Aquí la Introducción a la segunda parte del Libro de Ejercicios de UCDM
LECCIÓN 265
Lo único que veo es la mansedumbre de la creación.
1. Ciertamente no he comprendido el mundo, ya que proyecté sobre él mis pecados y luego me vi siendo el objeto de su mirada: 2¡Qué feroces parecían! 3¡Y cuán equivocado estaba al pensar que aquello que temía se encontraba en el mundo en vez de en mi propia mente! 4Hoy veo el mundo en la mansedumbre celestial con la que refulge la creación. 5En él no hay miedo. 6No permitas que ninguno de mis aparentes pecados nuble la luz celestial que refulge sobre el mundo. 7Lo que en él se refleja se encuentra en la Mente de Dios. 8Las imágenes que veo son un reflejo de mis pensamientos. 9Pero mi mente es una con la de Dios. 10Por lo tanto, puedo percibir la mansedumbre de la creación.
2. En la quietud quiero contemplar el mundo, el cual refleja únicamente Tus Pensamientos, así como los míos. 2Concédaseme recordar que son lo mismo, y veré la mansedumbre de la creación.
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de CELEBRANDO EL MILAGRO
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A través de Blanca Nivia Morales Contreras
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Lección 265 comentada por
Jorge Luis Álvarez Castañeda
LECCIÓN 265
Lo único que veo es la mansedumbre de la creación.
Comentada por:
Jorge Luis Álvarez Castañeda
*¡Que la paz sea con nosotros hoy!*
Hoy, en esta lección, Jesús, nos llama a cambiar nuestra manera de percibir el mundo de tal manera que podamos apreciar lo que nos enseñaba Jesús en la lección de ayer que: *El Amor de Dios me rodea*.
Nos llama a mirar la mansedumbre de la creación. La palabra mansedumbre hace relación a lo tranquilo, sosegado, apacible, a suavidad, benignidad, bondad.
Jesús, nos precisa más el concepto de mansedumbre:
_”Para los maestros de Dios el daño es imposible. No pueden infringirlo ni sufrirlo. El daño es el resultado de juzgar. Es el acto deshonesto que sigue a un pensamiento deshonesto. Es un veredicto de culpabilidad contra un hermano, y por ende, contra uno mismo. Representa el fin de la paz y la negación del aprendizaje. Demuestra la ausencia del programa de estudios de Dios y de su substitución por la demencia. Todo maestro de Dios tiene que aprender – y bastante pronto en su proceso de formación – que hacer daño borra completamente su función de su conciencia…Los maestros de Dios, por lo tanto, son completamente mansos”_. M.4.IV.1:1-8, 12
Jesús, nos dice en la lección:
_”Ciertamente no he comprendido el mundo, ya que proyecté sobre él mis pecados y luego me vi siendo el objeto de su mirada. ¡Qué feroces parecían!”_
Como hemos visto, la conciencia de haber cometido un pecado, una falta imperdonable al creer haberme separado del Dios, hace que sienta una inmensa culpa que tengo que proyectar afuera, a mis hermanos: ellos son culpables, yo soy inocente. Esa necesidad de proyección de la culpa se expresa en la aceptación y búsqueda, de situaciones que, en sana lógica, nos parecerían absurdas tales como nos enseña Jesús en el capítulo 27 sección 1:
_”El deseo de ser tratado injustamente es un intento de querer transigir combinando el ataque con la inocencia.”_ (T-27.I.1:1).
Si. Es ilógico que queramos que nos traten injustamente. Pero la carga de la culpa es tal que necesitamos una excusa para poder proyectarla afuera.
