LECCIÓN 97
Soy Espíritu.
1. La idea de hoy te identifica a ti con tu único Ser. 2 No acepta una identidad dividida ni trata de formar una unidad entrelazando factores opuestos. 3 Simplemente declara la verdad. 4 Practica hoy esta verdad tan a menudo como puedas, pues extraerá a tu mente del conflicto y la llevará a los serenos campos de la paz. 5 Ni el más leve escalofrío de miedo se presentará, pues habrá sido absuelta de la locura al haber abandonado la ilusión de una identidad dividida.
2. Volvemos a declarar la verdad acerca de tu Ser, el santo Hijo de Dios que mora en ti, Cuya mente ha sido restituida a la cordura. 2 Eres el Espíritu que ha sido amorosamente dotado de todo el Amor, la paz y la dicha de tu Padre. 3 Eres el Espíritu que completa a Dios Mismo y que comparte con Él Su función de Creador. 4 Él está siempre contigo, tal como tú estás con Él.
3. Hoy trataremos de acercar todavía más la realidad a tu mente. 2 Cada vez que practicas, te vuelves cuando menos un poco más consciente, ahorrando en algunas ocasiones mil años o más. 3 Los minutos que dedicas se multiplican una y otra vez, pues el milagro hace uso del tiempo, pero no está regido por él. 4 La salvación es un milagro, el primero y el último; el primero que es el último, pues es uno.
4. Eres el Espíritu en cuya mente mora el milagro en el que el tiempo se detiene; el milagro en el que un minuto que se dedique a la práctica de estas ideas se convierte en un lapso de tiempo ilimitado e infinito. 2 Da gustosamente, pues, estos minutos, y cuenta con Aquel que prometió infundirlos de intemporalidad. 3 Él respaldará cada pequeño esfuerzo que hagas con toda Su Fortaleza. 4 Concédele hoy los minutos que Él necesita para poder ayudarte a entender con Él que eres el Espíritu que mora en Él y que hace un llamamiento a todo ser vivo a través de Su Voz; el Espíritu que ofrece Su visión a todo aquel que se la pide y que reemplaza el error con la simple verdad.
5. El Espíritu Santo se regocijará de tomar cinco minutos de cada hora de tu tiempo para llevarlos alrededor de este mundo afligido donde el dolor y la angustia parecen reinar. 2 No pasará por alto ni una sola mente receptiva que esté dispuesta a aceptar los dones de curación que esos minutos brindan, y los concederá allí donde Él sabe que han de ser bien recibidos. 3 Y su poder sanador aumentará cada vez que alguien los acepte como sus propios pensamientos y los use para curar.
6. De esta manera, cada ofrenda que se Le haga se multiplicará miles de veces y decenas de miles más. 2 Y cuando te sea devuelta, sobrepasará en poderío la pequeña ofrenda que hiciste, en forma parecida a como el resplandor del sol es infinitamente más potente que el pequeño destello que emite la luciérnaga en un fugaz instante antes de apagarse. 3 El constante fulgor de esta luz permanecerá contigo, y te guiará más allá de las tinieblas y nunca podrás olvidar el camino otra vez.
7. Comienza estos gratos ejercicios con las palabras que el Espíritu Santo te dice, y deja que su eco reverbere por todo el mundo a través de Él:
2 Espíritu soy, un santo Hijo de Dios; libre de toda limitación, a salvo, sano y pleno.
3 Libre para perdonar y libre para salvar al mundo.
3 Expresado a través de ti, el Espíritu Santo aceptará este regalo que recibiste de Él, aumentará su poder y te lo devolverá.
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Lección 97 comentada por
Jorge Luis Álvarez Castañeda
LECCIÓN 97
Soy Espíritu.
Comentada por:
Jorge Luis Álvarez Castañeda
¡Que la paz sea con nosotros hoy!
La lección 97 Soy espíritu es la solución a la lección de ayer que nos hablaba de una mente dividida. Hoy, Jesús, quiere que avancemos en la conciencia de que no somos una mente dividida sino que tenemos un solo principio que nos unifica: somos Espíritu
Nos dice Jesús:
_”La idea de hoy te identifica a ti con tu único Ser. No acepta una identidad dividida ni trata de formar una unidad entrelazando factores opuestos. Simplemente declara la verdad. Practica hoy esta verdad tan a menudo como puedas, pues extraerá a tu mente del conflicto y la llevará a los serenos campos de la paz. Ni el más leve escalofrío de miedo se presentará, pues habrá sido absuelta de la locura al haber abandonado la ilusión de una identidad dividida”_.
