LECCIÓN 138
El Cielo es la alternativa por la que me tengo que decidir.
1. En este mundo, el Cielo es algo que se elige porque en este mundo se cree que hay alternativas entre las que se puede elegir. ²Pensamos que todas las cosas tienen un opuesto y que elegimos lo que queremos. ³Si el Cielo existe tiene que haber también un infierno, pues es mediante contradicciones como construimos lo que percibimos y lo que pensamos que es real.
2. La creación no conoce opuestos. ²Pero aquí, la oposición es parte de lo que es "real". ³Esta extraña percepción de la verdad es lo que hace que elegir el Cielo parezca ser lo mismo que renunciar al infierno. ⁴En realidad no es así. ⁵Mas lo que es verdad en la creación de Dios no podrá ponerse de manifiesto aquí hasta que no se refleje en alguna forma que el mundo pueda entender. ⁶La verdad no puede arribar allí donde sólo podría ser percibida con miedo. ⁷Pues esto constituiría el error de que la verdad puede ser llevada ante las ilusiones. ⁸La oposición le niega la bienvenida a la verdad y ésta no puede hacer acto de presencia.
3. Elegir es obviamente la manera de poder escapar de lo que aparentemente son opuestos. ²Tomar una decisión permite que uno de los objetivos en conflicto se convierta en la mira de tus esfuerzos y en lo que empleas el tiempo. ³Si no tomas una decisión, desperdicias el tiempo y tus esfuerzos se disipan. ⁴Éstos son en vano y el tiempo pasa de largo sin que te resulte provechoso. ⁵No tienes la sensación de haber logrado algo, pues no has conseguido nada ni aprendido nada.
4. Es necesario que se te recuerde que aunque crees enfrentarte a miles de alternativas, en realidad sólo hay una. ²E incluso ésta tan sólo aparenta ser una alternativa. ³No te dejes confundir por todas las dudas que una miríada de decisiones produciría. ⁴Tomas solamente una. ⁵Y una vez que la has tomado, percibes que no fue una decisión en absoluto, ⁶pues sólo la verdad es verdad y nada más lo es. ⁷No hay opuesto que se pueda elegir en su lugar. ⁸No hay nada que pueda contradecir la verdad.
5. Toda decisión está basada en lo que se ha aprendido. ²Y la verdad no es algo que se pueda aprender sino tan sólo reconocer. ³En este reconocimiento reside su aceptación, y al aceptarse, se conoce. ⁴Mas el conocimiento se encuentra más allá de los objetivos que nos proponemos enseñar dentro del marco de este curso. ⁵Nuestros objetivos son objetivos de enseñanza que se logran al aprender cómo alcanzarlos, qué son y qué te ofrecen. ⁶Tus decisiones son el resultado de lo que has aprendido, pues se basan en lo que has aceptado como la verdad con respecto a lo que eres y a lo que son tus necesidades.
6. En este mundo de enajenante complejidad el Cielo parece ser una alternativa en lugar de lo que meramente es. ²De todas las decisiones que has tratado de tomar, ésta es la más sencilla, la definitiva, el prototipo del resto y la que hace que sea innecesario tomar todas las demás. ³Incluso si éstas ya se hubiesen resuelto, aquella seguiría sin resolver. ⁴Mas cuando la resuelves, las demás se resuelven con ella, pues todas las decisiones parecen ser diferentes precisamente para ocultar la verdadera decisión que tienes que tomar. ⁵He aquí la última y única alternativa mediante la cual se acepta o se niega la verdad.
7. Así pues, hoy comenzamos a examinar la decisión que el tiempo tiene como fin ayudarnos a tomar. ²Tal es su santo propósito, diferente ahora del que tú le habías conferido: ser un medio para demostrar que el infierno era real, que toda esperanza acaba en desesperación y que la vida misma finalmente sucumbirá ante la muerte. ³Pues sólo con la muerte se reconcilian los opuestos, ya que poner fin a la contradicción es morir. ⁴Y así, se considera que la salvación es la muerte, pues la vida se ve como un conflicto. ⁵Resolver el conflicto es, por lo tanto, poner fin a tu vida.
8. Estas creencias descabelladas pueden llegar a arraigarse profundamente y de manera inconsciente, y atenazar a la mente con un terror y una ansiedad tan intensos que le resulta imposible abandonar las ideas que tiene acerca de su propia seguridad. ²Tiene que ser salvada de la salvación, sentirse amenazada para estar a salvo y armarse de una coraza mágica que la proteja de la verdad. ³Y estas decisiones se toman de manera inconsciente para mantenerlas convenientemente protegidas y para que no se puedan cuestionar, someter al escrutinio de la razón o dudar de ellas.
9. El Cielo es algo que se elige conscientemente. ²La elección no puede llevarse a cabo hasta que no se hayan visto y entendido claramente las alternativas. ³Todo lo que se encuentra velado en la penumbra tiene que someterse al entendimiento para ser juzgado nuevamente, mas esta vez con la ayuda del Cielo. ⁴Y todos los errores de juicio que la mente cometió previamente pueden ser ahora corregidos, a medida que la verdad los descarta por carecer de causa. ⁵Ahora no tienen efectos. ⁶No se pueden ocultar, pues se ha reconocido su insustancialidad.
10. Que el Cielo se elegirá conscientemente es tan seguro como que se dejará de tenerle miedo al infierno una vez que se le saque de su escudo protector de inconsciencia y se le lleve ante la luz. ²¿Quién podría decidir entre lo que ve claramente y lo que no reconoce? ³Por otra parte, ¿quién podría dejar de elegir entre dos alternativas si ve que sólo una de ellas es valiosa y que la otra carece de valor al no ser más que una fuente imaginaria de culpabilidad y de dolor? ⁴¿Quién podría titubear al llevar a cabo una elección como ésa? ⁵¿Y vamos nosotros acaso a titubear hoy al llevarla a cabo?
11. Al despertar nos decidimos por el Cielo, y dedicamos cinco minutos a asegurarnos de que hemos tomado la única decisión que es cuerda. ²Reconocemos que estamos haciendo una elección consciente entre lo que existe y lo que tan sólo aparenta ser verdad. ³Mas cuando se lleva ante la luz de lo que es real, se ve cuán frágil y transparente es su pseudo-existencia. ⁴Ahora no inspira terror, pues lo que se hizo enorme, vengativo y despiadado de tanto odio, necesita de la oscuridad para dar cobijo al miedo. ⁵Ahora se reconoce que no fue más que un error trivial y sin importancia.
12. Antes de irnos a dormir esta noche, reafirmaremos la elección que habremos estado llevando a cabo cada hora. ²Y ahora dedicaremos los últimos cinco minutos de nuestro día a la decisión que tomamos al despertar. ³Con el pasar de cada hora hemos reafirmado nuestra elección con un breve momento de quietud dedicado a mantener la cordura. ⁴Y finalmente, concluiremos el día con lo que sigue a continuación, reconociendo que sólo elegimos lo que realmente queremos:
⁵El Cielo es la alternativa por la que me tengo que decidir. ⁶Me decido por él ahora y no cambiaré de parecer, pues es lo único que quiero.
LECCIÓN 138
El Cielo es la alternativa por la que me tengo que decidir.
Comentada por:
Jorge Luis Álvarez Castañeda
¡Que la paz sea con nosotros hoy!
Jesús, en la lección 138 El Cielo es la alternativa por la que me tengo que decidir, continúa con el tema de la decisión que tenemos que tomar en la mente. Antier, teníamos que decidirnos entre la enfermedad y la verdad, ayer entre la curación y la enfermedad y hoy tenemos que decidirnos por el Cielo como la única decisión que hay que tomar.
Jesús, en la lección, plantea varios aspectos a tener en cuenta:
El Cielo
El concepto de Cielo hace parte de la concepción no-dualista del Conocimiento.
La metafísica del Curso reconoce un solo principio: Dios. La única verdad es Dios y todo lo demás es ilusorio. Dios no tiene nada que ver con este mundo ilusorio de la percepción, Dios no creó este mundo. El Cielo es la morada de Dios y Su único Hijo, Cristo en perfecta unidad y paz eterna. Nuestro hogar al que nunca abandonamos. El Cielo es la realidad misma, la única realidad y es un reino de puro espíritu o mente, sin espacio, sin forma, sin percepción y sin cambios. No hay tiempo. Sólo existe la perfecta unidad entre Dios y Su Hijo. El Cielo no es un lugar. Es la consciencia de la perfecta unicidad y el conocimiento de que no hay nada más.
