LECCIÓN 325 Todas las cosas que creo ver son reflejos de ideas.




Aquí la Introducción a la segunda parte del Libro de Ejercicios de UCDM

LECCIÓN 325

Todas las cosas que creo ver son reflejos de ideas.

1. Ésta es la clave de la salvación: lo que veo es el reflejo de un proceso mental que comienza con una idea de lo que quiero. 2A partir de ahí, la mente forja una imagen de eso que desea, lo juzga valioso y, por lo tanto, procura encontrarlo. 3Estas imáge¬nes se proyectan luego al exterior, donde se contemplan, se consideran reales y se defienden como algo propio de uno. 4De deseos dementes nace un mundo demente, 5y de juicios, un mundo condenado. 6De pensamientos de perdón, en cambio, surge un mundo apacible y misericordioso para con el santo Hijo de Dios, cuyo propósito es ofrecerle un dulce hogar en el que descansar por un tiempo antes de proseguir su jornada, y donde él puede ayudar a sus hermanos a seguir adelante con él y a encontrar el camino que conduce al Cielo y a Dios.

2. Padre nuestro, Tus ideas reflejan la verdad, mientras que las mías separadas de las Tuyas, tan sólo dan lugar a sueños. 2Déjame contemplar lo que sólo las Tuyas reflejan, pues son ellas las únicas que establecen la verdad.






AUDIOS de la Lección 325
de CELEBRANDO EL MILAGRO


Lectura de la Lección 325
A través de Blanca Nivia Morales Contreras


Ocurrir de la Lección 325
a través de Martin Musarra


Lección 325
comentada por 
Jorge Luis Álvarez Castañeda















































Lección 325

Todas las cosas que creo ver son reflejos de ideas.

Comentada por: 
Jorge Luis Álvarez Castañeda

¡Que la paz sea con nosotros hoy!

Esta es una lección donde Jesús explica claramente el proceso de la proyección y de la percepción.  Nos dice:

”Ésta es la clave de la salvación: lo que veo es el reflejo de un proceso mental que comienza con una idea de lo que quiero. A partir de ahí, la mente forja una imagen de eso que desea, lo juzga valioso y, por lo tanto, procura encontrarlo. Estas imágenes se proyectan luego al exterior, donde se contemplan, se consideran reales, y por lo tanto, como algo propio de uno”.

Recordemos que la salvación o Expiación, hace relación al deshacimiento de la creencia en la separación en el cual se escapa de la culpabilidad y se reconoce la unidad. Hablar de salvación es hablar de perdón. Hablar de salvación implica, por tanto, cambiar mis pensamientos dominados por el ego. 

¿Cómo se da este proceso de la proyección y la percepción? Tener claro esto nos ayuda a encontrar la causa de lo que nos sucede en un momento dado. Se parte de una idea que se desea, que se quiere. Luego, esta idea se llena de imágenes donde se sustenta aquello que se desea, se sueña con ello, se le ven todas sus bondades y el por qué lo consideramos valioso, por lo tanto, merecedor de nuestro interés para que lo busquemos y luchemos por conseguirlo. 

Pensemos en lo que hemos conseguido en la vida y veremos cómo, más a menos, se ha cumplido este proceso. Es importante esta enseñanza de Jesús para que ubiquemos el pensamiento que está detrás de todas nuestras emociones. Si siento disgusto no es debido a que alguien hizo que tuviera ira. Antes de la emoción de la ira hubo un pensamiento que fue la causa de que reaccionara de esa manera con mi hermano. Siempre está primero el pensamiento. Así, surja en fracciones de segundo y, luego, desaparezca. Es importante encontrar ese pensamiento con la ayuda del Espíritu Santo y de Jesús, para perdonarlo. Si no lo encontramos lo más seguro es que hubo un pensamiento de ataque hacia un hermano que está originando nuestra pérdida de la paz y, también, lo perdonamos.