El aceptar que soy Espíritu, que hago parte de la misma naturaleza de Dios por ser Su Hijo, me saca de la incoherencia que creerme de una doble naturaleza: mente y cuerpo. Mi mente está en conflicto cuando no sabe que es, lo que la lleva a creer que puede obedecer a dos señores: el ego que quiere que centre mi atención en el cuerpo y el Espíritu Santo en la mente como expresión del Espíritu. Recordemos lo que Jesús nos ha explicado en la Clarificación de términos del Manual para el maestro:
_”El término mente se utiliza para representar el principio activo del espíritu, el cual suministra a este su energía creativa. Cuando el término va con mayúscula, se refiere a Dios o a Cristo (es decir, a la Mente de Dios o a la Mente de Cristo). El Espíritu es el Pensamiento de Dios que el creó semejante a Sí Mismo. El Espíritu unificado es el Hijo de Dios, o Cristo…En el curso, por lo tanto se describe a la mente como si consistiera de dos partes: el espíritu y el ego…El espíritu es la parte que aún se mantiene con Dios a través del Espíritu Santo”_. (C. 1.1:1-4, 2:4, 3:1)
El Hijo de Dios, o Cristo, o el Ser como lo llama, Jesús, en estas últimas lecciones, es Espíritu. No puede ser Espíritu y cuerpo a la vez. El cuerpo muere, el Espíritu no. Fue creado eterno. Como vimos en la anterior lección, aunque somos un solo Ser nos percibimos separados.
En el Curso se describe a la mente como si consistiera de dos partes: el espíritu y el ego. El Espíritu es la parte que aún se mantiene en contacto con Dios a través del Espíritu Santo. El papel del Espíritu Santo es permitir que el recuerdo de Dios aparezca en los Hijos que lo han olvidado. El escuchar al Espíritu Santo es una decisión que tomamos para estar en nuestra mente recta. El aprender a escuchar esa voz es todo un aprendizaje y de esto se trata este Curso. Se requiere que lo queramos. La Voz del Espíritu Santo no da órdenes, no es arrogante. Su Voz, es simplemente un recordatorio que nos dice continuamente: ¡Perdona! ¡Perdona! ¡Busca la paz!
Jesús, insiste en la importancia de estas prácticas de la lección. Nos dice:
_”Hoy trataremos de acercar todavía más la realidad a tu mente. Cada vez que prácticas, te vuelves cuando menos un poco más consciente, ahorrando en algunas ocasiones mil años o más. Los minutos que dedicas se multiplican una y otra vez, pues el milagro hace uso del tiempo, pero no está regido por él. La salvación es un milagro, el primero y el último; el primero que es el último, pues es uno”_.
Jesús, nos enseña que el tiempo lineal no lo creó Dios. Es una fabricación del ego. Cuando elegimos el milagro este tiempo lineal de pasado, presente y futuro se colapsa y ya no es necesario cargar con todo un pasado de culpa y, también, hacia el futuro no es necesario seguir repitiendo los mismos errores. Aquí estamos hablando de la mente recta. El milagro está fuera del tiempo.
Les recomiendo realizar las prácticas de 5 minutos cada hora donde se aquieten y traten de ir al interior de su mente y escuchar al Espíritu Santo. Comienza con lo que te dice el Espíritu Santo:
Espíritu soy, un santo Hijo de Dios; libre de toda limitación, a salvo, sano y pleno. Libre para perdonar y libre para salvar al mundo.
La lección 97 Soy Espíritu es una lección muy bella, que puede generar mucha felicidad. Si aceptáramos esta verdad en nuestros corazones no veríamos el mundo de sufrimiento y de miedo que creemos nos rodea. Haríamos realidad la lección 48 No hay nada que temer. Porque el miedo está ligado al cuerpo y a su inevitable desaparición con la muerte.
Jesús, nos recomienda aplicar las lecciones del Curso a todas las circunstancias que se nos presenten en la vida diaria. Especialmente en aquellas que nos quiten la paz. Decir esto es fácil. Otra cosa es aplicarla. Y cuando no se aplican aparece el ego con toda su batería de argumentos para desanimarnos, culpabilizarnos y hacernos desistir. La salida es no desistir, pedir la ayuda del Espíritu Santo y de Jesús y seguir avanzando.
