LECCIÓN 321 Padre, mi libertad reside únicamente en Ti.

           LECCIÓN 321

Lea aquí la Introducción a la Segunda Parte del Libro de ejercicios





Aquí la Introducción a la segunda parte del Libro de Ejercicios de UCDM

LECCIÓN 321

Padre, mi libertad reside únicamente en Ti.

1. No entendía lo que me podía hacer libre, ni lo que era mi libertad o adónde ir a buscarla. 2Y así, Padre, busqué en vano hasta que oí Tu Voz dirigiéndome. 3Ahora ya no deseo seguir siendo mi propio guía. 4Pues la manera de encontrar mi libertad no es algo que yo haya ideado o que comprenda. 5Pero confió en Ti. 6Y me mantendré consciente de Ti que me dotaste con mi libertad por ser Tu santo Hijo. 7Tu Voz me dirige, y veo que el camino que conduce hasta Ti por fin está libre y despejado. 8Padre, mi libertad reside únicamente en Ti. 9Padre, mi voluntad es regresar.

2. Hoy respondemos por el mundo, el cual será liberado junto con nosotros. 2¡Qué alegría encontrar nuestra libertad por el ine¬quívoco camino que nuestro Padre ha señalado! 3¡Y cuán segura es la salvación de todo el mundo cuando nos damos cuenta de que sólo en Dios podemos encontrar nuestra libertad!





AUDIOS de la Lección 321
de CELEBRANDO EL MILAGRO


Lectura de la Lección 321
A través de Blanca Nivia Morales Contreras


Ocurrir de la Lección 321
a través de Martin Musarra


Lección 321
comentada por 
Jorge Luis Álvarez Castañeda




























Lección 321

Padre, mi libertad reside únicamente en Ti.

Comentada por:
Jorge Luis Álvarez Castañeda

¡Que la paz sea con nosotros hoy!


No es casualidad que Jesús haya empezado el tema de la Creación con una lección que habla de la libertad. Como Hijo de Dios puedo crear como Él con mis pensamientos, siempre y cuando, acepte que mi voluntad es la Voluntad de Dios y no la del ego. Y, ahí, es cuando soy libre. 

Nos lo explica Jesús el capítulo 8 sección II:

”Cuando hayas aprendido que tu voluntad es la de Dios, tu voluntad no podrá estar sin Él, tal como Su Voluntad no dispone estar sin ti. Esto es libertad y esto es dicha”. T-8.II.6:1-2

Jesús, dice en la lección:

”No entendía lo que me podía hacer libre ni lo que era mi libertad, ni adónde ir a buscarla”.

Creía ejercer mi libertad buscando ser especial para alcanzar lo que creía me haría feliz. Intentaba e intentaba y nunca lo conseguía. Estaba equivocado porque mi libertad consiste es en hacer la Voluntad de Dios que es mi propia voluntad, por lo tanto, no implica sometimiento sino una realización plena de mi libertad.

Dice Jesús:

”Y así, Padre, busqué en vano hasta que oí Tu Voz dirigiéndome”.

Dios, siempre ha estado a mi lado llamándome, amorosamente, a que despierte del sueño de la separación, pero, siguiendo al ego, decidí no escucharlo. Dios, nunca me va a despertar del sueño de la separación, si yo no deseo hacerlo. Él respeta mi libertad. 

”Ahora ya no deseo ser mi propio guía. Pues la manera de encontrar mi libertad no es algo que yo haya ideado o que comprenda. Pero confío en Ti”, dice Jesús.

El querer hacer las cosas a mi manera, el querer hacer mi voluntad separada de la Voluntad de Dios no me ha traído sino sufrimiento y dolor. No sé cómo llegar a Dios por mi propia cuenta. Pero, Dios me ha dado al Espíritu Santo y a Jesús para que me guíen. Necesito confiar en Dios. 

Continúa Jesús:

”Y me mantendré consciente de Ti que me concediste mi libertad por ser Tu santo Hijo. Tu Voz me dirige y veo que el camino que conduce hasta Ti por fin está libre y despejado. Padre, mi libertad reside únicamente en Ti. Padre, mi voluntad es regresar”.

De esa manera, seré libre pues, no soy libre cuando no soy consciente de Dios. Necesito ser consciente de que, para no salirme del camino a Dios, siempre tengo que estar atento a la ira que puede presentarse cuando quiero que las personas y las cosas sean como yo quiero que sean. Si se presenta la ira, por muy leve que sea, es un indicio de que me estoy separando de mis hermanos y de Dios, y, en ese momento, me aquieto y pido ayuda al Espíritu Santo y a Jesús, para perdonar y entregar a la Expiación ese pensamiento no amoroso. 

