LECCIÓN 263 Mi santa visión ve la pureza de todas las cosas.



Aquí la Introducción a la segunda parte del Libro de Ejercicios de UCDM

LECCIÓN 263

Mi santa visión ve la pureza de todas las cosas.

1. Padre, Tu Mente creó todo cuanto existe, Tu Espíritu se adentró en ello y Tu Amor le infundió Vida. 2 ¿Y voy yo acaso a contemplar lo que Tú creaste como si en ello pudiera anidar el pecado? 3 No quiero percibir imágenes tan tenebrosas y atemorizantes. 4 Es imposible que yo pueda preferir el sueño de un loco a toda la hermosura con la que Tú bendijiste la Creación; a toda su pureza y dicha, así como a su eterna y serena morada en Ti.


2. Y mientras todavía nos encontremos ante las puertas del Cielo, contemplemos todo cuanto veamos a través de una visión santa y de los ojos de Cristo. 2 Que todas las apariencias nos parezcan puras para que con inocencia podamos pasarlas de largo y dirigirnos juntos a la casa de nuestro Padre como hermanos y como los santos Hijos de Dios que somos.




AUDIOS de la Lección 263
de CELEBRANDO EL MILAGRO


Lectura de la Lección 263
A través de  Blanca Nivia Morales Contreras


Ocurrir de la Lección 263
a través de Martin Musarra


Lección 263 comentada por 
Jorge Luis Álvarez Castañeda


































LECCIÓN 263

Mi santa visión ve la pureza de todas las cosas


Comentada por: 

Jorge Luis Álvarez Castañeda



¡Que la paz sea con nosotros hoy!

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Ayer, Jesús nos enseñaba que no percibiéramos diferencias en nuestros hermanos pues habíamos sido creados en la unidad de Dios y no en la separación del ego.  Hoy, Jesús, quiere que avancemos en ese proceso. En la lección 263 Mi santa visión ve la pureza de todas las cosas, nos propone que veamos con la visión de Cristo. Recordemos lo que es la visión de Cristo.


 Jesús nos dice en la lección 158:

 _”La visión de Cristo está regida por una sola ley. No ve el cuerpo ni lo confunde con el Hijo que Dios creó”_. (L-158.7:1-2). 


La visión de Cristo no está centrada en el cuerpo de los hermanos. Ve la naturaleza espiritual que los caracteriza. Ve en ellos el Hijo de Dios que son. Ve impecabilidad e inocencia. No proyecta ni ve culpa. No proyecta ilusiones de conflicto. Por el contrario, ve solamente paz. No ve ataque, sino peticiones de ayuda. Perdona todo lo que ve y lo transforma en milagros. No ve sino paz y amor. No hace juicios. No ve en el cuerpo un medio para la separación al fomentar el deseo de ser especial, como lo hace el ego, sino un medio de comunicación al servicio del Espíritu Santo para llevar paz y amor a los hermanos por medio de la Palabra de Dios y la verdad.


Jesús nos dice:

”Padre, Tu Mente creó todo lo que existe, Tu Espíritu se adentró en ello y Tu Amor le infundió vida. ¿Y voy yo acaso a contemplar lo que Tú creaste como si en ello pudiese anidar el pecado?” 


Fuimos creados como una extensión en la Mente de Dios, que sólo puede crear en el Amor tal como vimos en la lección 67 El Amor me creó a semejanza de Sí Mismo. Como el Hijo de Dios, como el Cristo, el Ser que somos, compartimos su santidad. Es una completa locura creerle al ego que busca que nos veamos como pecadores, culpables y llenos de miedo y renunciemos a nuestra naturaleza de Hijos de Dios. 


Por eso, Jesús nos dice:

_”No quiero percibir imágenes tan tenebrosas y atemorizantes. Es imposible que yo pueda preferir el sueño de un loco a toda la hermosura con la que Tú bendijiste a la creación; a toda su pureza y dicha, así como a toda su eterna y serena morada en Ti”_.


Hoy, vamos a pedir la ayuda del Espíritu Santo para mirar todo lo que nos pase, todas las relaciones con nuestros hermanos, todos los recuerdos que lleguen a nuestro campo de conciencia, con la visión de Cristo.