Les deseo muchas experiencias con esta lección que contribuyan a su paz interior. Hagamos la lección, como se nos propone, siempre en compañía del Espíritu Santo y de Jesús, sin olvidarnos de reír porque la Voluntad de Dios, para nosotros, es perfecta felicidad.
Muchas, muchísimas, bendiciones.
Jorge Luis Álvarez Castañeda
Kenneth Wapnick
“Soy espíritu.”
Lección 97
“Esta lección (97) continúa con el tema de nuestro verdadero Ser o Identidad, que exploramos en lecciones anteriores. Aquí, nuestro verdadero Ser se identifica específicamente con el espíritu.
(1:1-2) «La idea de hoy te identifica a ti con tu único Ser. No acepta una identidad dividida, ni trata de formar una unidad entrelazando factores opuestos.»
Hablé antes sobre la tendencia, especialmente en la medicina holística, de unificar espíritu, mente y cuerpo. Esta lección nuevamente deja en claro que es imposible formar una unidad entrelazando dos estados que son mutuamente irreconciliables: el espíritu y la mente dividida; espíritu y cuerpo. Por lo tanto, se nos pide elegir entre la verdad y la ilusión. Este importante tema también se expresará a medida que continúen las lecciones.
(1:3-4) «Simplemente declara la verdad. Practica hoy esta verdad tan a menudo como puedas, pues extraerá a tu mente del conflicto y la llevará a los serenos campos de la paz.»
Esta verdad es que somos espíritu, el Ser al que traemos todos los pensamientos falsos de nuestra identidad. Estas ilusiones se han aprendido tan bien que se necesita mucha práctica para desaprender. Motivarnos, así como proporcionar un marco para este desaprendizaje es el propósito de estos ejercicios. Con el tiempo, por lo tanto, somos guiados suavemente desde los campos de batalla y conflicto a “los serenos campos de la paz” en los que nuestro Ser es recordado.
(1:5) «Ni el más leve escalofrío de miedo hará acto de presencia, pues habrá sido absuelta de la locura al haber abandonado la ilusión de una identidad dividida.»
Jesús nos está recordando que hemos elegido contra el ego y a favor del Espíritu Santo, recordando que nuestra realidad es espíritu, no la mente dividida o el cuerpo. Cuando elegimos al Espíritu Santo, elegimos el pensamiento en nuestras mentes que es el recuerdo de Quién somos como Cristo. Dado que el amor perfecto echa fuera el temor, para citar la famosa línea bíblica (1 Juan 4:18), cuando elegimos recordar el amor, ni el más leve escalofrío de miedo hará acto de presencia. Este es el rol del milagro, como lo señala este temprano silogismo en el texto:
“En el proceso de separar lo falso de lo verdadero, el milagro procede de acuerdo con lo siguiente:
El amor perfecto expulsa el miedo.
Si hay miedo,
es que no hay amor perfecto.
Más:
Sólo el amor perfecto existe.
Si hay miedo, éste produce un estado que no existe.”
( T-1.VI.5:3-8 )
Así nos es devuelta la cordura de nuestras mentes correctas, y recordamos nuestra identidad como espíritu.
(2) «Volvemos a declarar la verdad acerca de tu Ser, el santo Hijo de Dios que mora en ti, a Cuya mente le ha sido restituida la cordura. Tú eres el espíritu que ha sido amorosamente dotado de todo el Amor, la paz y la dicha de tu Padre. Tú eres el espíritu que completa a Dios Mismo y que comparte con Él Su función de Creador. Él está siempre contigo, tal como tú estás con Él.»
Pedirle al Espíritu Santo que nos enseñe a perdonar nos restaura a la cordura que corrige las ilusiones del ego. El miedo ha sido llevado al amor, que lo disuelve suavemente en la verdad. A medida que desempeñamos nuestra función de perdón aquí, nuestra función de creación en el Cielo regresa a nuestra conciencia como espíritu, y recordamos la Unicidad que nos creó como uno con Ella.
(3) «Hoy trataremos de acercar la realidad a tu mente todavía más. Cada vez que practicas, te vuelves cuando menos un poco más consciente, ahorrando en algunas ocasiones mil años o más. Los minutos que dedicas se multiplican una y otra vez, pues el milagro hace uso del tiempo, pero no está regido por él. La salvación es un milagro, el primero y el último; el primero que es el último, pues es uno.»
