra elección en contra de Dios y de su Amor: son otros, nuestros cuerpos o el mundo lo causantes de nuestra angustia y dolor - cualquier otra cosa «salvo» nosotros mismos.
Por lo tanto, la idea de estas lecciones es poder traer el «efecto» hacia la «causa», para que entonces nos podamos dar cuenta que son únicamente nuestros juicios los que nos han hecho daño. Y en el proceso de hacer esto, vamos restaurando en nuestra
conciencia el poder que tienen nuestras mentes para elegir nuestro propio destino: nuestra felicidad o miseria, nuestra paz o conflicto.
(3) (3) «No entiendo nada de lo que veo.»
(3:2-4) « ¿Cómo puedo entender lo que veo si lo he juzgado erróneamente? Lo que veo es la proyección de mis propios errores de pensamiento. No entiendo lo que veo porque no es comprensible.»
Este es el comienzo de la humildad. Siempre estamos muy seguros de que tenemos razón: de que lo que veo es lo que yo veo, de lo que escucho es lo que yo escucho, y de que mi entendimiento de una situación es lo que yo digo porque yo digo que es así. Y si somos lo suficientemente hábiles, tendremos a nuestra disposición una multitud de personas que estén de acuerdo con nosotros. Esto no se puede llamar cordura, sino ¡«demencia» colectiva! En francés, esto se conoce como «folie a deux»: una demencia compartida por dos personas. Pero podrían fácilmente compartirla diez, cientos, miles, millones, si no miles de millones, ya que todos compartimos la misma demencia. Por lo tanto, no podemos entender realmente nada, ni acudir a nadie más para lograr un verdadero entendimiento. Si en algún momento sentimos especialismo, juicio o separación, no deberíamos confiar en nada de lo que podamos concluir basados en estos sentimientos porque inevitablemente estaremos equivocados.
(3:5-8) «No tiene sentido tratar de entenderlo. Pero sí tiene sentido que me desprenda de ello y dé cabida a lo que se puede ver, entender y amar. Puedo intercambiar lo que ahora veo por ésto, sólo con estar dispuesto a ello. ¿No es ésta una mejor elección que la que hice antes? »
La forma en la que alcanzamos la visión es mediante la simple disposición de hacerlo. Una y otra vez vemos a Jesús apelando al poder de nuestras mentes para «elegir»: visión o juicio, felicidad o desdicha, paz o dolor. Lo que nos permite elegir de manera diferente es volvernos conscientes de que en realidad tenemos el poder de hacer esta decisión, y que este poder reside en nuestras mentes, no está en el mundo ni en el cuerpo.
(4) (4) «Estos pensamientos no significan nada.»
(4:2) «Los pensamientos de los que soy consciente no significan nada porque estoy tratando de pensar sin Dios.»
Este es el fondo de la cuestión. Representando a Dios se encuentra el Espíritu Santo, Jesús, o los pensamientos de estas lecciones. Si no estamos pensando en armonía con estos pensamientos - es decir, si estamos abrigando resentimientos, pensamientos de ataque o necesidades de especialismo en la forma que sea - en realidad «no» estamos pensando, y todo lo que resulte de no pensar también tiene que ser inexistente. Recuerda, causa y efecto nunca están separados. Las ilusiones pueden meramente engendrar más ilusiones.
(4:3) «Lo que yo llamo "mis" pensamientos no son mis pensamientos reales en absoluto.»
La razón es que se trata de "mis" pensamientos. Jesús desea que aprendamos que cada vez que digamos "esto es mío" o "esto soy yo", y que cada vez que hablemos de "mis" pensamientos, percepciones o cuerpo, todo lo que sigue a partir de ello será erróneo porque los cimientos son la separación y el especialismo. En el comienzo ontológico, el ego le dijo a Dios: “Esto es mío. Este es «mi» yo, no el tuyo. ¡Ya no formo parte de ti y tengo razón!” Esta actitud es siempre errónea porque la Filiación de Dios es una, y no puede haber una distinción verdadera entre los aparentemente distintos Hijos de Dios. La creencia en posesiones personales o identidad especial es la tapadera para el Ser no especial e impersonal que todos compartimos con todos, «como» el Todo.
(4:4-5) «Mis pensamientos reales son los pensamientos que pienso con Dios. No soy consciente de ellos porque he inventado mis pensamientos para que ocupasen su lugar.»