Nos dice Jesús, en el capítulo 13 sección XI:
_”En el Cielo está todo lo que Dios valora. Allí nada es ambiguo. Todo es claro y luminoso, y suscita una sola respuesta. En el Cielo no hay tinieblas ni contrastes. Nada varía ni sufre interrupción alguna. Lo único que se experimenta es una sensación de paz tan profunda que ningún sueño de este mundo ha podido jamás proporcionarle ni siquiera el más leve indicio de lo que dicha paz es”_. T-13. XI. 3: 7-13
Mundo
Recordemos lo que hemos estudiado del mundo. Surge después de la creencia en la separación como proyección de la mente colectiva que se creyó separada de Dios. A diferencia de la unidad del Conocimiento que se presenta en el Cielo la separación requiere la percepción, es decir, que haya un sujeto y un objeto, y unas polaridades (alto-bajo, luz-oscuridad, vida-muerte, etc.) que nos permitan hacer comparaciones. En el mundo surge el espacio y el tiempo. El mundo fue fabricado para defenderse de Dios por la creencia en la culpa de la separación y, por lo tanto, el miedo y el conflicto son elementos constitutivos del mundo.
El mundo está gobernado por las leyes del ego o del caos:
La primera ley del caos o del ego es que la verdad es diferente para cada persona.
La segunda ley del caos o del ego es que no hay nadie que no peque y, por lo tanto, todo el mundo merece ataque y muerte.
La tercera ley del caos o del ego es el temor a Dios: Dios nos va a castigar por habernos separado de Él.
La cuarta ley del caos o del ego dice que posees únicamente aquello de lo que te apropias. Y siempre para que alguien gane, otro tiene que perder.
Un mundo movido por estas leyes no puede sino producir conflicto, miseria, violencia, manipulación, odio, enfermedad, sufrimiento, muerte…
Alternativas
En este mundo de opuestos las alternativas parecen inherentes a él. Siempre hay que decidir entre las crecientes alternativas que aparentemente este mundo nos ofrece. Por eso parece lógico creer que:
_”en este mundo el Cielo es algo que se elige porque en este mundo hay alternativas entre las que se puede elegir”_.
Con la lógica del mundo habría que elegir entre el Cielo y su opuesto: el infierno. Pero como vimos en el Cielo sólo existe la perfecta unidad, por lo tanto, el Cielo no tiene opuestos:
_”la creación no conoce opuestos”_.
Jesús, nos dice que siempre elijamos:
_”Si no tomas una decisión desperdicias el tiempo y tus esfuerzos se disipan”_.
Es decir, que trabajemos continuamente por elegir la opción del Cielo como la única alternativa a elegir.
Jesús sabe que:
_“la verdad no puede arribar allí donde podría ser percibida con miedo”_.
Sabe del miedo a perder nuestro especialismo en caso de decidirnos por Dios. Lo comprende y nos va enseñando por contraste: que observemos la paz y felicidad que tenemos cuando perdonamos y lo contrario. Esta es la razón de las continuas repeticiones que hay en las lecciones para que vayamos ganando confianza y superando el miedo que nos genera el mundo del ego, pues, mientras estemos en el miedo se nos dificulta aceptar el amor de Dios, aceptar el Cielo
Jesús, nos aclara en el capítulo 3 sección VI sobre el origen del miedo:
_”El miedo procede en última instancia, y a veces por rutas muy tortuosas, de negar la verdadera autoría”_. T-3.VI.10:4
El negar que fuimos creados por Dios, que es nuestro Autor, produce miedo. Es un miedo insconsciente que alimenta los demás miedos que nos mueven. Miedo que no tiene sentido porque Dios no nos va a castigar por el error de la creencia en la separación.
Jesús, nos dice sobre la alternativa del Cielo:
”En este mundo de enajenante complejidad el Cielo parece ser una alternativa en lugar de lo que meramente es. De todas las decisiones que has tratado de tomar, esta es la más sencilla, definitiva, el prototipo del resto y la que hace que sea innecesario tomar todas las demás…He aquí la última y única alternativa mediante la cual se acepta o se niega la verdad.”
Les deseo muchas experiencias con esta lección que contribuyan a su paz interior. Les recomiendo realizar la lección como se les propone. De la mano de Jesús y el Espíritu Santo. Y sin olvidarnos de reír, pues, hoy, nos decidimos por el Cielo.
Muchas, muchísimas, bendiciones.
Jorge Luis Álvarez Castañeda
Kenneth Wapnick
”EL CIELO ES LA ALTERNATIVA POR LA QUE ME TENGO QUE DECIDIR.”
Lección 138
Llegamos a otra lección importante, cuyo tema principal es el poder de nuestras mentes para elegir. Tomar una decisión no tiene sentido a menos que sepamos entre qué opciones estamos decidiendo. Por lo tanto, para decidirnos por el Cielo, primero debemos estar conscientes de que estamos eligiendo en contra del infierno del ego. Esta conciencia de la mente dividida deshace la estrategia del ego de mantener a la mente sin significado, tema del cual se hace una revisión rápida en esta lección, la cual se enfoca específicamente en este plan.
Una vez que el poder de tomar decisiones de la mente del Hijo ha elegido el pensamiento del sistema de individualidad y especialismo, la preocupación del ego es que el Hijo pueda cambiar su mente. Se establece una brillante estrategia para hacer que el Hijo de Dios no tenga significado, fabricando una historia de pecado, culpa y miedo: separación significa pecado, porque ataqué a Dios para poder vivir; me siento culpable por lo que he hecho; y estoy horrorizado del monstruo que se esconde ahora en mi mente, listo para atacarme en venganza por mi pecado. Ontológicamente, pienso en este “monstruo” como la Autoridad suprema, Cuya posición como Creador he usurpado. Ahora debo escapar de este Monstruo en mi mente, empeñado en destruirme por lo que le hice a Él. No tengo más remedio que huir de mi mente y proyectarme en un mundo y en un cuerpo, haciendo un universo físico de cosas específicas en las que ahora veo el pecado y la culpa que no quiero reconocer en mí mismo.
El resultado de este plan es que la parte tomadora de decisiones de mi mente parece siempre estar enterrada, oculta por el pecado, la culpa y el miedo que a su vez están ocultos por mis experiencias corporales en el mundo físico. Para que yo tome la decisión por el Cielo - decidiendo por el Espíritu Santo - primero debo reconocer mi elección original por el ego. Así, el papel específico de nuestro nuevo Maestro es ayudarnos a identificar el plan secreto del ego, para que podamos aprender que lo que percibimos fuera refleja lo que primero hicimos realidad dentro. Sólo entonces nuestra elección se vuelve significativa. El “plan” del Espíritu Santo de desvelar la estrategia del ego que subyace en esta lección.
📘(1:1) En este mundo el Cielo es algo que se elige porque en este mundo se cree que hay alternativas entre las que se puede elegir.
Aprendemos en esta lección que el Cielo no es realmente una opción. Ya que como el Cielo es perfecta Unidad, en verdad, no hay nada para elegir. En nuestro mundo dualista, sin embargo, la elección es necesaria, y es esencial que entendamos estas dos opciones: el sistema de pensamiento el ego de odio y muerte, y el del Espíritu Santo de perdón y sanación, el reflejo de la Unidad del Cielo.
(1:2-3) Pensamos que todas las cosas tienen un opuesto y que elegimos lo que queremos. Si el Cielo existe tiene también un infierno, pues es mediante contradicciones como construimos lo que percibimos y lo que pensamos que es real.
Esta es una declaración clásica de un sistema de pensamiento dualista, tal como lo encontramos en las religiones bíblicas occidentales: Dios y el diablo, el Cielo y el mundo, espíritu y cuerpo, bien y mal, perdón y pecado. No habría Judaísmo, Cristianismo o Islam si no hubiese dualidad. Si el Cielo existe, también el infierno. En oriente esto es comúnmente expresado por el principio del yin-yang, en el que todo se concibe en términos de su opuesto. Esto, sin embargo, no es la metafísica de Un Curso de Milagros, la cual es no-dualista, y así enseña que la Unicidad perfecta es todo lo que hay. La realidad no se encuentra, al contrario de lo que dijo Jung, al reconciliar los opuestos - por ejemplo, Dios no tiene un lado oscuro y sombrío. Solo existe la verdad, la luz, el amor - las definiciones de Dios. Los estudiantes de Curso no deben olvidar esta línea de la Introducción:
Lo opuesto al amor es el miedo, pero aquello que todo lo abarca no puede tener opuestos. (T-in.1:8)
Ya que nuestro ser nace del miedo al amor, y también es sostenido por el miedo, este yo se convierte en una criatura de opuestos, dando lugar inevitablemente a un mundo de opuestos que contradice la realidad y da testimonio de su aparente inexistencia.
📘(2:1-4) La creación no conoce opuestos. Pero aquí, la oposición es parte de lo que es “real”. Esta extraña percepción de la verdad es lo que hace que elegir el Cielo parezca ser lo mismo que renunciar al infierno. En realidad esto no es así.