Dice Jesús:

”Hoy respondemos por el mundo, el cual será liberado junto con nosotros”.

Recordemos que se trata de liberar al mundo que está en mi mente. Dejo de lado el sistema de pensamiento del ego, entro en mi mente recta con la ayuda del Espíritu Santo y de Jesús y con la visión de Cristo me guío en el trato a mis hermanos, de tal manera, que sólo recibirán de mí paz, amor, bondad, tolerancia…

”¡Que alegría encontrar nuestra libertad por el inequívoco camino que nuestro Padre ha señalado! ¡Y cuán segura es la salvación de todo el mundo cuando nos damos cuenta de que sólo en Dios podemos encontrar nuestra libertad”.

No puedo llegar a Dios solo. No puedo llegar a Dios mientras tenga odio hacia mis hermanos. Siempre que sienta que pierdo la paz con un hermano, me aquieto, pido ayuda y perdono. Y, así, sano mi mente para poder aceptar que, únicamente, en Dios puedo encontrar mi libertad.

Con relación al tema de la Creación.

Nos dice, Jesús, en el tema especial 11. ¿Qué es la Creación?:

”La Creación es la suma de todos los Pensamientos de Dios, en número infinito y sin límite alguno en ninguna parte. Sólo el Amor crea y únicamente a Su Semejanza. Jamás hubo tiempo alguno en el que todo lo que creó no existiese. Ni jamás habrá tiempo alguno en que nada que haya creado sufra merma alguna”.

La Creación es la suma de todo lo que Dios creó a través de Sus Pensamientos. El Creador y Su Hijo, Cristo, el Ser Mismo, se extienden a sí mismos. Cristo es co-creador con Dios. Fue creado por Dios y comparte con Él, debido a la infinita generosidad del Padre, su cualidad de crear. 

Jesús nos decía en la lección 67 que El Amor me creó a Su Semejanza. El Ser de Dios es Amor y, ese Ser, está en alguna parte de la mente del Hijo de Dios. Todo lo creado por Dios, desde el Amor, nunca ha dejado de existir. La separación de Dios nunca se dio como sabemos por el principio de la Expiación. Avanzamos hacia la Expiación mediante el perdón que es una manifestación del amor en el que no se excluye a ningún hermano, ni a Dios. 

Proceso de práctica de la lección

1. Tener momentos con Dios por la mañana y por noche

Momentos en los cuales se tenga una experiencia con la verdad, es decir, con el reconocimiento de que somos Hijos de Dios, mientras ello nos haga felices. El tiempo utilizado será el que se considere necesario para lograr el objetivo. Podría ser media hora o más. Estos momentos buscan que tengamos o nos acerquemos a tener instantes santos permanentes. Perdonamos, con la Ayuda de Dios, lo que nos esté quitando la paz.



Se invoca a Dios. En lugar de palabras sólo necesitamos sentir Su Amor.

Se pide la guía del Espíritu Santo y de Jesús. 

Se lee despacio los temas especiales que acompañan la lección del día. Se reflexiona sobre ellos. Luego, se lee la lección del día.

En tu meditación intenta entrar en  contacto con esa parte de tu mente donde hay paz y amor, tranquilidad, alegría. Es tu mente recta, donde está Cristo, tu Ser. 

Mantén la mente quieta, sin palabras, y te olvidas de todo lo que habías creído saber y entender, y te quedas sólo con la sensación y certeza de que estás con Dios.

Espera a Dios. Él llegará y te dará un mensaje de amor y de paz. Pero, esto requiere nuestra disposición a escucharlo tal como lo ha enseñado Jesús en la lección 71:

”Él responderá en la misma medida que tú estés dispuesto a oír Su Voz. No te niegues a oírla. El solo hecho de que estés llevando a cabo los ejercicios demuestra que en cierto modo estás dispuesto a escuchar. Esto es suficiente para que seas acreedor a Su respuesta”. (L-71. 9:7-10)

2. Recordatorios cada hora. 

Cada hora recordaremos a Dios.
Invocamos Su Nombre. Recordaremos la lección del día y siempre que nos sintamos tentados a olvidarnos de nuestro objetivo. También perdonaremos con Dios los pensamientos no amorosos que hayamos tenido en esa hora. Pueden ser 2 o tres minutos con los ojos cerrados.

Recuerda que mientras lo haces Cristo permanece a tu lado dándote fortaleza. Luego, siente la quietud y silencio y espera a Dios. 

3. Recordatorios frecuentes de la lección entre horas.

 Ayudan en el entrenamiento de tener siempre presente a Dios. Invocamos a Dios.