 La visión de Cristo es el puente entre el mundo del ego y el mundo del Dios: 

_”Y mientras todavía nos encontremos ante las puertas del Cielo, contemplemos todo cuanto veamos a través de una visión santa y con los ojos de Cristo. Permite que todas las apariencias nos parezcan puras, para que podamos pasarlas del largo con inocencia, y dirigirnos juntos a la casa de nuestro Padre como hermanos y como los santos Hijos de Dios que somos”_.


Con relación al tema del cuerpo


Jesús nos dice en el tema especial 5. ¿Qué es el cuerpo?:

_ “El cuerpo no perdurará. Sin embargo, para él eso supone una doble seguridad. Pues la temporalidad del Hijo de Dios es la “prueba” de que sus cercas funcionan y de que están llevando la tarea que su mente les asignó”_. 


El ego quiere demostrar que tiene la razón, que las cosas son como él quiere. El ego quiere demostrar, con la muerte del cuerpo, que la separación fue un éxito y que Dios no puede garantizar la vida de su hijo. Y, de esa manera, Dios ha fracasado. Esto no es sino una prueba de la locura del ego que proyecta en Dios toda su culpa y su miedo al castigo de Dios. Si Dios me va a castigar no puedo sino esperar, en cualquier momento, la muerte. 



Proceso de práctica de la lección



Tener momentos con Dios por la mañana y por noche


Momentos en los cuales se tenga una experiencia con la verdad, es decir, con el reconocimiento de que somos Hijos de Dios, mientras ello nos haga felices. El tiempo utilizado será el que se considere necesario para lograr el objetivo. Podría ser media hora o más. Estos momentos buscan que tengamos o nos acerquemos a tener instantes santos permanentes.


Se invoca a Dios. En lugar de palabras sólo necesitamos sentir Su Amor.


Se pide la guía del Espíritu Santo y de Jesús. 

Se lee despacio los temas especiales que acompañan la lección del día. Se reflexiona sobre ellos. Luego, se lee la lección del día.


En tu meditación intenta entrar en  contacto con esa parte de tu mente donde hay paz y amor, tranquilidad, alegría. Es tu mente recta, donde está Cristo, tu Ser.


Espera a Dios. Él llegará y te dará un mensaje de amor y de paz. Pero, esto requiere nuestra disposición a escucharlo tal como lo ha enseñado Jesús en la lección 71:


_”Él responderá en la misma medida que tú estés dispuesto a oír Su Voz. No te niegues a oírla. El solo hecho de que estés llevando a cabo los ejercicios demuestra que en cierto modo estás dispuesto a escuchar. Esto es suficiente para que seas acreedor a Su respuesta”_. (L-71. 9:7-10)


Recordatorios cada hora. 


Cada hora recordaremos a Dios.

Invocamos Su Nombre. Recordaremos la lección del día y siempre que nos sintamos tentados a olvidarnos de nuestro objetivo. También perdonaremos con Dios los pensamientos no amorosos que hayamos tenido en esa hora. Pueden ser 2 o tres minutos con los ojos cerrados.


Recuerda que mientras lo haces Cristo permanece a tu lado dándote fortaleza. Luego, siente la quietud y silencio y espera a Dios. 


Recordatorios frecuentes de la lección entre horas.


 Ayudan en el entrenamiento de tener siempre presente a Dios. Invocamos  a Dios.


Respuesta a la tentación.


Invocamos el Nombre de Dios y repetimos la idea del día cuando sintamos que nos estamos olvidando del objetivo de la lección, sintamos que estamos perdiendo nuestra paz y necesitemos perdonar.


Les deseo muchas experiencias con esta lección que contribuyan a su paz interior y a tener una experiencia directa de la verdad con miras a abandonar el mundo del dolor y adentrarse en la paz. Siempre pidiendo la ayuda del Espíritu Santo y de Jesús. Y, sin olvidarse de reír porque la Voluntad de Dios, para nosotros, es que tengamos perfecta felicidad.


Muchas, muchísimas, bendiciones.

Jorge Luis Álvarez Castañeda









Kenneth Wapnick 

Mi santa visión ve la pureza de todas las cosas.

Lección 263


"Varias lecciones en esta serie de diez tratarán de la visión, comenzando con ésta.