Este pasaje hace el mismo punto visto en las primeras páginas del texto donde Jesús discute el papel del milagro en nuestra salvación. Su propósito es colapsar el tiempo, ahorrándonos incluso miles de años. Sin profundizar en metafísica de Un Curso de Milagros sobre el tiempo, podemos simplemente decir que dado que el tiempo no es lineal, todo ocurrió en un instante, Jesús enseña que cuando elegimos un milagro, elegimos deshacer enormes secciones de nuestro sistema de pensamiento que creemos que existen en el tiempo. Por lo tanto, él dice:
“El milagro reduce al mínimo la necesidad del tiempo…tiene la propiedad única de abolir el tiempo en la medida en que hace innecesario el intervalo de tiempo que abarca. No existe relación alguna entre el tiempo que un milagro tarda en llevarse a cabo y el tiempo que abarca. El milagro substituye a un aprendizaje que podría haber durado miles de años…acorta el tiempo al producir su colapso, eliminando de esta manera ciertos intervalos dentro del mismo. Hace esto, no obstante, dentro de la secuencia temporal más amplia.” (T-1.II.6:1, 5-7, 9-1 0)
Como ejemplo, considérate como alguien que ha experimentado mucho abandono en su vida. Este guión, por supuesto, cubre todo el holograma de tiempo y espacio, y por lo tanto este tema sin duda ha sido revivido una y otra vez durante muchas vidas. Por el bien de esta discusión, pensemos sólo en diez vidas, cada una abarcando cien años. Cuando perdonas las figuras de abandono en tu vida actual, el resultado es como un efecto dominó, borrando las nueve vidas restantes no lineales junto con la actual. En ese sentido, entonces, te has ahorrado “mil años”. Para cambiar de metáfora, piensa en una computadora en la que tengas un archivo llamado «Abandono» que contenga las muchas veces en que has sido abandonado Por cierto, comprender la dinámica de la proyección nos ayuda a comprender que detrás de nuestras acusaciones se encuentra la autoacusación de haber abandonado primero el amor. Cuando llega el instante santo en el que perdonamos, todo el archivo de «Abandono» – resentimientos abrigados contra otros, culpa albergada contra nosotros mismos – es borrado.
También debería ser obvio que Jesús no quiere decir literalmente mil, porque no hay tiempo. El contenido detrás del símbolo numérico es la enseñanza de Jesús de que Un Curso de Milagros te ahorrará tiempo. Cuando perdonas a uno de tus compañeros especiales, detrás de él se encuentran miles de otros objetos de tu odio proyectado:
“El primer testigo que verás será a tu hermano, pero tras él habrá miles, y tras cada uno de éstos mil más.” (T-27.V.10:4)
Esto, entonces, es lo que Jesús quiere decir con el milagro. Erróneamente, creemos que cada vez que pensamos en Dios durante todo el día, estamos pensando en Dios solo por ese único momento. En verdad, sin embargo, «estamos deshaciendo» una larga serie de errores en los que hemos olvidado a Dios y elegido al ego en su lugar. A través de este deshacimiento, somos salvados de nuestras dementes ilusiones de separación, culpa y especialismo. Los mismos son uno, ya que solo hay un error. Así el milagro los deshace a todos, ya que solo hay un problema del cual debemos ser salvados.
(4) «Tú eres el espíritu en cuya mente mora el milagro en el que el tiempo se detiene; el milagro en el que un minuto que se dedique a la práctica de estas ideas se convierte en un lapso de tiempo ilimitado e infinito. Da, pues, gustosamente estos minutos, y cuenta con Aquel que prometió infundirlos de intemporalidad. Él respaldará con toda Su fortaleza cada pequeño esfuerzo que hagas. Concédele hoy los minutos que Él necesita para poder ayudarte a entender con Él que tú eres el espíritu que mora en Él y que hace un llamamiento a todas las cosas vivientes a través de Su Voz; el espíritu que ofrece Su visión a todo aquel que se la pide y que reemplaza el error con la simple verdad.»