Dentro de nuestro mundo de dualidad, elegir el Cielo parece ser una elección real, porque, una vez más, percibimos en términos de opuestos. La percepción se produce en el contexto de figura y fondo: una figura - en la cual nos centramos - es percibida en relación con el fondo - el cual se considera poco importante. Para percibir, por lo tanto, uno debe tener una figura y un fondo. Vimos esta descripción del mundo perceptivo en el manual para el maestro (M-8.1). Así Jesús nos dice que el Espíritu Santo enseña a través de opuestos:
El ego construyó el mundo tal como lo percibe, pero el Espíritu Santo - el reinterprete de lo que el ego construyó - ve el mundo como un recurso de enseñanza para llevarte a tu hogar. El Espíritu Santo tiene que percibir el tiempo y reinterpretarlo como eterno. Tiene que llevar a cabo Su labor mediante el uso de opuestos porque tiene que operar para una mente y con una mente que está en oposición. (T-5.III.11:1-3)
Cuando concebimos el Cielo, también lo vemos en términos de opuestos, que es otra manera de indicar la línea importante a la que me refiero con frecuencia:
Ni siquiera puedes pensar en Dios sin imaginártelo en un cuerpo, o en alguna forma que creas reconocer. (T-18.VIII.1:7)
Creemos que los cuerpos son reales, y por esta creencia negamos el no-dualismo de Un Curso de Milagros: “La creación no conoce opuestos”. Por lo tanto, necesitamos aprender que Dios no sabe de nosotros, porque Él no puede saber de nosotros, cuya existencia individual es lo opuesto al ser del Cielo.
(2:5) Mas lo que es verdad en la creación de Dios no podrá ponerse de manifiesto aquí hasta que no se refleje en alguna forma que el mundo pueda entender.
Este importante principio subyace en la pedagogía del Curso. Jesús no enseña la verdad directamente, sino indirectamente, reinterpretando la ilusión y contrastándola con la verdad:
En un mundo nacido de la negación y carente de dirección se necesitan pruebas indirectas de la verdad. (T-14.I.2:1)
Así, Jesús dice en la clarificación de términos que Un Curso de Milagros opera dentro del marco de referencia del ego - de dualidad y contrastes:
Este curso opera dentro del marco de referencia del ego, pues ahí es donde se necesita. No se ocupa de lo que está más allá de todo error, ya que está planeado únicamente para fijar el rumbo en dirección a ello. Por lo tanto, se vale de palabras, las cuales son simbólicas y no pueden expresar lo que se encuentra más allá de todo símbolo. (C-in.3:1-3)
Se nos dice repetidamente en el Curso cómo el Espíritu Santo enseña a través de contrastes:
Tú que eres tan partidario de la aflicción, debes reconocer en primer lugar que eres infeliz y desdichado. El Espíritu Santo no puede enseñar sin este contraste, pues tú crees que la aflicción es felicidad. (T-14.II.1:2-3)
Jesús nos enseña, como cualquier teórico del aprendizaje, a contrastar los dolores del ego con el placer que viene cuando elegimos el Espíritu Santo. Él nos está condicionando a asociar la paz y la alegría con el perdón, y la angustia y el dolor con el juicio. Él enseña a través del contraste porque esa es la única manera en que podemos aprender sobre el Cielo. La Unidad y el Amor no se pueden enseñar ni experimentar aquí, y nadie en un cuerpo tiene una pista en cuanto a lo que Ellos son. Sin embargo, Su reflejo puede ser enseñado. Como hemos visto, Jesús presenta esta apología de su metodología:
¿Cómo puedes enseñarle a alguien el valor de algo que él mismo ha desechado deliberadamente? Tiene que haberlo desechado porque no le atribuyó ningún valor. Lo único que puedes hacer es mostrarle cuánta infelicidad le causa su ausencia e írselo acercando lentamente para que pueda ver como mengua su infortunio según él se aproxima a ello. Esto le enseña a asociar su infelicidad con la ausencia de lo que desechó, y lo opuesto a la infelicidad con su presencia. Comenzará a desearlo gradualmente a medida que cambie de parecer con respecto a su valor. Te estoy enseñando a que asocies la infelicidad con el ego y la felicidad con el espíritu. Te has enseñado a ti mismo lo contrario. Sigues siendo libre de elegir, más a la vista de las recompensas de Dios, ¿puedes realmente desear las recompensas del ego? (T-4.VI.5)
Aquí Jesús subraya su método de enseñar la no-dualidad dentro de un marco dualista, donde los estudiantes a menudo se confunden y se salen del camino. Ellos no entienden que la mayoría de las veces Jesús habla metafóricamente o simbólicamente. Cada vez que habla de dualidad o contrastes, está utilizando la metáfora. Lo que dice refleja la verdad, pero no la expresa. La afirmación más clara en Un Curso de Milagros sobre la verdad no-dualista, se encuentra más adelante en el libro de ejercicios:
Decimos “Dios es”, y luego guardamos silencio, pues en ese conocimiento las palabras carecen de sentido. (L-pI.169.5:4)
No dices que Dios es algo. No dices que Dios es nada. Dios es. Permanentemente - una perfecta declaración no-dualista. Sin embargo, no tendríamos Un Curso de Milagros, y ciertamente no tendríamos una espiritualidad relevante si eso fuera todo lo que dice el Curso. Una vez más, por favor, no confundas el símbolo con la fuente, como Jesús nos recuerda en el Capítulo 19, en un recordatorio que no se puede citar con la suficiente frecuencia:
Recuerda entonces que ni el signo ni el símbolo se deben confundir con su fuente, pues deben representar algo distinto de ellos mismos. Su significado no puede residir en ellos mismos, sino que se debe buscar en aquello que representan. (T-19.IV-C.11:2-3)
El símbolo es el reflejo, y el reflejo es el medio que nos llevará de regreso hasta el Fin - nuestro último objetivo que es el Amor de Dios.
(2:6) La verdad no puede arribar allí donde sólo podría ser percibida con miedo.
El ego nos dice que en presencia de la verdad - la Unidad de Dios - nuestros seres individuales y especiales desaparecerán. Así tememos esta verdad, y continuamente construimos barreras de especialismo para mantenerla alejada. El poema de Helen, "La segunda oportunidad", describe el papel del odio para protegerla de la verdad del amor de su Señor:
Con el odio como amigo, yo no temía
Perderlo por un dios al que entonces quería.
Cuán segura me sentía, por el odio apoyada,
Sentía que del amor estaba al fin salvada.
(Los Regalos de Dios, p. 45) (En inglés)
(2:7-8) Pues esto constituiría el error de que la verdad puede ser llevada ante las ilusiones. La oposición le niega la bienvenida a la verdad y ésta no puede hacer acto de presencia.
Decir que la verdad es posible aquí en este mundo es cometer el error de traer la verdad a la ilusión, de creer que Dios, el Espíritu Santo y Jesús operan aquí. Su Amor se refleja en este mundo, pero Ellos no están en este mundo. No es tanto que Ellos no hacen cosas aquí, no pueden hacer cosas aquí. Más bien, es la separada y dualista mente la que traduce Su amor inespecífico, en nuestra mente correcta, en un medio específico de expresión que podemos aceptar a nivel corporal. Es por eso que la gente tiene la experiencia de Jesús hablando con ellos, guiándolos, o con el Espíritu Santo haciendo que sucedan cosas para ellos. De hecho, la verdad no sucede en el mundo, como este párrafo deja claro cuando lo lees con cuidado. De nuevo, experimentamos un reflejo en nuestras mentes de la verdad del Amor no-específico de Dios, pero debemos estar atentos para no confundir el reflejo con la verdad, que es lo que ocurre cuando las religiones y las espiritualidades construyen una teología basada en el reflejo: la elevación de la forma sobre el contenido. El lector puede recordar este pasaje del texto que discute este tema en el contexto de la relación especial, y expone el especialismo inherente en las religiones formales:
Cada vez que alguna forma de relación especial te tiente a buscar amor en ritos, recuerda que el amor no es forma sino contenido. La relación especial es un rito de formas, cuyo propósito es exaltar la forma para que ocupe el lugar de Dios a expensas del contenido. La forma no tiene ningún significado ni jamás lo tendrá. La relación especial debe reconocerse como lo que es: un rito absurdo en el que se extrae fuerza de la muerte de Dios y se transfiere a Su asesino como prueba de que la forma ha triunfado sobre el contenido y de que el amor ha perdido su significado. (T-16.V.12:1-4)
📘(3:1) Elegir es obviamente la manera de poder escapar de lo que aparentemente son opuestos.