Jesús, nos dice que proyecto mis pecados sobre el mundo
_”y luego me vi siendo el objeto de su mirada. ¡Qué feroces parecían!”_
La mirada se me devuelve en una clara relación de espejo. Así como vea al mundo, a mis hermanos, así me veré a mí mismo como nos había enseñado Jesús en la lección 250 *Que no vea ninguna limitación en mí*:
_”Él es Tu Hijo, Padre mío. Y hoy quiero contemplar su ternura en lugar de mis ilusiones. Él es lo que yo soy, y tal como lo vea a él me veré a mí mismo”_. L-250. 2:1-3
Continua Jesús:
_” ¡Y cuan equivocado estaba al pensar que aquello que temía se encontraba en el mundo en vez de en mi propia mente! Hoy veo el mundo en la mansedumbre celestial con la que refulge la Creación. En él no hay miedo. Que ninguno de mis aparentes pecados nuble la luz celestial que refulge sobre el mundo. Lo que en él se refleja se encuentra en la Mente de Dios”_.
No veo sino la mansedumbre de la creación, no veo sino bondad, no veo si no paz, no veo conflicto por ningún lado. He aceptado la responsabilidad de mi manera de pensar y acepto que tengo que cambiar los pensamientos no amorosos del ego por los pensamientos amorosos del Espíritu Santo. Acepto la sanación de mi mente, acepto el recuerdo de Dios que siempre me ha acompañado. Acepto que
“Las imágenes que veo son un reflejo de mis pensamientos. Pero mi mente es una con la de Dios. Por lo tanto, puedo percibir la mansedumbre de la Creación”_.
La oración de la lección vale la pena repetirla constantemente:
_En la quietud quiero contemplar el mundo, el cual no es sino el reflejo de Tus Pensamientos, así como de los míos. Que recuerde que son lo mismo y veré la mansedumbre de la Creación_.
*Con relación al tema del cuerpo*
Jesús nos dice en el tema especial 5. ¿Qué es el cuerpo?:
_”Pues sólo el amor puede crear de verdad y la verdad no tiene miedo de nada”_.
El cuerpo no crea. Tal como nos explica Jesús en el capítulo 2 sección IV:
_”Solo la mente puede crear porque el Espíritu ya fue creado y el cuerpo es un recurso de aprendizaje al servicio de la mente”_. T-2.IV.3:1
El cuerpo es un recurso de aprendizaje al servicio de la mente. Puede utilizarlo el Espíritu Santo como medio de comunicación para llevar la Palabra de Dios y la verdad. El amor, inspirado por el espíritu santo, puede crear de verdad, como nos dice Jesús.
*Proceso de práctica de la lección*
_Tener momentos con Dios por la mañana y por noche_
Momentos en los cuales se tenga una experiencia con la verdad, es decir, con el reconocimiento de que somos Hijos de Dios, mientras ello nos haga felices. El tiempo utilizado será el que se considere necesario para lograr el objetivo. Podría ser media hora o más. Estos momentos buscan que tengamos o nos acerquemos a tener instantes santos permanentes. . Perdonamos, con la Ayuda de Dios, lo que nos esté quitando la paz.
Se invoca a Dios. En lugar de palabras sólo necesitamos sentir Su Amor.
Se pide la guía del Espíritu Santo y de Jesús.
Se lee despacio los temas especiales que acompañan la lección del día. Se reflexiona sobre ellos. Luego, se lee la lección del día.
En tu meditación intenta entrar en contacto con esa parte de tu mente donde hay paz y amor, tranquilidad, alegría. Es tu mente recta, donde está Cristo, tu Ser.
Mantén la mente quieta, sin palabras, y te olvidas de todo lo que habías creído saber y entender, y te quedas sólo con la sensación y certeza de que estás con Dios.
Espera a Dios. Él llegará y te dará un mensaje de amor y de paz. Pero, esto requiere nuestra disposición a escucharlo tal como lo ha enseñado Jesús en la lección 71:
_”Él responderá en la misma medida que tú estés dispuesto a oír Su Voz. No te niegues a oírla. El solo hecho de que estés llevando a cabo los ejercicios demuestra que en cierto modo estás dispuesto a escuchar. Esto es suficiente para que seas acreedor a Su respuesta”_. (L-71. 9:7-10)
_Recordatorios cada hora_.
Cada hora recordaremos a Dios.