El milagro está fuera del tiempo, y entonces “el tiempo se detiene” dentro de él. Ello representa nuestras mentes correctas, a las que acudimos cuando queremos reconocer que hemos estado equivocados y que el Espíritu Santo está en lo correcto. Elegir el milagro significa, por lo tanto, soltar la mano del ego y tomar la del Espíritu Santo en su lugar. La parte tomadora de decisiones de nuestras mentes está fuera del tiempo y el espacio, y en ese sentido es atemporal. Experimentamos los efectos de este cambio dentro del mundo del tiempo, que es la razón por la que Jesús habla de ahorrar tiempo – miles de años. En realidad, sin embargo, simplemente hemos regresado a nuestras mentes atemporales y hemos vuelto a elegir. El tema subyacente aquí es que el Espíritu Santo no puede ayudarnos a menos que se Lo permitamos. En otras palabras, nuestra papel es ofrecer “estos minutos … [y] cada pequeño esfuerzo” al Espíritu Santo. En lugar de dedicarlos en negar la verdad, se nos pide que apliquemos el mismo esfuerzo para corregir nuestro error. Esto refleja el tema central de un poco de buena disposición:
“Tu papel consiste únicamente en estar dispuesto, aunque sea mínimamente, a que Él elimine todo vestigio de odio y de temor y a ser perdonado.” (T-18.V.2:5)
Ten en cuenta también el tema de la inclusión total, una parte integral de la estructura de la enseñanza de Jesús. Nuestro verdadero Ser – espíritu – llama a todos, sin excepción. El Hijo de Dios es uno, y ofrecer la corrección de la visión a algunos y no a todos asegura que la corrección nunca será.
Esta idea se encuentra a lo largo de Un Curso de Milagros, y el siguiente pasaje es representativo:
“Dios ha encomendado a todos a cada uno, pues un salvador parcial es uno que sólo se ha salvado parcialmente. Los santos hermanos que Dios te ha encomendado para que los salves son todos aquellos con quienes te encuentras o a quienes contemplas sin saber quién son; los que viste por un instante y luego olvidaste; los que conociste hace mucho; los que conocerás algún día; aquellos de los que ya no te acuerdas y los que aún no han nacido. Pues Dios te ha dado a Su Hijo para que lo salves de cualquier concepto que él jamás haya abrigado.” (T-31.VII.10:4-6)
Al aprender a perdonar a «toda» la Filiación, llegamos a saber que la Voz interna que hemos seguido es verdaderamente la de Dios.
(5:1) «El Espíritu Santo se regocijará de tomar cinco minutos de cada hora de tu tiempo para llevarlos alrededor de este mundo afligido donde el dolor y la congoja parecen reinar.»
Ten en cuenta que Jesús no dice que el Espíritu Santo los llevará alrededor de este mundo feliz y dichoso. Él quiere que comprendamos que este es un mundo de dolor, miseria y sufrimiento. Puedes recordar un sentimiento similar expresado en el manual para los maestros:
“…sólo el tiempo se arrastra pesadamente, y el mundo ya está muy cansado. Está viejo, agotado y sin esperanzas.” (M-1.4:4-5)
Si no comprendemos el dolor del mundo, no habría ninguna motivación para elegir un pensamiento diferente, y sin esa elección nuestra miseria no se puede ser deshecha. El manual se cierra con un encantador poema en prosa, expresando la gratitud del Cielo por nuestra decisión de aceptar y extender el mensaje de esperanza que el mundo cansado anhela escuchar. Comienza:
“Y ahora, bendito seas en todo lo que hagas. Dios te pide ayuda para salvar el mundo. Maestro de Dios, Él te ofrece Su gratitud y el mundo entero queda en silencio ante la gracia del Padre que traes contigo.” (M-29.8:1-3)
(5:2-3) «No pasará por alto ni una sola mente receptiva que esté dispuesta a aceptar los dones de curación que esos minutos brindan, y los concederá allí donde Él sabe que han de ser bien recibidos. Y su poder sanador aumentará cada vez que alguien los 2.»
Hablé antes sobre el uso del lenguaje de Un Curso de Milagros, y aquí vuelvo brevemente a ese tema. Jesús no quiere decir literalmente que el Espíritu Santo “no pasará por alto ni una sola mente receptiva”, y que Él concederá Sus dones de curación “donde Él sabe que han de ser bien recibidos”. «El Espíritu Santo no hace cosas». Él está hablando de Él aquí como si lo hiciera, como si Él fuera miembro del homo sapiens, pero esto es solo una metáfora para expresar «nuestra» experiencia de él. En realidad, el Amor del Espíritu Santo está presente solo en la única mente del Hijo, y no hace nada. Simplemente es.