Dice Jesús:
 
”De deseos dementes nace un mundo demente, y de juicios, un mundo condenado”.

No es sino mirar cómo funciona el mundo del ego donde reina la separación, la violencia, la lógica de que “o es él o soy yo”, donde cada uno va por su cuenta realizando sus deseos especiales, donde prima el pasado y la falta de perdón, para entender que no puede ser sino producto de los deseos dementes del ego. Esos deseos dementes se alimentan de juicios que los justifican. 

El ego, quiere que le atribuyamos a los demás todo lo que consideramos que nos afecta. No quiero asumir mi responsabilidad por mis pensamientos que originan mis conductas. El papel de víctima es el mejor para que se sigan reproduciendo las creencias del ego.

Continúa Jesús:

”De pensamientos de perdón, en cambio, surge un mundo apacible y misericordioso para con el santo Hijo de Dios, cuyo propósito es ofrecerle un dulce hogar en el que descansar por un tiempo antes de proseguir su jornada, y donde él puede ayudar a sus hermanos a seguir adelante con él y a encontrar el camino que conduce al Cielo y a Dios”.

Si mis pensamientos están guiados por el Espíritu Santo y por Jesús, y utilizo el perdón para ver las ilusiones de mis hermanos con misericordia, no caigo en las trampas del ego que pretenden que busque culpabilidad en ellos para justificar el ataque y la separación. Con el perdón avanzo hacia el mundo real y veo con la visión de Cristo a mis hermanos haciéndolos objeto de bendiciones y no de condena. Y les ayudo, con mi ejemplo, a avanzar por el camino de regreso a Dios. 

Hagamos varias veces la oración de la lección durante el día:

Padre nuestro, Tus ideas reflejan la verdad, mientras que las mías separadas de las Tuyas, tan sólo dan lugar a sueños. Déjame contemplar lo que sólo las Tuyas reflejan, pues son ellas las únicas que establecen la verdad”.

Con relación al tema de la Creación.

Nos dice, Jesús, en el tema especial 11. ¿Qué es la Creación?:

”La Creación es lo opuesto a todas las ilusiones porque es la verdad. La Creación es el santo Hijo de Dios, pues en la Creación Su Voluntad es plena con respecto a todo, al hacer que cada parte contenga la Totalidad”.

La verdad es una sola: somos Hijos de Dios y no del ego. Las ilusiones buscan que reafirmemos el dominio del ego en nuestras vidas. Somos Hijos de Dios, hacemos parte de la Filiación, la totalidad de las Creaciones de Dios. La totalidad de la Filiación es Cristo, el santo Hijo de Dios. Cada parte de la Filiación contiene la Totalidad, el recuerdo de Dios que nunca se ha perdido. Hacemos parte del Hijo de Dios que se creyó separado de la Mente de Dios y proyectó este mundo y al cuerpo. Jesús, nos ha dicho que si perdonamos totalmente a un hermano los perdonamos a todos y retornamos a nuestra verdadera identidad como Hijo de Dios.

Proceso de práctica de la lección

1. Tener momentos con Dios por la mañana y por noche

Momentos en los cuales se tenga una experiencia con la verdad, es decir, con el reconocimiento de que somos Hijos de Dios, mientras ello nos haga felices. El tiempo utilizado será el que se considere necesario para lograr el objetivo. Podría ser media hora o más. Estos momentos buscan que tengamos o nos acerquemos a tener instantes santos permanentes. Perdonamos, con la Ayuda de Dios, lo que nos esté quitando la paz.


Se invoca a Dios. En lugar de palabras sólo necesitamos sentir Su Amor.

Se pide la guía del Espíritu Santo y de Jesús. 

Se lee despacio los temas especiales que acompañan la lección del día. Se reflexiona sobre ellos. Luego, se lee la lección del día.

En tu meditación intenta entrar en  contacto con esa parte de tu mente donde hay paz y amor, tranquilidad, alegría. Es tu mente recta, donde está Cristo, tu Ser.