(1:1-2) «Padre, Tu Mente creó todo cuanto existe, Tu Espíritu se adentró en ello y Tu Amor le infundió vida. ¿Y voy yo acaso a contemplar lo que Tú creaste como si en ello pudiese anidar el pecado?» 


El ego nos dice que la manera en que preservamos nuestra inocencia es mantener la separación, pero responsabilizar a alguien más por ello - su pecado y no el nuestro. Este principio de «uno o el otro» rige así dentro del sueño: si tú eres pecaminoso, yo debo ser inocente; para demostrar mi inocencia delante de Dios, debo encontrar pecado en ti, y atacarte por ello:


“Nunca odias a tu hermano por sus pecados, sino únicamente por los tuyos. Sea cual sea la forma que sus pecados parezcan adoptar, lo único que hacen es nublar el hecho de que crees que son tus propios pecados y, por lo tanto, que el ataque es su "justo" merecido.” (T-31.III.1:5-6)


(1:3-4) «No quiero percibir imágenes tan tenebrosas y atemorizantes. Es imposible que yo pueda preferir el sueño de un loco a toda la hermosura con la que Tú bendijiste la creación; a toda su pureza y dicha, así como a su eterna y serena morada en Ti.» 


Necesitamos reconocer la locura de hacer de las diferencias percibidas entre nosotros una cuestión de vida o muerte. Es esencial que vigilemos diligentemente nuestras mentes en busca de percepciones de otros como pecaminosos, perversos y malvados, porque en tal percepción excluimos a parte de la Filiación, diciendo que sabemos mejor que Jesús.  Él nos dice que el Hijo de Dios es uno, pero nos oponemos con listas de imágenes tenebrosas, pecaminosas, y atemorizantes como prueba definitiva de que él está equivocado y de que nosotros tenemos razón: «no» todos son iguales, y tenemos la evidencia de la culpabilidad para probar nuestro punto - ¡el sueño de un loco, seguro!


(2) «Y mientras todavía nos encontremos ante las puertas del Cielo, contemplemos todo cuanto veamos a través de una visión santa y de los ojos de Cristo. Permite que todas las apariencias nos parezcan puras, para que podamos pasarlas de largo con inocencia, y dirigirnos juntos a la casa de nuestro Padre como hermanos y como los santos Hijos de Dios que somos.»


Vemos una vez más con qué frecuencia Jesús hace el mismo comentario. A través de la visión de Cristo nos damos cuenta de que todos somos iguales. Esta percepción sanada de  inocencia no viene al negar nuestra vista física, sino negando la interpretación del ego de esta vista. Volvamos a leer este hermoso pasaje del texto que es paralelo a la idea de esta lección; el hermoso viaje que nos espera cuando caminemos junto con todos nuestros hermanos, ayudándoles a aprender las felices lecciones de perdón que hemos aprendido -  esperanza en lugar de desesperación, luz en vez de oscuridad, inocencia en lugar de pecado:


“¡Pensad en la hermosura que veréis, vosotros que camináis a Su lado! ¡Y pensad cuán bello os parecerá el otro! ¡Cuán felices os sentiréis de estar juntos después de una jornada tan larga y solitaria en la que caminabais por separado! Las puertas del Cielo, francas ya para vosotros, las abriréis ahora para los que aún sufren. Y nadie que mire al Cristo en vosotros dejará de regocijarse. ¡Qué bello es el panorama que visteis más allá del velo y que ahora llevaréis para iluminar los cansados ojos de aquellos que todavía están tan extenuados como una vez lo estuvisteis vosotros! ¡Cuán agradecidos estarán de veros llegar y ofrecer el perdón de Cristo para desvanecer así la fe que ellos aún tienen en el pecado!” (T-22.IV.4) "


Del libro "Viaje a Través del Libro de Ejercicios de UCDM" por el Dr. Kenneth Wapnick.















LECCIÓN 263

Mi santa visión ve la pureza de todas las cosas.


Comentado por:

Oscar Gómez Díez 


Está es una lección sobre la visión de Cristo, sobre la visión espiritual, la visión del corazón. Esta visión no la logramos con los ojos del cuerpo, con los ojos del ego que juzga, crítica, condena y ataca. La visión de Cristo la logramos perdonado todo aquello que nos impide ver la pureza y la belleza de toda la existencia. 