En el instante santo – cuando elijo aceptar el amor sanador del Espíritu Santo – mi mente se une a «toda» la Filiación, no a una «parte». Al elegir Su Amor, me hago uno con Ello, porque Él se ha hecho completamente presente en mi mente, que ahora es una con la Suya. Además, mi mente debe ser una con la Filiación, porque es una dentro de sí misma. Por lo tanto, Su Amor debe estar presente en toda la Filiación cuando Lo haya aceptado en la mía. Ese es el significado de la lección posterior, “Cuando me curo no soy el único que se cura.” (W-pI.137). Cada aspecto de la Filiación todavía debe elegir aceptar ese regalo. Sin embargo, una vez que mi mente ha sido sanada en el instante santo, la Filiación como un todo recibe el regalo que ahora he aceptado para mí mismo.
(6:1) «De esta manera, cada ofrenda que se le haga se multiplicará miles de veces y decenas de miles más.»
Esto es así porque en el instante santo, nuevamente, la Filiación se sana, no sólo mi mente únicamente. No puede haber ningún pensamiento de fragmentación cuando la mente se cura. La importancia de este tema de la inclusión total es evidente por su recurrencia a lo largo del Curso. Forma la base del perdón y el deshacimiento del sistema de pensamiento del ego de separación.
(6:2-3) «Y cuando te sea devuelta, sobrepasará en poderío la pequeña ofrenda que hiciste, en forma parecida a como el resplandor del sol es infinitamente más potente que el pequeño destello que emite la luciérnaga en un fugaz instante antes de apagarse. El constante fulgor de esta luz permanecerá y te guiará más allá de las tinieblas, y jamás podrás olvidar el camino otra vez.»
Es tentador exclamar: “¿En serio? ¡Te mostraré! “. Es útil tener en cuenta a nuestro ego que busca probar que Jesús está equivocado. Una forma efectiva de tener éxito es tomar declaraciones como las anteriores y demostrar lo contrario. Si podemos olvidar la verdad de este párrafo, habremos demostrado que está equivocado, y una vez más habremos establecido que la separación es un hecho y que tenemos la razón.
Por lo tanto, siempre debemos ser conscientes de la necesidad de probar que Jesús está equivocado al demostrarle a él qué ego tan sano tenemos. Y cuantas más personas recolectemos para corroborar nuestros egos, más convincente se vuelve nuestro caso. Es por eso que tenemos que atacar a otros. El ataque da el mensaje de que somos “malos”; y una respuesta defensiva demuestra que tenemos razón y que Jesús está equivocado. Las imágenes del sol y el “pequeño destello” de la luciérnaga nos recuerdan que lo que pensamos que experimentamos dentro de la pequeña “realidad” de nuestros cuerpos no tiene nada que ver con la gloriosa verdad de su amor presente en nuestras mentes. Por lo tanto, él nos dice en el texto que lo que consideramos nuestros mayores avances fueron nuestros peores retrocesos, mientras que nuestros fracasos percibidos fueron nuestros mayores éxitos (T-18.V.1: 6). No entendemos nada. Lo que para nosotros parece ser solo una pequeña expresión del amor de Jesús – actuar amablemente con alguien, por ejemplo – en verdad tiene un tremendo impacto en la Filiación. Ten en cuenta que parece pequeño porque juzgamos desde la perspectiva limitada y distorsionada de nuestra propia experiencia. Un pasaje como este explica que el efecto en nuestras mentes cuando pedimos la ayuda de Jesús tiene ramificaciones mucho mayores de lo que estamos conscientes.
(7) «Comienza estos gratos ejercicios con las palabras que el Espíritu Santo te dice, y deja que su eco reverbere por todo el mundo a través de Él:
Espíritu soy, un santo Hijo de Dios; libre de toda limitación, a salvo, sano y pleno. Libre para perdonar y libre para salvar al mundo.
Expresado a través de ti, el Espíritu Santo aceptará este regalo que recibiste de Él, aumentará su poder y te lo devolverá.»