Si nuestra elección es entre el ego y el Espíritu Santo - las mentes errada y correcta - elegimos a uno que resuelve el conflicto y dejamos que el otro se vaya. Ya que no podemos aferrarnos a dos sistemas de pensamiento mutuamente excluyentes y esperar encontrar la paz, elegimos la paz sobre el conflicto, la verdad sobre la ilusión, para hacer nuestro escape a la realidad más allá de todo los opuestos. Recordemos este importante pasaje del texto:
La manera de escapar del conflicto que surge de dos sistemas de pensamiento que se oponen entre sí consiste claramente en escoger uno y abandonar el otro. Si te identificas con tu sistema de pensamiento lo cual es inevitable, y aceptas dos sistemas de pensamiento que están en total desacuerdo, es imposible gozar de paz mental. Si enseñas ambos sistemas, que es lo que probablemente harás mientras los aceptes a los dos, estarás enseñando conflicto y también aprendiéndolo. Sin embargo, tú deseas la paz, pues, de lo contrario, no habrías invocado a la Voz de la paz para que te ayude. (T-6.V.5:1-4)
(3:2-3) Tomar una decisión permite que uno de los objetivos en conflicto se convierta en la mira de tus esfuerzos y en lo que empleas el tiempo. Si no tomas una decisión, desperdicias el tiempo y tus esfuerzos se disipan.
En otras palabras, nuestro tiempo y esfuerzo serán inútiles si no están orientados hacia el ayudarnos a tomar esta única decisión en favor del Cielo. De hecho, hay un gran propósito para estar aquí: para aprender las lecciones en nuestro salón de clases - con Jesús como nuestro maestro - de que hay otra forma de mirar el mundo, lo que refleja para nosotros otra manera de mirar dentro de nuestras mentes. Esto abrirá la puerta para que podamos tomar la decisión correcta. Nada que nos acerque a esa meta es una pérdida de tiempo. Por lo tanto, tratar de arreglar las cosas en el mundo no tiene sentido si no nos lleva a cambiar nuestras mentes. Elegir al Espíritu Santo sigue siendo la única decisión significativa que podemos hacer.
(3:4-5) Éstos son en vano y el tiempo pasa de largo sin que te resulte provechoso. No tienes la sensación de haber logrado algo, pues no has conseguido nada ni aprendido nada.
Cuando observamos objetivamente la historia - lo que llamamos civilización - es obvio no ha habido mucho progreso. Tecnológicamente hemos logrado mucho; pero en términos de terminar con el sufrimiento y llevar la paz a los ciudadanos del mundo, no hemos progresado mucho más allá de los hombres de las cavernas golpeándose entre sí en la cabeza. Nada ha cambiado: el propósito del homo sapiens siempre ha estado orientado a permanecer aquí, tanto como sea posible sobre los demás, y no despertar del sueño del mundo. Sin embargo, tal despertar es nuestro único propósito significativo.
Cuando puedes identificarte con el propósito de cambiar tu mente y tu maestro, tu vida desde el nacimiento hasta la muerte, desde el momento en que te levantas hasta el momento de ir a dormir, tendrá un gran significado. Cerrarás los ojos por la noche con una sensación de plenitud, no necesariamente porque aprendiste todo lo que había que aprender, sino porque entendiste que tu vida en el mundo es un aula - ni una prisión ni un paraíso. Descansas ligeramente con el pensamiento de que, aunque no hayas aprendido todas tus lecciones, mañana es otro día, donde serás enseñado por un profesor que es infinitamente paciente. Así te despiertas cada mañana con alegría y regresas alegremente a la cama por la noche, independientemente de los éxitos o errores percibidos en el día, porque te has identificado con el único propósito que hace que la vida tenga sentido. Al final del manual, Jesús describe el curso de este día de mentalidad-correcta:
Si has formado el hábito de pedir ayuda en toda circunstancia o situación, puedes estar seguro de que te dará sabiduría cuando la necesites. Prepárate para ello cada mañana; recuerda a Dios cuantas veces puedas a lo largo del día; pídele ayuda al Espíritu Santo siempre que te sea posible, y por la noche, dale las gracias por Sus consejos. Tu confianza estará ciertamente bien fundada. (M-29.5:8-10)
📘(4:1) Es necesario que se te recuerde que aunque crees enfrentarte a miles de alternativas, en realidad solo hay una.
En la importante sección cerca del final del texto, "La verdadera alternativa", se amplía en esta idea (T-31.IV). Creemos que hay miles y miles de opciones por hacer. En verdad, sin embargo, solo hay una: elegir darnos cuenta de que cometimos un error al haber elegido al ego, un error que deshacemos al elegir a Jesús como nuestro maestro.
(4:2) E incluso ésta tan solo aparenta ser una alternativa.
Esto es porque en el Cielo, la única verdad, no hay elección. Una vez más, la elección es una ilusión, pero la mentalidad-correcta es la ilusión final, porque cuando de una vez por todas elegimos al Espíritu Santo en lugar del ego, habremos corregido el error original del único Hijo. A medida que ese error se deshace, el mundo y el sistema de pensamiento que hizo el mundo, desaparecen.
(4:3) No te dejes confundir por todas las dudas que una miríada de decisiones produciría.
No te dejes confundir por la multiplicidad del mundo, nos dice Jesús. Fue hecha para confundirnos y atraer nuestra atención aquí - el producto final del plan del ego para nuestra identificación con el estado de inconsciencia. Así pensamos que hay problemas físicos, psicológicos, y otras formas de problemas que exigen soluciones. Sin embargo, todo esto es fabricado; una cortina de humo para confundirnos sobre el problema real en la mente. “La complejidad forma parte el ámbito del ego", nos recuerda el texto (T-15.IV.6:2), ya que representa el ingenioso intento del ego para ocultar el Pensamiento de la Unidad en nuestras mentes, ocultando la simplicidad de la decisión que negaría el ego por completo:
La complejidad no forma parte de Dios. ¿Cómo podría formar parte de Él cuando Él solo conoce lo que es Uno? Él solamente conoce una sola creación, una sola realidad, una sola verdad y un solo Hijo. Nada puede estar en conflicto con lo que es uno solo. ¿Cómo iba a poder haber complejidad en Él? ¿Entre qué habría que decidir? Pues el conflicto es lo que da lugar a las alternativas. La verdad es simple: es una sola y no tiene opuestos. ¿Y cómo iba a poder presentarse la discordia ante su simple presencia y dar lugar a la complejidad allí donde únicamente existe la unicidad? La verdad no elige, pues no existen alternativas entre las que elegir. Y solo si las hubiera, podría ser la elección un paso necesario en el avance hacia la unicidad. En lo que es todo no hay cabida para nada más. (T-26.III.1:1-12)
(4:4-5) Tomas solamente una. Y una vez que la has tomado, percibes que no fue una decisión en absoluto.
Cuando finalmente hacemos la elección por Dios, el ego desaparece, lo que significa que realmente no era una opción en absoluto. Al deshacer el error original, deshicimos el pensamiento y mundo de la separa-ción juntamente. De hecho - no hubo culpabilidad ni Expiación, ni ningún tomador de decisiones en la mente para elegir entre ellos. Había, y sólo está la verdad de Dios.
(4:6-8) Pues solo la verdad es verdad y nada más lo es. No hay opuesto que se pueda elegir en su lugar. No hay nada que pueda contradecir la verdad.
En el momento en que decidimos aceptar la Expiación del Espíritu Santo para nosotros mismos - el logro del mundo real - todas las decisiones, los conflictos y la oposición terminan. Con el mundo de los opuestos desaparecido, todo lo que queda es el recuerdo de Dios. Como el Curso enseña, en ese punto Dios se inclina hacia nosotros y nos eleva de regreso a Sí Mismo. Este pasaje sobre la resurrección expresa el fin del sueño de los opuestos:
Es [la resurrección] la aceptación de la interpretación del Espíritu Santo con respecto al propósito del mundo; la aceptación de la Expiación en uno mismo. Es el fin de los sueños de aflicción y la jubilosa conciencia del sueño final del Espíritu Santo….. Es la invitación a que Dios dé el paso final. Es el abandono de cualquier otro propósito, cualquier otro interés, cualquier otro deseo o cualquier otro empeño. Es el deseo único de estar con el Padre que tiene Su Hijo. (M-28.1:3-4,8-10)
📘(5:1-2) Toda decisión está basada en lo que se ha aprendido. Y la verdad no es algo que se pueda aprender sino tan sólo reconocer.
Este es un curso de aprendizaje, por lo que Jesús presenta su mensaje como un plan de estudios. Lo que aprendemos no es la verdad, sino cómo deshacer las interferencias que nos impiden recordar la verdad. Recordemos estas líneas tan importantes:
Tu tarea no es ir en busca del amor, sino simplemente buscar y encontrar todas las barreras dentro de ti que has levantado contra él. No es necesario que busques lo que es verdad, pero sí es necesario que busques todo lo que es falso. (T-16.IV.6:1-2)
Al aprender el perdón del Espíritu Santo dentro de la complejidad de nuestro mundo demente - las condiciones para aprender - desaprendemos lo que el ego nos enseñó y así reconocemos Su simple verdad:
Si eres bendito y realmente no lo sabes, necesitas aprender que ciertamente lo eres. El conocimiento no es algo que se pueda enseñar, pero sus condiciones se tienen que adquirir, pues eso fue lo que desechaste….. El Espíritu Santo, por lo tanto, tiene que comenzar Sus enseñanzas mostrándote lo que nunca podrás aprender. Su mensaje no es indirecto, pero Él tiene que introducir la simple verdad en un sistema de pensamiento que se ha vuelto tan distorsionado y tan complejo, que no puedes ni darte cuenta de que no significa nada….. Si quieres ser un alumno feliz tienes que entregarle al Espíritu Santo todo lo que has aprendido para así desaprenderlo. (T-14.I.1:1-2; 5:1-2; T-14.II.6:1)
Por lo tanto, llevamos las ilusiones de nuestro aprendizaje a la verdad, y este desaprendizaje nos conduce felizmente a casa.