"ORACIÓN DEL DÍA:

 

"Padre, Tu Mente creó todo cuanto existe, Tu Espíritu se adentró en ello y Tu Amor le infundió vida. ¿Y voy yo acaso a contemplar lo que Tú creaste como si en ello pudiese anidar el pecado? No quiero percibir imágenes tan tenebrosas y atemorizantes. Es imposible que yo pueda preferir el sueño de un loco a toda la hermosura con la que tú bendijiste la creación; a toda su pureza y dicha, así como a su eterna y serena morada en Ti."


Un Curso de Milagros no es un texto religioso que cuenta con un mito de la creación, como el que narra el Génesis de la Biblia, pero las siguientes palabras siendo muy cortas y precisas exponen una teoría de la creación:

"Padre, Tu Mente creó todo cuanto existe, Tu Espíritu se adentró en ello y Tu Amor le infundió vida." 

La Mente de Dios crea. 

Su Espíritu lo impregna todo. 

Su Amor le da vida a todo lo que existe. 

¿Si lo que Dios creó goza de la pureza e impecabilidad de nuestro Padre, como puedo llegar a pensar que alguna de sus criaturas son pecaminosas, impuras,  merecedoras de castigo y no de amor? 

El resto de la oración es una negación de la locura de mundo, que el ego nos quiere enseñar, y un pedido por tener una visión santa que nos permita  contemplar la Creación tal como Dios la hizo, con el Amor que  le infundió vida. 


"Y mientras todavía nos encontremos ante las puertas del Cielo, contemplemos todo cuanto veamos a través de una visión santa y de los ojos de Cristo." si antes veíamos este mundo con los ojos del ego, ahora que hemos aprendido a perdonar, a renunciar a juzgar, condenar o atacar a mis hermanos, ahora podemos contemplarlos con la visión de Cristo, con la visión del Amor.  Perdonar sigue siendo nuestra única función mientras permanezcamos en este mundo, es lo único que nos garantiza no proyectar culpas sobre nuestros hermanos y ver y disfrutar solo de la paz y el amor, que está más allá del mundo de las formas. 


 "Permite que todas las apariencias nos parezcan puras, para que podamos pasarlas de largo con inocencia, y dirigirnos juntos a la casa de nuestro Padre como hermanos y como los santos Hijos de Dios que somos." cuando desarrollamos la visión de Cristo, lo que antes veíamos como pecados ahora lo vemos como errores que perdonamos y pasamos por alto, pues miramos mas allá de ellos, contemplamos la inocencia de nuestros hermanos, los vemos como lo que son: la perfecta creación de Dios, verlos de otra manera es intentar alterar una realidad que es inalterable, es la locura a la que nos ha querido  conducir el ego. El Amor no está sujeto a cambios o modificaciones, es constante, pues así es la naturaleza de Dios y de todos Sus atributos. 


PRACTICA:


Repasa el tema especial de esta sección, titulado "5. ¿Qué es el cuerpo?" Trate de leer y repetir cuantas veces puedas la idea  y la oración del día, y si logras   memorizarlas mucho mejor, hazlas tuya, pues es la manera como buscaremos comunicarnos con Dios todos los días; luego guardamos silencio para escuchar Su amorosa respuesta, tal como nos lo dice Jesús a continuación:


"Y ahora aguardamos silenciosamente. Dios está aquí porque esperamos juntos. Estoy seguro de que Él te hablará y de que tú le oirás. Acepta mi confianza, pues es la tuya. Nuestras mentes están unidas. Esperamos con un solo propósito: oír la respuesta de nuestro Padre a nuestra llamada, dejar que nuestros pensamientos se aquieten y encontrar Su paz, para oírle hablar de lo que nosotros somos y para que Él Se revele a Su Hijo." (L- 221.2:1-6)


No te olvides de realizar tus meditaciones cada mañana y cada noche, si puedes dedicarle media hora o más seria excelente, lo mismo que los recordatorios cada hora, y de responder a toda tentación con la idea del día, pero sobretodo que sea una práctica gratificante, pues ahora el tiempo pasa a un segundo plano. Cuando estamos con Dios el tiempo no existe pues estamos con el Señor de la eternidad. Los momentos que le dedicamos a Dios son instantes santos que nos dedicamos a nosotros mismos, a nuestro amor, nuestra paz y nuestra felicidad. 










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