Estos ejercicios son felices porque su objetivo es hacernos felices. Ya hemos comentado sobre la sección “El alumno feliz.” (T-14.II), que refleja este pensamiento feliz. Aceptar la verdad sobre nosotros mismos deshace todo dolor y sufrimiento, liberando la mente a la felicidad que el Espíritu Santo tiene para nosotros y la Filiación, unida «con» nosotros y «como» nosotros.
(8:1-2) «Ofrécele gustosamente hoy cada sesión de práctica. Y Él te hablará, recordándote que eres espíritu, uno con Él y con Dios, uno con tus hermanos y con tu Ser.»
Esta lección también enuncia el tema de la unicidad: somos uno con Dios, el Espíritu Santo y la Filiación. La palabra “recordándote” es importante porque es una descripción crucial de la función del Espíritu Santo. Él no hace cosas en nuestro nombre, ni nos dice cosas. Su presencia es el simple recordatorio de la verdad. Recuerda este pasaje que ya es familiar:
“La Voz del Espíritu Santo no da órdenes porque es incapaz de ser arrogante. No exige nada porque su deseo no es controlar. No vence porque no ataca. Su Voz es simplemente un recordatorio. Es apremiante únicamente por razón de lo que te recuerda. Le ofrece a tu mente el otro camino, permaneciendo serena aun en medio de cualquier confusión a que puedas dar lugar. La Voz que habla por Dios es siempre serena porque habla de paz.” (T-5.II.7: 1-6)
Nos resta aceptar Su recuerdo. Tal es el propósito de estas lecciones, acelerar la aceptación de “el otro camino”.
(8:3) «Escucha las seguridades que te da cada vez que pronuncias las palabras que Él te ofrece hoy, y permite que Él le diga a tu mente que son verdad.»
Él no puede decir a nuestras mentes que estas palabras son verdad – nuestra realidad es espíritu y no el cuerpo – a menos que se Lo permitamos. La responsabilidad nunca está sobre los hombros de Jesús o del Espíritu Santo, sino sobre los nuestros. El punto fundamental de Un Curso de Milagros – y esto no puede enfatizarse lo suficiente – no es lo que Ellos harán por nosotros, sino nuestra elección contra el ego para que Su amor sea libre de impregnar todos los aspectos de nuestras vidas.
(8:4) «Utilízalas contra cualquier tentación, y evita las lamentables consecuencias que la tentación trae consigo si sucumbes a la creencia de que eres otra cosa.»
Una vez más, Jesús dice que estas lecciones no tienen ninguna relevancia a menos que las apliques a instancias específicas cuando estés enojado, ansioso o de alguna manera inquieto. Antes de alcanzar la forma de magia que aliviará tu inquietud, pide a Jesús que te ayude. Él nunca te dirá que «no» uses la magia, pero su punto es que no puede ayudarte a despertar de tu sueño de dolor a menos que se lo pidas.
Por lo tanto, cada vez que sientas la tentación de utilizar algún tipo de especialismo como forma de aliviar tu ansiedad o culpa, piensa primero en la lección y dile a Jesús: “Por favor, ayúdame a ver mi malestar de otra manera”. Sin tu miedo, en lugar de tomar la mano del especialismo, tomarías la de Jesús en su lugar. Incluso cuando la sueltes, al menos sabrás que eso es lo que has hecho. La poca buena disposición de ser honesto contigo mismo es todo lo que él requiere para que seas su alumno y aprendas sus lecciones.
(8:5-6) «El Espíritu Santo te brinda paz hoy. Recibe Sus palabras, y ofréceselas a Él.»
Volvemos a nuestra motivación para aprender Un Curso de Milagros – la paz del Espíritu Santo:
“No olvides que la motivación de este curso es alcanzar y conservar el estado de paz. En ese estado la mente se acalla y se alcanza la condición en la que se recuerda a Dios.” (T-24.in.1:1-2)
Una vez que perdonamos y aceptamos Su paz – “la condición en la que se recuerda a Dios” – se vuelve nuestra, permitiendo que el recuerdo de nuestro Ser alboree en nuestras mentes. Así es el regalo del Espíritu Santo devuelto a Él, y por medio de Él a la Filiación.”
Del libro “Viaje a Través del Libro de Ejercicios de UCDM” por el Dr. Kenneth Wapnick.
LECCIÓN 97
"Soy espíritu."