Jesús repetidamente nos dice que hemos fabricado nuestros propios pensamientos para reemplazar los pensamientos que pensamos con Dios, y lo hemos hecho porque deseamos ser un "yo". Atesoramos la primera persona «singular» y la primera persona singular en posesivo. Él no nos diría “esto es nuestro", el ego nos dice "es mío".
(4:6-8) «Estoy dispuesto a reconocer que mis pensamientos no significan nada y a abandonarlos. Elijo reemplazarlos por los que ellos tuvieron como propósito reemplazar. Mis pensamientos no significan nada, sin embargo, toda la creación descansa en los pensamientos que pienso con Dios.»
Una vez más, Jesús nos está recordando que aquí tenemos una elección, y nos anima a que hagamos esa elección, que permitamos que nuestros pensamientos sean reemplazados por los pensamientos de Dios - Su Hijo tal como Él lo ha creado.
(5) (5) «Nunca estoy disgustado por la razón que creo.»
(5:2) «Nunca estoy disgustado por la razón que creo porque estoy tratando constantemente de justificar mis pensamientos.»
Una vez que tomamos la decisión de ser un individuo y una primera persona posesiva en singular, constantemente estamos intentando justificar esa existencia. Este es el papel que juega la cara de la inocencia: no es mi culpa, y reúno a tantas personas como sea posible para justificar la percepción de mí mismo como una víctima. Por cierto, esto nunca es difícil de hacer porque la inmensidad del mundo proporciona una cantidad casi infinita de objetos potenciales para nuestras proyecciones. Además, lo que hace que esto sea interesante es que todos aquí estamos intentando justificar nuestra cara de inocencia, asegurando así que continuemos existiendo como individuos separados, «pero que sean otros los que sean responsables por ese pecado». Por lo tanto, han de ser ellos quienes tienen que ser castigados por el pecado que ya no se encuentra en nosotros.
(5:3-7) «Estoy tratando constantemente de hacer que sean verdad. Hago de todas las cosas mi enemigo de modo que mi ira esté justificada y mis ataques sean merecidos. No me he dado cuenta del mal uso que he hecho de todo lo que veo asignándole ese papel. He hecho esto para defender un sistema de pensamiento que me ha hecho daño y que ya no deseo. Estoy dispuesto a abandonarlo.»
Por lo general, cuando los estudiantes trabajan con el libro de ejercicios al principio no se dan cuenta y no prestan una atención a lo que están leyendo. Sin embargo, si continúan estudiando y trabajando con Un Curso de Milagros a lo largo de los años y leen el libro de ejercicios con mucho más detalle, lo que recomiendo encarecidamente, se asombrarán de lo que Jesús realmente está diciendo; declaraciones como las que acabamos de leer son ejemplos primordiales.
Jesús aquí está poniendo palabras en nuestras bocas, esperando que las mantengamos allí. Ahora estamos decidiendo que nos alegramos de estar equivocados, y aún más
felices al darnos cuenta de que hay alguien más dentro de nosotros que está en lo cierto. Esto implica dejar ir nuestra ira, juicios y arrogancia; nuestra devoción al especialismo; y en última instancia nuestra individualidad. Tiene que dejar de interesarnos el usar a otros como un refuerzo para defender la proyección, ubicándolos en la categoría de amor especial o de odio especial - objetos con quienes aparentamos unirnos o de quienes aparentamos separarnos. De cualquier forma, la necesidad que tiene nuestro ego de demostrar su inocencia está siempre repleta de pensamientos de ataque y de juicio, haciendo que otros sean culpables de los pecados que hemos proyectado sobre ellos, esperando entonces mágicamente que podamos escapar del castigo usando esta dinámica mágica demente. Ahora podemos estar felices de que podemos elegir de otra manera."
~ Del libro "Viaje a Través del Libro de Ejercicios de UCDM" por el Dr. Kenneth Wapnick. Traducción al Español por Alfonso Martínez.