Invocamos Su Nombre. Recordaremos la lección del día y siempre que nos sintamos tentados a olvidarnos de nuestro objetivo. También perdonaremos con Dios los pensamientos no amorosos que hayamos tenido en esa hora. Pueden ser 2 o tres minutos con los ojos cerrados.
Recuerda que mientras lo haces Cristo permanece a tu lado dándote fortaleza. Luego, siente la quietud y silencio y espera a Dios.
_Recordatorios frecuentes de la lección entre horas_.
Ayudan en el entrenamiento de tener siempre presente a Dios. Invocamos a Dios.
_Respuesta a la tentación_.
Invocamos el Nombre de Dios y repetimos la idea del día cuando sintamos que nos estamos olvidando del objetivo de la lección, sintamos que estamos perdiendo nuestra paz y necesitemos perdonar.
Les deseo muchas experiencias con esta lección que contribuyan a su paz interior y a tener una experiencia directa de la verdad con miras a abandonar el mundo del dolor y adentrarse en la paz. Siempre pidiendo la ayuda del Espíritu Santo y de Jesús. Y, sin olvidarse de reír porque la Voluntad de Dios, para nosotros, es que tengamos perfecta felicidad.
Muchas, muchísimas, bendiciones.
Kenneth Wapnick
Lo único que veo es la mansedumbre de la creación.
Lección 265
"Esta lección contrasta los conceptos familiares de proyección y extensión. Miramos dentro de nuestras mentes y juzgamos si la culpa o el perdón son reales. Cualquiera que sea el pensamiento que elijamos es lo que elegimos percibir afuera. Si es la culpabilidad del ego, sus proyecciones son percibidas en los demás. Si se trata del perdón del Espíritu Santo, sus gentiles extensiones son la base de nuestras relaciones. Este es el mensaje de Jesús para nosotros aquí.
(1:1) «Ciertamente no he comprendido el mundo, ya que proyecté sobre él mis pecados y luego me vi siendo el objeto de su mirada.»
Jesús describe lo que todos hacemos - de hecho, cómo se forjó el mundo. Hicimos realidad el pecado en la mente, negamos su presencia y lo proyectamos. Ahora creemos que el pecado está a todo nuestro alrededor en los cuerpos – nuestros o de los demás – pero no en nuestras mentes. Recordemos estas importantes y conocidas líneas:
“La proyección da lugar a la percepción. El mundo que ves se compone de aquello con lo que tú lo dotaste...Es el testimonio de tu estado mental, la imagen externa de una condición interna.” (T-21.in.1:1-2, 5)
(1:2-3) «¡Qué feroces parecían! ¡Y cuán equivocado estaba al pensar que aquello que temía se encontraba en el mundo en vez de en mi propia mente!»
Esta es una declaración sucinta sobre el plan del ego de negar el pecado percibido en nuestras mentes y verlo afuera. Sin embargo, al darnos cuenta de que cometimos un error, ahora cambiamos de parecer y decimos:
(1:4-6) «Hoy veo el mundo en la mansedumbre celestial con la que refulge la creación. En él no hay miedo. No permitas que ninguno de mis aparentes pecados nuble la luz celestial que refulge sobre el mundo.»
En el manual, Jesús enumera la «mansedumbre» como la cuarta de las diez características de los maestros de Dios, y en su exposición la contrasta con hacer daño (M-4.IV). Por lo tanto, elegir la culpa y el pecado como realidad es hacer realidad el daño, lo que significa que un mundo pecaminoso y temeroso también se hace realidad. Sin embargo, con el Espíritu Santo como nuestro Maestro, la mansedumbre del Amor de Dios es lo único que se refleja aquí.
(1:7-10) «Lo que en él se refleja se encuentra en la Mente de Dios. Las imágenes que veo son un reflejo de mis pensamientos. Pero mi mente es una con la de Dios. Por lo tanto, puedo percibir la mansedumbre de la creación.»