Comentada por:
Oscar Gómez Díez
"La idea de hoy te identifica a ti con tu único Ser." Esta lección le da continuidad a los temas que iniciamos a partir de la lección 91 que describe nuestra verdadera identidad, en este caso "Soy espíritu."*que es nuestra realidad última más allá de las formas y conflictos de este mundo, y nos define como: *"Tú eres el espíritu que ha sido amorosamente dotado de todo el Amor, la paz y la dicha de tu Padre. Tú eres el espíritu que completa a Dios Mismo y que comparte con Él Su función de Creador. Él está siempre contigo, tal como tú estás con Él." está es nuestra realidad inmortal, la definición se contrapone a la que el ego quiere hacer de nosotros, como seres divididos, vulnerables, y conflictivos identificados con un cuerpo que se enferma, degrada y muere. "Soy espíritu." es una afirmación que "No acepta una identidad dividida, ni trata de formar una unidad entrelazando factores opuestos." Nuestro verdadero Ser no está en conflicto consigo mismo, es pleno e integro. "Soy espíritu." por lo tanto, no acepta lo que es contrario a su naturaleza, trasciende nuestra auto percepción de creer ser un cuerpo y un yo individual que busca sobrevivir en este mundo.
Reconocer que "Soy espíritu." es simplemente declarar la verdad de lo que soy, y se nos dice que "Practica hoy esta verdad tan a menudo como puedas, pues extraerá a tu mente del conflicto y la llevará a los serenos campos de la paz." Jesús nos está diciendo que la práctica de esta lección nos llevará del conflicto a la paz. Pues en la medida que aceptamos y afirmamos lo que realmente somos estamos negando lo que no somos. Y solo el Espíritu está siempre en paz, contrario al ego que su naturaleza es el conflicto.
La paz no es un logro menor simplemente por reconocer y aceptar la realidad de lo que soy. El otro logro que nos ofrece como resultado del ejercicio es la superación del miedo: "Ni el más leve escalofrío de miedo hará acto de presencia pues habrá sido absuelta de la locura al haber abandonado la ilusión de una identidad dividida." superar el miedo tampoco es un logro menor.
PROPÓSITO:
"Hoy trataremos de acercar la realidad a tu mente todavía más." al unificar nuestra mente, liberarnos del miedo y llevarnos a la paz, que es nuestra verdadera naturaleza.
LA SANACIÓN Y EL TIEMPO:
"Cada vez que practicas, te vuelves cuando menos un poco más consciente, ahorrando en algunas ocasiones mil años o más." esta es otra afirmación sorprendente. El perdón y la práctica de los ejercicios nos pueden ahorrar miles de años de conflictos y sufrimientos. El perdón al sanar el pasado (culpa) y el futuro (miedo) colapsa el tiempo, pues sólo queda el presente. Al reconocer que "Soy espíritu." te saca del tiempo, te ubica en la eternidad donde realmente eres. "Tú eres el espíritu en cuya mente mora el milagro en el que el tiempo se detiene; el milagro en el que un minuto que se dedique a la práctica de estas ideas se convierte en un lapso de tiempo ilimitado e infinito."
Práctica pidiéndole al Espíritu Santo que te ayude a recordar quien eres, espíritu y "Da, pues, gustosamente estos minutos, y cuenta con Aquel que prometió infundirlos de intemporalidad."
PRÁCTICA:
Aquiétate durante los 5 primeros minutos de cada hora y comienza a repetir lentamente las siguientes frases e interiorízalas
" Espíritu soy, un santo Hijo de Dios; libre de toda limitación, a salvo, sano y pleno. Libre para perdonar y libre para salvar al mundo."
Practicar este ejercicio los primeros 5 minutos de cada hora es el mejor regalo que te puedes hacer a ti mismo, y el Espíritu Santo te lo multiplicará y extenderá a todas las mentes que Dios creó una contigo. "Y Él te hablará, recordándote que eres espíritu, uno con Él y con Dios, uno con tus hermanos y con tu Ser."
Procura no perderte ese encuentro de tu ser con tu Ser cada hora, no te niegues la posibilidad de experimentar la luz, la dicha y la paz que moran en ti. La posibilidad de trascender el miedo, lograr la paz y reconocer la luz que eres, espíritu y solo espíritu creado por Dios a semejanza de Sí Mismo, está en tus manos si eliges recordar y asumir ser quien eres: espíritu.
TEXTO
CELEBRANDO EL MILAGRO
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