Primer Repaso
Introducción
Comentada por:
Oscar Gómez Díez
Este es el primer repaso del libro de ejercicios, y el más extenso (de la lección 1 hasta la 50). Los siguientes repasos se harán cada 20 lecciones, en la primera parte del libro de ejercicios, esto es hasta la lección 220. En la segunda parte, desde la lección 221 hasta la lección 365, no hay repasos. Como nos dice la introducción al libro de ejercicios: "la primera parte está dedicada a anular la manera que ahora ves, y la segunda, a adquirir una percepción verdadera" (L-in. 3:1) Recordemos que ”El propósito del libro de ejercicios es entrenar a tu mente de forma sistemática a tener una percepción diferente de todas las cosas y de todo el mundo" (L-in.4:1) en otras palabras el objetivo es enseñarnos a pensar desde el amor, desde la paz, desde la dicha, desde la Mente de Dios, y no desde el ego, desde el conflicto, la carencia o el miedo. El objetivo del Curso de Milagros es invertir la manera como pensábamos que pensábamos. Estas 50 primeras lecciones estaban dedicadas a negar el mundo tal como lo percibíamos (de la 1 hasta la 19) y termina afirmando el mundo real, el mundo del amor y la paz (lecciones 35 hasta la 50), entre las lecciones 20 y 34 se alternan entre la afirmación del mundo real y la negación del mundo ilusorio. Los ejercicios se basan en contrastes, en reconocer opuestos y tomar partido por uno de ellos. Siempre debemos elegir entre el amor y el miedo, el Curso no da lugar a opciones intermedias, a confusiones o transigencias con el ego.
La introducción a este primer repaso nos dice que "El propósito de tu aprendizaje es capacitarte para que la quietud te acompañe donde quiera que vayas, y para que cures toda aflicción e inquietud." o sea, el propósito es lograr nuestra paz. Para lograrla, se requiere una práctica estructurada, con metodología, tiempos de práctica, meditaciones, discernimiento y prácticas de perdón, que nos revelen la paz que somos, en ese momento, ya no necesitaremos mas prácticas estructuradas, pues descubriremos que somos la paz. "Ya aprenderás que la paz forma parte de ti y que sólo requiere que estés presente para que ella envuelva cualquier situación en la que te encuentres." (primer repaso. In.5:1) El repaso nos permitirá identificar la relación intrínseca entre todas las lecciones, la coherencia del sistema de pensamiento de Un Curso de Milagros.
Haber llegado hasta la lección 50, ya es un logro enorme. El viejo mundo que estábamos acostumbrados a ver, comienza a perder sentido, el nuevo mundo, el mundo real, el mundo de la paz y el amor comienza a emerger y a ocupar un espacio central en nuestras vidas. De ti depende que este proceso continúe, se profundice, hasta el punto que aquietar tu mente, conectar con tu paz y tú amor sea tan natural y cotidiano como el aire que respiras, solo basta, que elijas día tras día al amor en lugar del miedo, a la paz en lugar del conflicto y a la felicidad en lugar del sufrimiento. La decisión es tuya.
Así que hagamos este primer repaso con la consciencia que hemos recorrido un primer segmento de los ejercicios, que vamos a profundizar y consolidar en los próximos 10 días. Estamos sentando las bases de una nueva manera de ver el mundo y de vernos a nosotros mismos, estamos reconociendo quienes somos realmente, el amor y la paz son nuestra herencia natural y vamos tras ella.
Bendiciones
LECCIÓN 51
Comentada por:
Oscar Gómez Díez
Esta primera lección de repaso, incluye las primeras 5 lecciones, así:
”1. Nada de lo que veo significa nada."
"2. Le he dado a todo lo que veo todo el significado que tiene para mí."
"3. No entiendo nada de lo que veo."
"4. Estos pensamientos no significan nada."
"5. Nunca estoy disgustado por la razón que creo."
Las primeras 5 lecciones que vamos a repasar hoy, están centradas en el tema del significado. Estas primeras lecciones son un verdadero choque para quienes se aproximan por primera vez al Curso, pues de entrada nos está diciendo que el mundo que estábamos acostumbrados a ver, el mundo en el que creíamos vivir, no es real, no existe, no tiene significado. Que es una fabricación de nuestra mente falsa. Que el problema no está en lo que veo, pues es solo un efecto, que el problema está en lo que pienso, su causa. Y lo que pienso está distorsionado por mis juicios, por mis miedos y culpas.