(5:3) En este reconocimiento reside su aceptación, y al aceptarse, se conoce.
La forma en que reconocemos, aceptamos y sabemos que la verdad es nuestra, es deshaciendo los obstáculos a ella. Si la verdad es amor, entonces la separación, el odio, el sufrimiento y la muerte son la esencia de las interferencias, y el perdón es el medio por el cual se abandonan. Una a una, la oscuridad de estos pensamientos ilusorios es llevada a la luz de la verdad de Jesús, donde estos pensamientos desapa-recen en el brillante resplandor de su amor. Lo que queda es la verdad. El proceso comienza reconociendo su reflejo, y comenzando a aceptarlo cada vez más como la verdad, hasta finalmente saber que somos esa verdad. En una lección posterior, leemos una descripción de este mismo proceso:
Ésta es la verdad [que el sufrimiento es un sueño], que al principio sólo se dice de boca, y luego, después de repetirse muchas veces, se acepta en parte como cierta, pero con muchas reservas. Más tarde se considera seriamente cada vez más y finalmente se acepta como la verdad. (L-pII.284.1:5-6)
(5:4) Más el conocimiento se encuentra más allá de los objetivos que nos proponemos enseñar dentro del marco de este curso.
Jesús nos dice:
El conocimiento no es la motivación para aprender este curso. La paz lo es. (T-8.I.1:1-2)
La paz puede describirse como el perdón total de nuestra creencia en el pecado y la culpa. Entonces, ¿cómo podemos tener conocimiento, cuando todavía percibimos? Así, nuestras percepciones primero tienen que ser limpiadas, lo cual nos llevará a la percepción verdadera, que abre el camino al conocimiento:
El conocimiento no es el remedio para la percepción falsa, puesto que, al proceder de distintos niveles, jamás pueden encontrarse. La única corrección posible para la percepción falsa es la percepción verdadera. Ésta no perdurará. Pero mientras dure, su propósito será sanar….. La percepción verdadera es el medio por el que se salva al mundo de las garras del pecado, pues el pecado no existe. Y esto es lo que la percepción verdadera ve. (C-4.3:1-4,8-9; cursivas omitidas).
(5:5) Nuestros objetivos son objetivos de enseñanza que se logran al aprender como alcanzarlos, qué son y qué te ofrecen.
Jesús está demarcando para nosotros el propósito y los límites de su curso. No es para llevarnos al Cielo, sino para llevarnos a su puerta - el mundo real. En otras palabras, el objetivo de su enseñanza es deshacer las interferencias que constituyen nuestro loco viaje fuera el Cielo, para que podamos entrar en el mundo real, completando así el trabajo de Un Curso de Milagros.
(5:6) Tus decisiones son el resultado de lo que has aprendido, pues se basan en lo que has aceptado como la verdad con respecto a lo que eres y a lo que son tus necesidades.
Si acepto al ego como mi maestro, mi verdad es que soy limitado, pecador, culpable y enfermo - un cuerpo que debe morir. Cada decisión que tome fluirá del error de la elección original. Sin embargo, si elijo a Jesús, comienzo el proceso de deshacer los pensamientos pertenecientes a mi falso yo. En ese momento mis decisiones fluirán desde su amor y me guiarán a la verdad.
📘(6) En este mundo de enajenante complejidad el Cielo parece ser una alternativa en lugar de lo que meramente es. De todas las decisiones que has tratado de tomar, ésta es la más sencilla, la definitiva, el prototipo del resto y la que hace que sea innecesario tomar todas las demás. Incluso si éstas ya se hubiesen resuelto, aquella seguiría sin resolver. Mas cuando la resuelves, las demás se resuelven con ella, pues todas las decisiones parecen ser diferentes precisamente para ocultar la verdadera decisión que tienes que tomar. He aquí la última y única alternativa mediante la cual se acepta o se niega la verdad.
El mundo del Cielo es simple; solo hay Unicidad. El mundo del Espíritu Santo es simple; solo hay perdón para deshacer nuestros problemas. Cuando negamos Su enseñanza, sin embargo, inevitablemente creemos en la complejidad del ego, dando lugar a este muy complicado mundo. Sin embargo, hasta que estemos listos para deshacer nuestra inversión en la individualidad - la que de hecho nos hace complicados - todavía tenemos elecciones que hacer. A medida que crecemos en el aprendizaje, generalizamos cada vez más hasta llegar al punto de reconocer que todo lo que necesitamos es ayuda para el mismo problema: enfermedad, incertidumbre laboral, dificultad en las relaciones o falta de dinero - el cual es el resultado de la elección errónea de la mente por el ego. Nuestra gama de opciones se reduce hasta que realmente sabemos que solo hay una. Cuando aceptamos que nuestro problema es la creencia de que estamos mejor sin el Espíritu Santo, todas las preocupaciones desaparecen al haber hecho la elección correcta. Todavía tenemos opciones de comportamiento que hacer aquí, pero ya no serán asistidas por la ansiedad. Elegimos A, B o C, pero sin el conflicto. Eso inevitablemente sigue actuando por nuestra cuenta. El problema, entonces, no es lo que pensamos, sino que creemos que sabemos qué es lo mejor. Cuando excluimos al Espíritu Santo, nuestros problemas se vuelven legión y nunca se resolverán; cuando lo elegimos a Él, suavemente se desvanecen:
Antes de tomar cualquier decisión por tu cuenta, recuerda que ya has decidido ir en contra de tu función en el Cielo, y luego reflexiona detenidamente acerca de si quieres tomar decisiones aquí. Tú única función aquí es decidir en contra de decidir qué es lo que quieres, reconociendo que no lo sabes. ¿Cómo ibas a poder, entonces, decidir qué es lo que debes hacer? Deja todas las decisiones en manos de Uno que habla por Dios y en favor de tu función tal como Él la conoce. De este modo, Él te enseñará a eliminar la tremenda carga que te has echado encima al no amar al Hijo de Dios y al tratar de enseñarle culpabilidad en vez de amor….. Una vez que has aprendido a decidir con Dios, tomar decisiones se vuelve algo tan fácil y natural como respirar. No requiere ningún esfuerzo, y se te conducirá tan tiernamente como si te estuviesen llevando en brazos por un plácido sendero en un día de verano. (T-14.IV.5:1-5; 6:1-2).
📘(7) Así pues, hoy comenzamos a examinar la decisión que el tiempo tiene como fin ayudarnos a tomar. Tal es su santo propósito, diferente ahora del que tú le habías conferido: ser un medio para demostrar que el infierno era real, que toda esperanza acaba en desesperación y que la vida misma finalmente sucumbirá ante la muerte. Pues sólo con la muerte se reconcilian los opuestos, ya que poner fin a la contradicción es morir. Y así, se considera que la salvación es la muerte, pues la vida se ve como un conflicto. Resolver el conflicto es, por lo tanto, poner fin a tu vida.
El ego hizo tiempo, al igual que el espacio, para mostrarnos que el infierno es real y que el Cielo es una mentira, pues aquí no hay esperanza, y la muerte es la única realidad. Recordemos que el tiempo y el espacio son los sombríos fragmentos de pecado, culpa, temor y separación que hicimos realidad en nuestras mentes. Una vez que se tomó esa decisión equivocada, la verdad del Cielo solo puede reflejarse en esta ilusión cuando le damos un propósito diferente al mundo. Me despierto cada mañana en un cuerpo y en un mundo que fueron hechos por el ego, lleno de pensamientos de preocupación, juicio y dolor, también hechos por el ego. Sin embargo, si le pido ayuda a Jesús, las mismas cosas que hice para lastimarme a mí y a los demás se transformarán, al cambiar su propósito, en un aula en la que aprendo que todo esto es un sueño. Fue hecho por el ego para dañar; pero puede ser utilizado por el Espíritu Santo como un instrumento de curación a través del instante santo:
Tal como el ego usa el tiempo, es imposible librarse del miedo. Pues el tiempo, de acuerdo con las enseñanzas del ego, no es sino un recurso de enseñanza para incrementar la culpabilidad hasta que ésta lo envuelva todo y exija eterna venganza.