Mantén la mente quieta, sin palabras, y te olvidas de todo lo que habías creído saber y entender, y te quedas sólo con la sensación y certeza de que estás con Dios.


Espera a Dios. Él llegará y te dará un mensaje de amor y de paz. Pero, esto requiere nuestra disposición a escucharlo tal como lo ha enseñado Jesús en la lección 71:

”Él responderá en la misma medida que tú estés dispuesto a oír Su Voz. No te niegues a oírla. El solo hecho de que estés llevando a cabo los ejercicios demuestra que en cierto modo estás dispuesto a escuchar. Esto es suficiente para que seas acreedor a Su respuesta”. (L-71. 9:7-10)

2. Recordatorios cada hora. 

Cada hora recordaremos a Dios.
Invocamos Su Nombre. Recordaremos la lección del día y siempre que nos sintamos tentados a olvidarnos de nuestro objetivo. También perdonaremos con Dios los pensamientos no amorosos que hayamos tenido en esa hora. Pueden ser 2 o tres minutos con los ojos cerrados.

Recuerda que mientras lo haces Cristo permanece a tu lado dándote fortaleza. Luego, siente la quietud y silencio y espera a Dios. 

3. Recordatorios frecuentes de la lección entre horas.

 Ayudan en el entrenamiento de tener siempre presente a Dios. Invocamos a Dios.

4. Respuesta a la tentación.

Invocamos el Nombre de Dios y repetimos la idea del día cuando sintamos que nos estamos olvidando del objetivo de la lección, sintamos que estamos perdiendo nuestra paz y necesitemos perdonar.

Les deseo muchas experiencias con esta lección que contribuyan a su paz interior y a tener una experiencia directa de la verdad con miras a abandonar el mundo del dolor y adentrarse en la paz. Siempre pidiendo la ayuda del Espíritu Santo y de Jesús. Y, sin olvidarse de reír porque la Voluntad de Dios, para nosotros, es que tengamos perfecta felicidad.

Muchas, muchísimas, bendiciones.










Kenneth Wapnick 

«Todas las cosas que creo ver son reflejos de ideas.»

Lección 325

"Su fuerte base teórica hace que esta lección sea única para la Parte II. Recuerda las primeras lecciones, donde Jesús enseña que todo viene del pensamiento: “Todas las cosas que creo ver son reflejos de ideas.” Lo que percibimos fuera proviene de un pensamiento dentro. Si percibimos ira, pérdida o pecado, no vemos sino una sombra del pensamiento de separación que hicimos real en nuestras mentes. Del mismo modo, si sólo percibimos amor o peticiones de amor, vemos un reflejo de la Expiación que elegimos en favor de nuestra verdad dentro del sueño.

(1:1-2) «Ésta es la clave de la salvación: lo que veo es el reflejo de un proceso mental que comienza con una idea de lo que quiero. A partir de ahí, la mente forja una imagen de eso que desea, lo juzga valioso y, por lo tanto, procura encontrarlo.» 

¿Queremos la individualidad del ego o la Expiación del Espíritu Santo? ¿Queremos permanecer en nuestro sueño de especialismo o despertar y volver a casa? Nuestra mente errada busca y encuentra pecado, porque esto prueba que la existencia separada del ego es real.

(1:3-5) «Estas imágenes se proyectan luego al exterior, donde se contemplan, se consideran reales y se defienden como algo propio de uno. De deseos dementes nace un mundo demente, y de juicios, un mundo condenado.» 