Y ese proceso de negar la realidad de lo que veo y de lo que pienso, de reconocer que carecen de un verdadero significado, parece una caída libre sin alternativas, por lo menos hasta la lección 20 y siguientes, que me plantean que puedo ver este mundo de otra manera, y me lo van mostrando en las ultimas lecciones (35 a 50) de este primer bloque que estamos repasando. Esa forma. diferente de ver el mundo es el Amor y la paz , y lo alcanzamos a través de los milagros, a través del perdón. De ahí que las lecciones nos digan que lo que vemos con nuestros ojos nos impiden ver con nuestra visión interior, la visión espiritual. Que lo que pensamos con el ego, nos impide pensar desde el amor, pensar con Dios, por lo tanto, hay que negar ese mundo, reconocer que no lo entendemos porque no es real, y reconocer que nos disgustamos cuando justificamos nuestros pensamientos egoicos, y nos sentimos confrontados con lo que percibimos.
Mientras tanto, la resistencia de nuestro ego se va incrementando en la medida que avanzan las lecciones, algunos abandonan el estudio, argumentando que es muy difícil o que es incomprensible, no obstante, muchos nos montamos en este carrusel de invertir nuestro sistema de pensamiento, con una luz de esperanza que nos llevara a puerto seguro, como ciertamente sucede.
En este mundo, todo lo que vemos con nuestros ojos, ya sean objetos, animales, plantas, personas o fenómenos naturales, les asignamos un nombre, una función, una utilidad, que resulta de la interpretación que hagamos de todo ello, de esa manera los dotamos de un significado, y les damos realidad. Ese significado goza de cierta universalidad, por ejemplo, estamos de acuerdo que una lámina metálica alargada con filo y un mango para sostenerla le damos el nombre de cuchillo. Pero la interpretación tiende a ser subjetiva, para que sirve el cuchillo?, es bonito o feo?, está bueno o está dañado?, me es útil o me produce temor?, puede ser de utilidad en la cocina o ser un arma de ataque?, etc. El cuchillo de por sí es neutro, pero la interpretación está mediada por juicios, y en el mundo de la percepción, nuestros juicios están mediados por la culpa, el miedo y las carencias, y nos conducen a la condena y al ataque. Este es un mundo de conflictos y opuestos, de juicios y castigos, de "buenos" y "malos" de "inocentes" y "culpables" de ganadores y perdedores. Este es un mundo demente, es nuestro infierno, donde el único gran ausente es el Amor. El Curso de Milagros, y en particular su libro de ejercicios, nos llevará poco a poco a experimentar el mundo real: el reflejo del Amor de Dios. Removeremos los obstáculos que el ego ha interpuesto para ocultarnos el amor que somos. En la medida que avanzamos con los ejercicios el Amor emergerá y brillará cada vez más en nuestra consciencia hasta ocupar la totalidad de la misma, la dualidad ha desaparecido, nuestra mente ya no está dividida, el ego se ha desvanecido, estamos a las puertas del Cielo, hemos regresado a Casa, el Curso ha cumplido su propósito. El mundo real, el Amor vuelve a ser el protagonista de nuestra existencia.
PRACTICA:
Las instrucciones para la práctica de las lecciones de repaso son sencillas, pero deben hacerse con diligencia. "Hoy comenzaremos una serie de sesiones de repaso. Cada una de ellas abarcará cinco de las ideas ya presentadas; comenzando con la primera y terminando con la quincuagésima. A cada idea le siguen un breve comentario que debes tener en cuenta al hacer tu repaso. Durante las sesiones de práctica, los ejercicios deben llevarse a cabo de la siguiente manera:"
" Comienza el día leyendo las cinco ideas, incluyendo los comentarios. De ahí en adelante no es necesario seguir un orden determinado al repasarlas, aunque se debe practicar con cada una de ellas por lo menos una vez. Dedica dos minutos o más a cada sesión de práctica, pensando en la idea y en los comentarios que le siguen después que los hayas leído. Haz esto tan a menudo como te sea posible durante el día. Si una de las cinco ideas te atrae más que las otras, concéntrate en ella. Sin embargo, asegúrate de repasarlas todas una vez más al final del día."
La idea es interiorizar cada una de las lecciones, identificar cómo se relacionan, ver su lógica secuencial y la coherencia de su metodología y del sistema de pensamiento que nos propone.
Así que lee detenidamente cada lección, el comentario que la acompaña y practica cada una por lo menos durante 2 minutos. Y recuérdalas y úsalas durante el día. Notarás que hay una mayor comprensión y entendimiento de las lecciones. Cada vez adquieren más sentido para ti a medida que las prácticas.
Abramos las puertas de nuestro corazón al amor, y mantengámoslas abiertas siempre, y contemplaremos un mundo perdonado y sanado, y lo haremos con la sonrisa de nuestra inocencia.
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