El Amor en la Mente de Dios se refleja en el mundo, y puesto que lo que percibo es un reflejo de mis pensamientos - “Mis pensamientos son imágenes que yo mismo he fabricado.” (W-pI.15) - y he aliado mis pensamientos con el Espíritu Santo, la mansedumbre de la creación es lo único que veo.
(2) «En la quietud quiero contemplar el mundo, el cual refleja únicamente Tus Pensamientos, así como los míos. Concédaseme recordar que son lo mismo, y veré la mansedumbre de la creación.»
En otras palabras, mis pensamientos no son diferentes de los de Dios. En el mundo real comprendemos que todo lo que hemos pensado alguna vez - ya sea de mentalidad correcta o errada - es un sueño. Lo que queda ahora es el instante final de reconocimiento de que Dios y Su Hijo nunca han estado separados. Sin separación no hay pecado, culpa o miedo, y la mansedumbre de la creación se restablece en la conciencia de nuestras santas mentes, a medida que desaparecemos en el manso Corazón de Dios."
Del libro "Viaje a Través del Libro de Ejercicios de UCDM" por el Dr. Kenneth Wapnick.
LECCIÓN 265
Lo único que veo es la mansedumbre de la creación.
Comentada por:
Oscar Gómez Díez
La Mansedumbre se relaciona con un trato amable, inofensivo, suave, libre de arrogancia o amenazas. El trato manso inspira confianza y respeto en las relaciones.
Mansedumbre es la virtud que nos ayuda trascender la ira y sus efectos en nuestras relaciones. En ese sentido la mansedumbre es una forma de templanza, en la que los resentimientos son transformados en bondad, gracias al perdón.
La Biblia define la mansedumbre en Corintios (9:18). Como la suavidad y benignidad en la condición o en el trato, y está libre de arrogancia o presunción. Está muy relacionada con otras virtudes, como la humildad y la apacibilidad.
La mansedumbre es mencionada en el Nuevo Testamento, es una de las nueve bienaventuranzas del Sermón de la montaña de Jesús: «Bienaventurados los MANSOS, porque ellos recibirán la tierra por heredad» (Mateo 5,5). En Mateo 11,29 se dice «Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas».
La mansedumbre está relacionada con virtudes como la humildad, la compasión, la apacibilidad, el aprecio, la bondad, la dulzura y la ternura.
El Jesús de Un Curso de Milagros considera la mansedumbre como una de las características de los maestros de Dios y la describe de la siguiente manera:
*"Para los maestros de Dios el daño es algo imposible. No puede infligirlo ni sufrirlo. El daño es el resultado de juzgar. Es el acto deshonesto que sigue a un pensamiento deshonesto. Es un veredicto de culpabilidad contra un hermano, y por ende, contra uno mismo. Representa el fin de la paz y la negación del aprendizaje. "* (M-4.IV:1-6) La mansedumbre se entiende como no hacer daño, no juzgar, no culpar, no condenar, pues todo ello es la negación de la paz, y hace imposible nuestro aprendizaje para despertar del sueño de separación. Los mansos tienen la certeza que sólo el amor es real, y en eso radica su fortaleza, sólo ven inocencia pues una mente que no juzga es inocente y amorosa.
*"Ciertamente no he comprendido el mundo, ya que proyecté sobre él mis pecados y luego me vi siendo el objeto de su mirada"* Lo que percibo no es más que mis propios pensamientos de culpa y miedo, que previamente proyecté sobre el mundo, que como un espejo me los refleja, como los monstruos de mis propias pesadillas. *"¡Qué feroces parecían! ¡Y cuán equivocado estaba al pensar que aquello que temía se encontraba en el mundo en vez de en mi propia mente!"*.
La pedagogía del Curso siempre nos hace un contraste con lo que parece sucedernos en este mundo y la realidad del estado del Cielo, *"Hoy veo el mundo en la mansedumbre celestial con la que refulge la creación."* la mansedumbre es nuestra verdad eterna, lo que hace el Espíritu Santo es traernos el recuerdo de ella.