4. Respuesta a la tentación.

Invocamos el Nombre de Dios y repetimos la idea del día cuando sintamos que nos estamos olvidando del objetivo de la lección, sintamos que estamos perdiendo nuestra paz y necesitemos perdonar.

Les deseo muchas experiencias con esta lección que contribuyan a su paz interior y a tener una experiencia directa de la verdad con miras a abandonar el mundo del dolor y adentrarse en la paz. Siempre pidiendo la ayuda del Espíritu Santo y de Jesús. Y, sin olvidarse de reír porque la Voluntad de Dios, para nosotros, es que tengamos perfecta felicidad.

Muchas, muchísimas, bendiciones.











Kenneth Wapnick 
Viaje x Lecciones UCDM - 
Lección 321 - 
Padre, mi libertad reside únicamente en Ti. 

"El ego nos dice que nuestra libertad reside en sí mismo únicamente, porque permanecer con Dios es ser el esclavo de un tirano que nos despoja de nuestra voluntad e independencia. El ego así nos tienta a elegir contra el Espíritu Santo, prometiendo que así seremos libres para ser los individuos únicos que somos.

(1:1) «No entendía lo que me podía hacer libre, ni lo que era mi libertad o adónde ir a buscarla.» 

Recordemos que el tema subyacente en las lecciones de la Parte II es reconocer nuestras elecciones erróneas. Aquí Jesús nos dice que estábamos equivocados al pensar que sabíamos lo que era la libertad, por no hablar de dónde encontrarla.

(1:2) «Y así, Padre, busqué en vano hasta que oí Tu Voz dirigiéndome.» 

Esto es lo que ocurre cuando finalmente soy capaz de decir: “Tiene que haber otra manera. Ya no quiero ser dirigido por mis necesidades de especialismo, sino por la Voz que me conducirá a casa, restaurando la conciencia de mi libertad como Hijo de Dios.”

(1:3-4) «Ahora ya no deseo seguir siendo mi propio guía. Pues la manera de encontrar mi libertad no es algo que yo haya ideado o que comprenda.» 

Jesús evidentemente siente que la oración de cierre de la Lección 189 es importante - “Padre, no sabemos cómo llegar a Ti. Pero te hemos llamado y Tú nos has contestado” (WpI.189.10) - ya que él se refiere a ella muchas veces, y una vez más aquí.

(1:5-9) «Pero confío en Ti. Y me mantendré consciente de Ti que me dotaste con mi libertad por ser Tu santo Hijo. Tu Voz me dirige, y veo que el camino que conduce hasta Ti por fin está libre y despejado. Padre, mi libertad reside únicamente en Ti. Padre, mi voluntad es regresar.»

Dándonos cuenta de que estábamos equivocados, gozosamente elegimos la libertad que viene de volver a unir nuestra Voluntad con la de Dios:

“Cuando hayas aprendido que tu voluntad es la de Dios, tu voluntad no dispondrá estar sin Él, tal como Su Voluntad no dispone estar sin ti. Esto es libertad y esto es dicha.” (T-8.II.6:4-5)

(2:1) «Hoy respondemos por el mundo, el cual será liberado junto con nosotros.» 

Esta es otra expresión de la unicidad de la mente del Hijo, y del mundo con ella. El mundo debe ser liberado porque el mundo no es más que una proyección de nuestros Pensamientos.

(2:2-3) «¡Qué alegría encontrar nuestra libertad por el inequívoco camino que nuestro Padre ha señalado! ¡Y cuán segura es la salvación de todo el mundo cuando nos damos cuenta de que sólo en Dios podemos encontrar nuestra libertad!»

Este “inequívoco camino” es el perdón. Liberando a nuestros hermanos de la prisión de la culpabilidad, encontramos nuestra libertad, unida a la de ellos:

“En nuestro mutuo recuerdo radica nuestro recuerdo de Dios. Y en ese recuerdo radica tu libertad porque tu libertad está en Él... es el regalo de la libertad, que es lo que Su Voluntad dispone para todos Sus Hijos. Al ofrecer libertad te liberarás.”  (T-8.IV.7:6-7, 10-11)"

Del libro "Viaje a Través del Libro de Ejercicios de UCDM" por el Dr. Kenneth Wapnick.









LECCIÓN 321

Padre, mi libertad reside únicamente en Ti.

Comentada por:
Oscar Gómez Díez 

En este mundo la libertad parece depender del contexto externo, de los pactos que se establecen en las sociedades y los estados, que llamamos Constitución y que son garantizadas o negadas por las leyes.