Escuchando al ego, miramos alrededor y vemos pecado en todo el mundo, pero no en nosotros mismos. Incluso si fuéramos a ver el pecado dentro, rápidamente se lo atribuiríamos al pecado de alguien más, comenzando con nuestros padres. Buscamos encontrar pecado porque, de nuevo, significa que nuestra separación de Dios es real, y así también nuestras identidades individuales son reales. Ver el pecado en todos los demás nos permite escapar de la responsabilidad por ello. Por otro lado, cuando nos damos cuenta de que cometimos un error y debe haber otra manera, elegimos el perdón del Espíritu Santo y percibimos un mundo completamente diferente, como ahora leemos:

(1:6) «De pensamientos de perdón, en cambio, surge un mundo apacible y misericordioso para con el santo Hijo de Dios, cuyo propósito es ofrecerle un dulce hogar en el que descansar por un tiempo antes de proseguir su jornada, y donde él puede ayudar a sus hermanos a seguir adelante con él y a encontrar el camino que conduce al Cielo y a Dios.»

Cuando hemos perdonado totalmente, el “mundo apacible” se convierte en el mundo real. Todo lo que necesitamos hacer para reconocer cuál elección hicimos es prestar atención a nuestros pensamientos sobre los demás. El valor del mundo es que refleja nuestras elecciones de vuelta a nosotros. Inicialmente elegimos erróneamente, pero una vez reconocido, podemos pedir a nuestro Maestro que reinterprete nuestras percepciones, ayudándonos a elegir de nuevo. Por lo tanto, debemos ser especialmente vigilantes de lo que estamos viendo en los demás y en nosotros mismos. El cuerpo de otro no es más real que el nuestro y, por lo tanto, lo que proyectamos en el de otra persona es lo que proyectamos en el nuestro. Una vez más, tomar conciencia de nuestros juicios y pensamientos de ataque nos ayuda a comprender nuestro error, para que podamos volver a su fuente en la mente y corregirlo.

(2) «Padre nuestro, Tus ideas reflejan la verdad, mientras que las mías separadas de las Tuyas, tan sólo dan lugar a sueños. Déjame contemplar lo que sólo las Tuyas reflejan, pues son ellas las únicas que establecen la verdad.»

El reflejo de las ideas de Dios es el mundo real. Primero debemos reconocer nuestra inversión en ver nuestras vidas como la realidad. Vemos a continuación que esta inversión en nuestro yo individual no nos hará felices, porque no es más que un sueño vacío. Tal realización permite que el sueño feliz reemplace al infeliz, marcando el comienzo del mundo real del reflejo de la verdad."

~ Del libro "Viaje a Través del Libro de Ejercicios de UCDM" por el Dr. Kenneth Wapnick.












LECCIÓN 325

"Todas las cosas que creo ver son reflejos de ideas."

Comentada por:
Oscar Gómez Díez 

Esta lección expone lo que podríamos definir como la teoría del conocimiento del Curso de Milagros. Todo lo que creo ver no es más que la proyección de mis pensamientos. Lo que veo afuera no son mas que los reflejos de mis propios pensamientos. Todo está en mi mente. Mi mente es la causa, lo que veo es el efecto.

 El ego, que es nuestra forma invertida de percibir, nos hace creer que la causa de lo que nos sucede está en el mundo, y no en mi mente. De ahí que nos enfrascamos en resolver los problemas del mundo, ignorando las causas, e involucrándonos en conflictos de toda índole. De esta manera quedamos aprisionados por las interpretaciones de nuestra falsa percepción, y negamos la causa, no asumimos la responsabilidad por nuestros pensamientos, evadimos sanar nuestra mente a través del perdón, y hacemos real la separación, tanto con nuestros hermanos como con Dios. 

"Ésta es la clave de la salvación: lo que veo es el reflejo de un proceso mental que comienza con una idea de lo que quiero." Si reconocemos que los miedos, culpas y conflictos que experimentamos se originan en nuestra mente, hemos dado un paso fundamental en nuestra sanación. Mis deseos se originan en la creencia de ser carente e incompleto, por lo que construyo unas imágenes que supuestamente me proveerán de la plenitud perdida, que me salven de la culpa y el miedo, sin darme cuenta que estoy metido en una espiral que refuerza mis carencias y mis miedos.   "A partir de ahí, la mente forja una imagen de eso que desea, lo juzga valioso y, por lo tanto, procura encontrarlo." A partir de un deseo la mente genera un movimiento interno, en pos de lo que quiere, o considera que necesita, al que cree tener  derecho o considera suyo.