*"En él no hay miedo. No permitas que ninguno de mis aparentes pecados nuble la luz celestial que refulge sobre el mundo."* la mansedumbre celestial no la podremos experimentar en este mundo ilusorio, pero si que podemos percibir su reflejo como parte del Amor de Dios y Sus atributos. *"Lo que en él se refleja se encuentra en la Mente de Dios."*
Nuestra mente puede proyectar culpa y ataque, o puede extender amor, y lo que vea será un reflejo de los pensamientos que elegí: *"Las imágenes que veo son un reflejo de mis pensamientos."*
Cuando he elegido a favor de Dios y Su Amor, cuando he unido mi voluntad a la de mi Padre, entonces *"mi mente es una con la de Dios. Por lo tanto, puedo percibir la mansedumbre de la creación."*
El tema de la mansedumbre está presente en otras tradiciones espirituales. En occidente conocimos el término Sánscrito "Ahimsa" (no-violencia) por parte de Mahatma Gandhi, que hizo de ella su principal postulado. Gandhi lideró la independencia de la India del imperio Británico sobre la base de la no violencia. Gandhi la definía de la siguiente manera:
"Literalmente ahimsa significa no violencia hacia la vida, pero tiene un significado mucho más amplio. Significa también que uno no puede ofender a otra persona, debiendo compadecerse del otro, incluso si se trata de un enemigo. Para aquellos que siguen esta doctrina, no hay enemigos. Quien cree en la eficacia de esta doctrina halla el último estado, cuando se alcanza la meta, viendo el mundo a sus pies. Si expresamos nuestro amor —ahimsa— de tal modo que marque para siempre a nuestro enemigo, dicho enemigo nos devolverá ese amor”.
-Mahatma Gandhi-
Este concepto es retomado por el reverendo Martín Luther King, el líder por los derechos civiles de los afroamericanos en Estados Unidos, quien paradójicamente es asesinado en el año 1.968 lo mismo que Gandhi en 1.949, igual que Jesús hace más de 2 mil años atrás. Todos fueron coherentes con sus postulados hasta el último suspiro. Eso no quiere decir que todos los que abriguemos la mansedumbre o la no violencia vayamos a morir asesinados, pero quienes lleguen a tal comprensión saben que la muerte es ilusoria, y que lo único eterno es el Amor y sus atributos como la mansedumbre.
*ORACIÓN DEL DÍA:*
*"En la quietud quiero contemplar el mundo, el cual refleja únicamente Tus Pensamientos, así como los míos. Concédaseme recordar que son lo mismo, y veré la mansedumbre de la creación."*
*PRACTICA:*
Repasa el tema especial de esta sección, titulado *"5. ¿Qué es el cuerpo?"* Trate de leer y repetir cuantas veces puedas la idea y la oración del día, y si logras memorizarlas mucho mejor, hazlas tuya, pues es la manera como buscaremos comunicarnos con Dios todos los días; luego guardamos silencio para escuchar Su amorosa respuesta, tal como nos lo dice Jesús a continuación:
*"Y ahora aguardamos silenciosamente. Dios está aquí porque esperamos juntos. Estoy seguro de que Él te hablará y de que tú le oirás. Acepta mi confianza, pues es la tuya. Nuestras mentes están unidas. Esperamos con un solo propósito: oír la respuesta de nuestro Padre a nuestra llamada, dejar que nuestros pensamientos se aquieten y encontrar Su paz, para oírle hablar de lo que nosotros somos y para que Él Se revele a Su Hijo."* (L- 221.2:1-6)
No te olvides de realizar tus meditaciones cada mañana y cada noche, si puedes dedicarle media hora o más seria excelente, lo mismo que los recordatorios cada hora, y de responder a toda tentación con la idea del día, pero sobretodo que sea una práctica gratificante, pues ahora el tiempo pasa a un segundo plano. Cuando estamos con Dios el tiempo no existe pues estamos con el Señor de la eternidad. Los momentos que le dedicamos a Dios son instantes santos que nos dedicamos a nosotros mismos, a nuestro amor, nuestra paz y nuestra felicidad.