 En sentido individual se considera la libertad como mi capacidad de elegir entre diversas opciones, o mi capacidad de hacer defender o hacer respetar mis derechos. Negativamente la libertad se entiende por no estar condenado a prisión, o no estar sometido o constreñido por algún factor externo a mi. En términos específicos consideramos que la libertad individual reside en mi, y la colectiva reside en  la  sociedad a través del Estado. 

La lección nos plantea otra mirada sobre la libertad, esta ya no reside en mi si no en Dios. "sólo en Dios podemos encontrar nuestra libertad!" Esta es una visión no sólo distinta sino radicalmente diferente. No hay ningún factor externo que condicione mi libertad. Y tampoco depende de los deseos o caprichos del ego. Pues en este mundo tanto el ego como el cuerpo parecen imponer limitaciones a mi mente. Esas limitaciones las trasciendo con el perdón, y uniendo mi voluntad a la de Dios. De esa manera mi mente se libera de las ataduras y limitaciones del cuerpo y del ego, y se reconoce tan ilimitada como la Mente de nuestro Padre, pues fuimos creados a Su semejanza. 

ORACIÓN DEL DÍA:

Padre, "No entendía lo que me podía hacer libre, ni lo que era mi libertad o adónde ir a buscarla. Y así, Padre, busqué en vano hasta que oí Tu Voz dirigiéndome. Ahora ya no deseo seguir siendo mi propio guía. Pues la manera de encontrar mi libertad no es algo que yo haya ideado o que comprenda. Pero confió en Ti. Y me mantendré consciente de Ti que me dotaste con mi libertad por ser Tu santo Hijo. Tu Voz me dirige, y veo que el camino que conduce hasta Ti por fin está libre y despejado. Padre, mi libertad reside únicamente en Ti. Padre, mi voluntad es regresar."

Mi voluntad es regresar a mi Hogar eterno, mi voluntad es recuperar mi libertad que estaba aprisionada por el ego, y sólo es posible lograrla, si elijo solo escuchar la Voz que habla por Dios, al Espíritu Santo, quien me ayudara a despejar el camino de regreso a casa. 

"Hoy respondemos por el mundo, el cual será liberado junto con nosotros." Al perdonar todo aquello que parecía limitarme o constreñirme, al liberarme de mi identificación con el cuerpo y sus limitaciones, libero al mundo de todas las culpas que había proyectado sobre él, pues el origen de mi esclavitud estaba en mi mente no en el mundo, al sanar la mente he sanado al mundo. "¡Qué alegría encontrar nuestra libertad por el inequívoco camino que nuestro Padre ha señalado!" Cuando aceptamos la guía del Espíritu Santo, hemos encontrado nuestro camino a la libertad, y marchamos alegres y seguros a reencontrarnos con nuestro Padre, ya sabemos quienes somos, asumimos con certeza nuestra condición de perfectos hijos de Dios. ¡Y cuán segura es la salvación de todo el mundo cuando nos damos cuenta de que sólo en Dios podemos encontrar nuestra libertad!" Pues el Amor no tiene límites, y la paz y la felicidad se desenvuelven en la plenitud de una Creación que no conoce fronteras, obstáculos u horizontes, pues la libertad es la naturaleza del Amor. 

PRACTICA:

Repasa el tema especial de esta sección, titulado "11. ¿Qué es la Creación?" Trate de leer y repetir cuantas veces puedas la idea  y la oración del día, y si logras   memorizarlas mucho mejor, hazlas tuya, pues es la manera como buscaremos comunicarnos con Dios todos los días; luego guardamos silencio para escuchar Su amorosa respuesta, tal como nos lo dice Jesús a continuación:

"Y ahora aguardamos silenciosamente. Dios está aquí porque esperamos juntos. Estoy seguro de que Él te hablará y de que tú le oirás. Acepta mi confianza, pues es la tuya. Nuestras mentes están unidas. Esperamos con un solo propósito: oír la respuesta de nuestro Padre a nuestra llamada, dejar que nuestros pensamientos se aquieten y encontrar Su paz, para oírle hablar de lo que nosotros somos y para que Él Se revele a Su Hijo." (L- 221.2:1-6)

No te olvides de realizar tus meditaciones cada mañana y cada noche, si puedes dedicarle media hora o más seria excelente, lo mismo que los recordatorios cada hora, y de responder a toda tentación con la idea del día, pero sobretodo que sea una práctica gratificante, pues ahora el tiempo pasa a un segundo plano. Cuando estamos con Dios el tiempo no existe pues estamos con el Señor de la eternidad. Los momentos que le dedicamos a Dios son instantes santos que nos dedicamos a nosotros mismos, a nuestro amor, nuestra paz y nuestra felicidad. 









CELEBRANDO EL MILAGRO 

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BENDICIONES!







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