El Espíritu Santo quiere desvanecer todo esto ahora. No es el presente lo que da miedo, sino el pasado y el futuro, más estos no existen. El miedo no tiene cabida en el presente cuando cada instante se alza nítido y separado del pasado, sin que la sombra de éste se extienda hasta el futuro. Cada instante es un nacimiento inmaculado y puro en el que el Hijo de Dios emerge del pasado al presente. Y el presente se extiende eternamente. Es tan bello, puro e inocente, que en él sólo hay felicidad…
El tiempo es tu amigo si lo pones a disposición del Espíritu Santo….. Da el instante eterno, para que en ese radiante instante de perfecta liberación se pueda recordar la eternidad por ti. Ofrece el milagro del instante santo por medio del Espíritu Santo, y deja que sea Él Quien se encargue de dártelo a ti. (T-15.I.7:6-7; 8:1-6; 15:1,10-11)
Dentro del sistema de pensamiento del ego, el estar en un estado dualista conflictivo debe ser asegu-rado, y la verdadera salvación - elegir el principio de Expiación - es la condenación y disolución del ego. Para el ego, entonces, la salvación del conflicto es la muerte, pues la vida como individuo significa conflicto. Recuerda, el origen del ego fue su conflicto con Dios: Dios o el ego, unicidad o individualidad. Como no pueden coexistir, y creo que existo, la vida del ego significa la destrucción de nuestro Creador y Fuente - el principio de uno u otro. Mi vida específica, entonces, se basa en este pensamiento: si existo, alguien tiene que pagar por ello, y yo debo estar siempre en guardia porque la persona que traicioné, robé y asesiné, regresará y hará lo mismo conmigo, lo que dentro del sueño del ego es inevitable. Todos nosotros así, percibimos que esto se ha hecho literalmente a nuestra imagen y semejanza: traición, robo y asesinato:
Por eso es por lo que los que proyectan se preocupan tanto por su seguridad personal. Temen que sus proyecciones van a retornar a ellos y a hacerles daño. Puesto que creen haberlas desalojado de sus mentes, creen también que esas proyecciones están tratando de volverse a adentrar en ellas. (T-7.VIII.3:9-11)
La gente siempre ha tenido miedo de la verdadera salvación, por eso el mundo le tiene miedo a Jesús y su mensaje de amor. Los buscadores espirituales todavía tienen miedo de ese mensaje, ahora expresado en Un Curso de Milagros. Creemos que atacamos a Dios y Su Amor, y así creemos que Él nos atacará de la misma manera. Sin embargo, este temor es una defensa contra el terror subyacente de que el Amor de Dios terminará con nuestro especialismo e individualidad:
Bajo los tenebrosos cimientos del ego yace el recuerdo de Dios, y de eso es de lo que realmente tienes miedo. Pues este recuerdo te restituiría instantáneamente al lugar donde te corresponde estar, del cual te has querido marchar. El miedo al ataque no es nada en comparación con el miedo que le tienes al amor….. Te das cuenta de que, al despejar la tenebrosa nube que lo oculta, el amor por tu Padre te impulsaría a contestar Su llamada y a llegar al Cielo de un salto. Crees que el ataque es la salvación porque el ataque impide que eso ocurra. Pues subyacente a los cimientos del ego, y mucho más fuerte de lo que éste jamás pueda ser, se encuentra tu intenso y ardiente amor por Dios, y el Suyo por ti. Esto es lo que realmente quieres ocultar. (T-13.III.2:1-3,6-9)
Nuestro yo individual, por lo tanto, continuamente decide contra el amor y su significado - el perdón - por lo que lo recordaríamos. Solo reconociendo el costo para nosotros de tal decisión nos convenceremos, en palabras del Rey Lear, "que de esa manera la locura miente” (III, iii); solo entonces podemos comenzar a considerar la decisión que el “tiempo tiene como fin ayudarnos a tomar".
📘(8:1) Estas creencias descabelladas pueden llegar arraigarse profundamente y de manera inconsciente, y atenazar a la mente con un terror y una ansiedad tan intensos que le resulta imposible abandonar las ideas que tiene acerca de su propia seguridad.
¿Cuáles son las “ideas que la mente tiene acerca de su propia seguridad”? Si el pensamiento de la individualidad constituye el sistema de pensamiento del ego y su propia existencia, cualquier cosa que la proteja debe ser sagrada: ataque, juicio, enfermedad, dolor, placer - especialismo en todas sus formas.
(8:2) Tiene que ser salvada de la salvación, sentirse amenazada para estar a salvo y armarse de una coraza mágica que la proteja de la verdad.
La salvación significa el fin del sistema de pensamiento del ego de separación, y la mente identificada con él debe, por lo tanto, ser salvada de la salvación. Mi yo individual está seguro siempre que experimente miedo, y donde todo a mi alrededor se conciba como una amenaza, para mantener las leyes de conflicto del ego: opuestos, ataque y, en última instancia, la muerte - los aliados del ego, y los míos mientras me identifique con este ser especial. Tal identificación es lo que es viciosa y totalmente demente, como vemos en el siguiente pasaje sobre el especialismo:
Ser especial implica una falta de confianza en todo el mundo excepto en ti mismo. Depositas tu fe exclusivamente en ti. Todo lo demás se convierte en tu enemigo: temido y atacado, mortal y peligroso, detestable y merecedor únicamente de ser destruido. Cualquier gentileza que este enemigo te ofrezca no es más que un engaño, pero su odio es real. Al estar en peligro de destrucción tiene que matar, y tú te sientes atraído hacia él para matarlo primero. Tal es la atracción de la culpabilidad. Ahí se entrona a la muerte como el salvador; la crucifixión se convierte ahora en la redención, y la salvación no puede significar otra cosa que la destrucción del mundo con excepción de ti mismo. (T-24.IV.1)
Nosotros tampoco escapamos a la destrucción, porque el especialismo es cruel y demente:
La pena de muerte es la meta final del ego porque está convencido de que eres un criminal que merece la muerte, tal como Dios sabe que eres merecedor de la vida. La pena de muerte nunca abandona la mente del ego, pues eso es lo que siempre tiene reservado para ti al final. Deseando destruirte como expresión final de sus sentimientos hacia ti, te deja vivir solo para que esperes la muerte. Te atormentará mientras vivas, pero su odio no quedará saciado hasta que mueras, pues tu destrucción es el único fin que anhela, y el único fin que le dejará satisfecho. (T-12.VII.13:2-6)
(8:3) Y estas decisiones se toman de manera inconsciente para mantenerlas convenientemente protegidas y para que no se puedan cuestionar, someter al escrutinio de la razón o dudar de ellas.
Esto se expresó en la Lección 136. El plan del ego me obliga a olvidar incluso que es un plan, me dice que mi individualidad está protegida por un sistema de pensamiento de pecado, culpa y miedo, cuyo producto final es el castigo que creo que está justificadamente cerca. La culpa es la pieza central aquí, porque la culpa me recuerda mi pecado, y luego me exige ser castigado por ello. Esta demanda y expectativa crea un sistema de pensamiento monstruoso en mi mente que me informa que, si permanezco allí, ciertamente seré destruido; destrucción es la palabra elegida por el ego. No hace falta decir que nunca me dice que esto sea delirante; en su lugar:
Te pide imperiosamente que no mires dentro de ti, pues si lo haces tus ojos se posarán sobre el pecado y Dios te cegará. Esto es lo que crees, y, por lo tanto, no miras. (T-21.IV.2:3-4)
Por lo tanto, la razón por la que nunca sé que el pecado es inventado, es porque ni siquiera sé que está ahí. Tan pronto como elijo hacer la separación real, junto con el sistema de pensamiento del ego, igual de rápido decido olvidar que soy yo quien así lo hizo. Reprimo, proyecto, y ahora veo el pecado y la culpa a mi alrededor. Mi temor está justificado por el pecado que veo en todos los demás, y yo camino por la tierra en terror, y por eso necesito armamento defensivo para proteger mi vulnerabilidad, pero sin darme cuenta de cuál es la causa por la que creo que son el mundo y sus habitantes quienes me lastimarán. La verdadera razón por la que estoy tan asustado es por el sistema de pensamiento que inventé. Totalmente inconsciente de este hecho, este sistema de pensamiento gobierna mis pensamientos, sentimientos y acciones.
El propósito central de Un Curso de Milagros, por lo tanto, es que Jesús quite el velo que "nos protege" del monstruo en nuestras mentes, el cual no existe. El Curso nos ayuda a entender la estrategia del ego, por lo que podemos ver diariamente la conexión entre nuestras preocupaciones, juicios, y especialismo, y su estrategia cuidadosamente diseñada para confundirnos. El ego nunca quiere que recordemos el poder de la mente que eligió contra el Amor de Dios, pero que puede elegir de nuevo. En el instante en que recordemos nuestra elección por el ego, dejaríamos de tomarla porque es una locura y odio hacia nosotros mismos y hacia los demás. Si no sabemos que el mundo es nuestra proyección, sin embargo, no hay manera de que podamos cambiar nuestras mentes al respecto. Esto no se puede enfatizar lo suficiente, y vemos este pensamiento expresado de nuevo en el párrafo 9:
📘(9:1-3) El Cielo es algo que se elige conscientemente. La elección no puede llevarse a cabo hasta que no se hayan visto y entendido claramente las alternativas. Todo lo que se encuentra velado en la penumbra tiene que someterse al entendimiento para ser juzgado nuevamente, mas esta vez con la ayuda del Cielo.