 Primero hacemos una construcción mental, y luego, "Estas imágenes se proyectan luego al exterior, donde se contemplan, se consideran reales y se defienden como algo propio de uno." mi yo individual, mi cuerpo, se identifica con las imágenes que he proyectado, las hago reales en mi mente, y lucho por ellas en un escenario que considero  externo a mi, al que llamamos el mundo. No veo al mundo como la pantalla sobre el que proyecto mis pensamientos, ni como el espejo de mi mente, por el contrario, lo considero un factor externo a mi, que parece atacarme o negarme lo que deseo.

 Entablo un conflicto con el mundo sin darme cuenta que el conflicto es conmigo mismo. "De deseos dementes nace un mundo demente, y de juicios, un mundo condenado." si lo que proyecté fueron culpas y miedos, lo que voy a percibir son juicios, condenas y ataques, el menú de mis conflictos ha quedado servido. 

Todo va a depender del tipo de pensamientos que proyecte y de si asumo o no la responsabilidad sobre mis pensamientos, y de si acojo al Espíritu Santo como mi guía en lugar del ego, el resultado será otro, el mundo que contemplare será muy distinto y sanador, "De pensamientos de perdón, en cambio, surge un mundo apacible y misericordioso para con el santo Hijo de Dios, cuyo propósito es ofrecerle un dulce hogar en el que descansar por un tiempo antes de proseguir su jornada, y donde él puede ayudar a sus hermanos a seguir adelante con él y a encontrar el camino que conduce al Cielo y a Dios." ese mundo apacible y misericordioso que logramos con el perdón, es lo que el Curso llama el mundo real, un mundo sanado, en la que nuestras mentes han restablecido su verdad y amor, y nos situamos en la antesala del Cielo, prestos a encontrarnos con nuestro Padre. 

ORACIÓN DEL DÍA:

"Padre nuestro, Tus ideas reflejan la verdad, mientras que las mías separadas de las Tuyas, tan sólo dan lugar a sueños. Déjame contemplar lo que sólo las Tuyas reflejan, pues son ellas las únicas que establecen la verdad."

PRACTICA:

Repasa el tema especial de esta sección, titulado "11. ¿Qué es la Creación?" Trate de leer y repetir cuantas veces puedas la idea  y la oración del día, y si logras   memorizarlas mucho mejor, hazlas tuya, pues es la manera como buscaremos comunicarnos con Dios todos los días; luego guardamos silencio para escuchar Su amorosa respuesta, tal como nos lo dice Jesús a continuación:

"Y ahora aguardamos silenciosamente. Dios está aquí porque esperamos juntos. Estoy seguro de que Él te hablará y de que tú le oirás. Acepta mi confianza, pues es la tuya. Nuestras mentes están unidas. Esperamos con un solo propósito: oír la respuesta de nuestro Padre a nuestra llamada, dejar que nuestros pensamientos se aquieten y encontrar Su paz, para oírle hablar de lo que nosotros somos y para que Él Se revele a Su Hijo." (L- 221.2:1-6)

No te olvides de realizar tus meditaciones cada mañana y cada noche, si puedes dedicarle media hora o más seria excelente, lo mismo que los recordatorios cada hora, y de responder a toda tentación con la idea del día, pero sobretodo que sea una práctica gratificante, pues ahora el tiempo pasa a un segundo plano. Cuando estamos con Dios el tiempo no existe pues estamos con el Señor de la eternidad. Los momentos que le dedicamos a Dios son instantes santos que nos dedicamos a nosotros mismos, a nuestro amor, nuestra paz y nuestra felicidad. 
 






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