No se puede pedir una declaración más clara de lo que trata este curso, la cual que te ayuda a ver por qué Jesús describe con esmero la locura asesina del sistema de pensamiento del ego. Él debe hacer esto porque no sabemos que ese sistema de pensamiento está ahí. Podemos creer que hay expresiones de maldad en el mundo, pero siempre y cuando veamos los velos a través de la santurronería, pensaremos que todo es maravilloso, o que potencialmente es así. No nos damos cuenta que mientras creamos que hay un mundo allá afuera, no hay nada maravilloso, porque lo verdaderamente maravilloso es aprender que el mundo no es maravilloso porque es ilusorio. Nuevamente, no podemos reconocer su naturaleza ilusoria hasta que nos demos cuenta de que tenemos una mente que eligió hacerlo así, la comprensión que viene cuando elegimos un maestro que nos muestra que la fealdad del mundo es una sombra de la fealdad de la mente. Además, este mundo interior es ilusorio, una defensa cuyo propósito es evitar que el tomador de decisiones elija contra el ego. Necesitamos ver cómo opera este propósito en los contextos específicos de nuestras vidas, haciendo que las lecciones de todos sean iguales en el contenido, aun cuando sus formas difieran de entre sí, por eso Jesús dice que nuestro "programa de estudios es sumamente individualizado" (M-29.2:6). Por lo tanto, todo perdón es el mismo, aunque expresado en formas muy específicas, las cuales reflejan las diferencias que cumplen con el propósito del ego de hacer que la diferencia sea real.
A lo largo de tu día, por lo tanto, debes prestar mucha atención a todas las cosas - ya sean mundanas, sintiendo una leve punzada de molestia porque no te gustó lo que alguien hizo o dijo, o una circunstancia grave que te llevó a una intensa furia. Las formas no importan, ya que todas ellas sirven al propósito impío del ego de confundirte acerca de la naturaleza y la fuente del problema. Sin entender que los problemas están en la mente, la elección correcta es imposible. Este es el significado de elevar las sombras oscuras a la luz de la comprensión, como también vemos en el siguiente pasaje del texto:
Criatura de Dios… Ese “secreto por el que te sientes culpable” no es nada, y si lo sacas a la luz, la Luz lo desvanecerá. No quedará entonces ninguna nube tenebrosa que pueda interponerse entre ti y el recuerdo de tu Padre, pues recordarás a Su inocente Hijo, que no murió porque es inmortal. (T-13.II.9:1-3)
(9:4-6) Y todos los errores de juicio que la mente cometió previamente pueden ser ahora corre-gidos, a medida que la verdad los descarta por carecer de causa. Ahora no tienen efectos. No se pueden ocultar, pues se ha reconocido su insubstancialidad.
Cuando el velo ha sido levantado y la oscuridad de la culpa ha sido llevada a la luz de la verdad, miras en tu mente y te das cuenta de que ahí no hay nada. Mirando entonces al mundo, tú no te tomas nada en serio, en el sentido de darle poder para brindarte placer o dolor. Tú respetas el dolor de la vida de las personas - sus lecciones y aulas - pero te das cuenta de que en las aulas aprendemos que una ilusión nunca deja de ser una ilusión. Esto significa, en un nivel práctico, que la paz del amor de Jesús nunca se ve afectada por nada que ocurra a tu alrededor, porque sabes que no tiene nada que ver contigo. Este enfoque cumple así con tu necesidad egoísta de estar en paz mientras vives en el mundo, porque no puedes estar en paz mientras creas que estás aquí. Sin embargo, con tu nuevo Maestro aprendes que estar en este mundo es una sombra de la culpa de la mente, y debido a que es una decisión de tu mente, puede ser corregida.
📘(10:1) Que el Cielo se elegirá conscientemente es tan seguro como que se dejará de tenerle miedo al infierno una vez que se le saque de su escudo protector de inconsciencia y se le lleve ante la luz.
Vemos a Jesús continuamente repitiendo el mismo pensamiento: debemos traer lo que está enterrado en nuestras mentes a la conciencia. Esto es paralelo a la famosa declaración de Freud de que el propósito del psicoanálisis es hacer consciente al inconsciente. El propósito de Un Curso de Milagros es hacer consciente el sistema de pensamiento del ego - la decisión por el infierno - para poder ser conscientes de esta decisión. Sin tal conciencia, no podemos cambiar nuestras mentes al respecto. El propósito del Espíritu Santo para el mundo, una vez más, es que sea el aula en la que nuestro nuevo maestro, Jesús, nos instruya para ver cómo lo que experimentamos afuera es un efecto directo de una decisión de la mente. A medida que aprendemos cada vez más la lección, nuestro foco de atención se desplaza desde la percepción de los problemas externos - nuestras necesidades especiales - hasta darnos cuenta de que estos reflejan la necesidad del ego de preservar la separación, manteniéndonos en desconocimiento del poder de nuestras mentes que lo han elegido.
(10:2) ¿Quién podría decidir entre lo que ve claramente y lo que no reconoce?
No podemos hacer una elección significativa si la elección es entre A y B, y todos nosotros vemos solamente A. Debemos darnos cuenta de entre que elegimos, como explican estas dos preguntas:
¿Qué elección puede hacerse entre dos estados, cuando sólo se reconoce claramente uno de ellos? ¿Quién es libre de elegir entre dos efectos, si cree que solo puede escoger uno de ellos? (T-27.VIII.11:1-2)
(10:3-5) Por otra parte, ¿quién podría dejar de elegir entre dos alternativas si ve que solo una de ellas es valiosa y que la otra carece de valor al no ser más que una fuente imaginaria de culpabilidad y de dolor? ¿Quién podría titubear al llevar a cabo una elección como ésa? ¿Y vamos nosotros acaso a titubear hoy al llevarla a cabo?
Recuerda esta línea frecuentemente citada que cierra el Capítulo 23:
¿A quién que esté respaldado por el amor de Dios podría resultarle difícil elegir entre los milagros y el asesinato? (T-23.IV.9:8)
Cuando le pides ayuda a Jesús - el Amor de Dios que te sostiene - ves la elección claramente: el milagro de elegir su amor sobre el sistema de pensamiento de asesinato del ego. La elección no es difícil, una vez que has visto claramente las dos opciones, ya que solo entonces puedes decir significativamente que una es valiosa y la otra no lo es. Esto significa, una vez más, que prestes mucha atención a tu vida diaria, pidiendo la ayuda de Jesús para llevarle lo que hiciste real, permitiéndote verlo como un reflejo del pecado y la culpa que primero hiciste real dentro de tu mente.
Este proceso requiere una gran diligencia y persistencia, porque es muy fácil que tus emociones y pensamientos se vean afectados por lo que parece estar fuera de ti, incluyendo tu cuerpo - siendo tú el tomador de decisiones en tu mente. Por lo tanto, ves cómo estás contento o triste, sano o enfermo, basado en circunstancias que son externas a tu mente. Este es el enfoque de nuestra vigilancia, ya que nos lleva a hacer una elección significativa - milagros o asesinato, verdad o ilusión:
Sigue estando en tus manos elegir unirte a la verdad o a la ilusión. Pero recuerda que elegir una es abandonar la otra. Dotarás de belleza y realidad a la que elijas porque tu elección depende de cuál valoras más. La chispa de belleza o el velo de la fealdad, el mundo real o el de la culpabilidad y el miedo, la verdad o la ilusión, la libertad o la esclavitud, es todo lo mismo. Pues no puedes elegir más que entre Dios o el ego. Todo sistema de pensamiento o bien es verdadero o bien es falso, y todos sus atributos se derivan naturalmente de lo que es. (T-17.III.9:1-6)
⚘Párrafo 11 y 12 en el comentario⚘
Del libro “Viaje a Través del Libro de Ejercicios de UCDM” por el Dr. Kenneth Wapnick. TRADUCCIÓN AL ESPAÑOL POR DANIEL BEZVESELNY.
LECCIÓN 138
"El Cielo es la alternativa por la que me tengo que decidir."
Comentada por:
Oscar Gómez Díez
LA ENSEÑANZA NO-DUAL:
En esta lección se expone el porqué de uno de los ejes conceptuales del Curso: La enseñanza no-dual, que nos explica el estado del Cielo, un estado de consciencia donde no hay opuestos, donde no hay conflictos, donde todo es amor, paz, dicha, armonía y perfección. Es el estado donde nos quiere conducir el Curso, que es lo contrario a este mundo de opuestos y conflictos.
Las enseñanzas que le dan realidad a este mundo, las denominamos dualistas, en contraposición de las enseñanzas no-dualistas que solo reconocen la unidad. Para el Curso la verdad es el Cielo, Dios, la unicidad de todo lo creado por Dios.
En este mundo consideramos que la realidad es dual, y se expresa como pares de opuestos: noche y día, frío y calor, femenino y masculino, luz y oscuridad, conflicto y paz, amor y odio, sufrimiento y felicidad, vida y muerte, etc
LOS NIVELES DE ENSEÑANZA:
El Curso cuestiona la realidad de este mundo, la considera ilusoria, y mientras le demos realidad a este mundo, la verdad, el estado del Cielo, no sólo no la podremos experimentar sino que tampoco la podremos comprender.
De ahí que el discurso argumental del Curso se desenvuelva en dos niveles.
Un primer nivel metafísico, que nos habla de la verdad, esto es Dios, el Cielo, los atributos de Dios, y de sus creaciones. Es un estado donde no hay opuestos, no hay conflictos, reina la armonía y la perfección, todo es eterno e inmutable. Todo lo que Dios crea, es semejante a Él y por lo tanto, su naturaleza no cambia ni cambiará. Es un estado de perfecta unicidad, de no-dualidad, no hay opuestos y conflictos de ninguna especie.
Para quienes creemos vivir en este mundo de opuestos, nos es muy difícil comprender este primer nivel, y sólo lo asociamos con la muerte, por lo que lo evitamos. Con lo cual, afirmamos nuestra creencia que este mundo de opuestos y conflictos es real.
Todos los días validamos este mundo, todos los días afirmamos la separación. De ahí que fuese necesario un segundo nivel de enseñanza del Curso, que reinterpreta este mundo de opuestos, para conducirnos desde la dualidad a la no-dualidad. Esto lo notamos en el manejo de conceptos que parecen contradictorios para un estudiante novel. Por ejemplo: desde su perspectiva más metafísica el Curso nos dice que el mundo no existe, desde el segundo nivel utiliza el concepto de salvar al mundo. Desde el primer nivel nos dice que el cuerpo no existe, o que es un instrumento de ataque para afirmar la separación, desde el segundo nivel, nos dirá el cuerpo puede ser un instrumento de comunicación para el perdón y la sanación de la mente. Desde el primer nivel nos dirá que la Expiación, los milagros y el perdón no existen en el estado del Cielo, pues en ese estado de perfección no hay nada que corregir, sanar o perdonar, en cambio, desde un segundo nivel, en este mundo, la Expiación, los milagros y el perdón, son mecanismos que introduce el Espíritu Santo para ayudarnos a corregir la creencia en la separación, a sanar nuestras mentes y ayudarnos a despertar de este sueño de separación; y así sucesivamente.
Todo estudiante debe entrenar su capacidad de análisis y discernimiento, para establecer cuando el Curso nos habla desde el primer nivel y cuando desde el segundo.
Esta lección nos va aclarar porqué estas diferencias son tan importantes en la pedagogía del Curso. Veamos cómo nos lo explica: "En este mundo, el Cielo es algo que se elige porque en este mundo se cree que hay alternativas entre las que se puede elegir." este mundo es el estado de carencia, y por eso, creemos que debemos elegir una opción en que creemos que ganamos algo, mientras otros pierden. El mundo parece ofrecernos múltiples opciones, pero se reducen a ganar o perder. En el estado del Cielo no hay que decidirse por ninguna opción, pues es un estado de plena abundancia, en la que tienes acceso a la totalidad, al tenerlo todo, elegir ser vuelve insustancial.
"Pensamos que todas las cosas tienen un opuesto y que elegimos lo que queremos." y en este mundo, lo que queremos, lo que deseamos, es lo que pensamos que carecemos, y elegimos lo que creemos que nos hace falta, e incluso luchamos por ello.
"Si el Cielo existe tiene que haber también un infierno, pues es mediante contradicciones como construimos lo que percibimos y lo que pensamos que es real." todo el sistema de pensamiento de este mundo se ha construido sobre los opuestos: la economía sobre la abundancia y la escasez, la medicina sobre la enfermedad y la muerte, la política sobre el conflicto de ideologías e intereses, la filosofía sobre la dialéctica de los opuestos.
Así que si creemos que este mundo es el infierno, entonces pensamos que debemos elegir el Cielo. Esa es la lógica del mundo. Pero: "La creación no conoce opuestos." esta es una afirmación del primer nivel, la creación no sabe de conflictos y opuestos, su naturaleza es de unidad, paz y armonía. Lo único real es el Cielo, lo demás son ilusiones. Pero en este mundo, "la oposición es parte de lo que es "real"."
"Esta extraña percepción de la verdad es lo que hace que elegir el Cielo parezca ser lo mismo que renunciar al infierno. En realidad no es así." Por lo que se hizo necesario desarrollar un discurso que fuese comprensible para quienes vivimos en este mundo, de lo contrario, el Cielo se nos haría incomprensible y la sanación se dilataría en el tiempo.
"Mas lo que es verdad en la creación de Dios no podrá ponerse de manifiesto aquí hasta que no se refleje en alguna forma que el mundo pueda entender." esta es la razón de ser de ese segundo nivel de enseñanza, que es como un puente entre este mundo y el Cielo, de otra manera "La verdad no puede arribar allí donde sólo podría ser percibida con miedo." El miedo es lo que nos impide acceder al amor, lo que nos aleja de él. Esta aparente contradicción entre miedo y amor, no se puede resolver desde la lógica de los opuestos, pues el verdadero Amor no conoce opuestos, de ahí que el perdón sea necesario, para sanar el miedo y poder experimentar el Amor.
Así que aparentemente estamos eligiendo entre el Cielo y el infierno, entre la verdad y la ilusión, entre Dios y el ego, porque esa es la lógica del mundo, pero en la realidad no estamos eligiendo nada, pues Dios es, la verdad es, el Amor es, el Cielo es. La verdad es inalterable e inmutable. Pero como en este mundo creemos que tenemos que elegir, pues nos decimos: "El Cielo es la alternativa por la que me tengo que decidir." y una vez que hemos decidido, una vez que hemos elegido, nos daremos cuenta que no hemos decidido nada, pues la verdad es verdad y nada más lo es. "No hay opuesto que se pueda elegir en su lugar. No hay nada que pueda contradecir la verdad."
Y esto es así porque "la verdad no es algo que se pueda aprender sino tan sólo reconocer." y para poder reconocer la verdad, tenemos que perdonar todo lo que no es verdad, tenemos que deshacer todo lo que no es amoroso, y en ese "reconocimiento reside su aceptación, y al aceptarse, se conoce." por ello, en este mundo, el Cielo lo elegimos conscientemente, y lo hacemos cuando reconocemos que todas las demás alternativas son ilusorias.
"Que el Cielo se elegirá conscientemente es tan seguro como que se dejará de tenerle miedo al infierno una vez que se le saque de su escudo protector de inconsciencia y se le lleve ante la luz."
PRÁCTICA:
Aquiétate durante 5 minutos, en dos ocasiones en el transcurso del día, preferiblemente una en la mañana y la otra en la noche. Respira lenta y profundamente y mientras te vas relajando con la respiración, ve introduciendo en tu consciencia las siguientes palabras:
"El Cielo es la alternativa por la que me tengo que decidir."
"Me decido por él ahora y no cambiaré de parecer, pues es lo único que quiero."
Y en la medida que estas palabras se asientan en tu consciencia, te relajas y te dejas ir de la mano de Quien con la luz de la verdad y el amor te ayudara a tomar la única elección que debes tomar: el Cielo
PRÁCTICAS CORTAS Y FRECUENTES:
Durante cada hora, a lo largo del día reafirmamos "nuestra elección con un breve momento de quietud dedicado a mantener la cordura" diciéndonos:
"El Cielo es la alternativa por la que me tengo que decidir."
"Me decido por él ahora y no cambiaré de parecer, pues es lo único que quiero."
Cuando elegimos al Cielo como la única alternativa por la que nos decidimos, implícitamente estamos tomando todas las demás decisiones que debemos tomar en este mundo, como elegir el amor, la paz y la felicidad, y una vez determinado que el Cielo, es nuestra única alternativa, nuestro único propósito en esta vida, perdonar todo obstáculo que nos impida llegar al Cielo será más imperativo y más motivador, pues la luz del Amor nos espera al final de la jornada, nos acompañara a lo largo del camino para abrigarnos con sus dulces brazos cuando por fin lleguemos a donde nunca debimos salir: nuestra Fuente.
TEXTO T13.VIII
CELEBRANDO EL MILAGRO
CELEBRA LA CORRECCIÓN QUE OCURRE AHORA
BENDICIONES!