LECCIÓN 331 El conflicto no existe, pues mi voluntad es la Tuya.




Aquí la Introducción a la segunda parte del Libro de Ejercicios de UCDM

LECCIÓN 331

El conflicto no existe, pues mi voluntad es la Tuya.

1. Padre, ¡qué absurdo creer que Tu Hijo podía causarse sufrimiento así mismo! 2¿Cómo iba él a poder planear su condenación sin que se le hubiera provisto de un camino seguro que lo condujese a su liberación? 3Me amas, Padre, 4y nunca habrías podido dejarme en la desolación, para morir en un mundo de dolor y crueldad. 5¿Cómo pude jamás pensar que el Amor se había abandonado a Sí Mismo? 6No hay otra voluntad que la Voluntad del Amor. 7El miedo es un sueño, y no tiene una voluntad que pueda estar en conflicto con la Tuya. 8Estar en conflicto es estar dormido; la paz, estar despierto. 9La muerte es una ilusión, y la vida, la verdad eterna. 10Nada se opone a Tu Voluntad. 11El conflicto no existe, pues mi voluntad es la Tuya.

2. El perdón nos muestra que la Voluntad de Dios es una sola y que la compartimos. 2Contemplemos los santos panoramas que hoy nos muestra el perdón, de modo que podamos encontrar la paz de Dios. 3Amén.




AUDIOS de la Lección 331
de CELEBRANDO EL MILAGRO


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Lección 331
comentada por 
Jorge Luis Álvarez Castañeda



































LECCIÓN 331

El conflicto no existe, pues mi voluntad es la tuya.

Comentada por: 
Jorge Luis Álvarez Castañeda

¡Que la paz sea con nosotros hoy!

Jesús, continúa desarrollando el tema de la Voluntad de Dios. Hoy, nos dice que no hay ninguna oposición entre mi voluntad y la Voluntad de Dios porque son la misma. No hay ninguna oposición o conflicto por que nunca me he separado de Dios. Siempre tengo en mi mente el recuerdo de Dios. 

”Padre, ¡qué absurdo creer que Tu Hijo podía causarse sufrimiento a sí mismo!”

Jesús, nos ha enseñado que sólo nos causamos sufrimiento a nosotros mismos con nuestros pensamientos. Los pensamientos que desconocen mi verdadera identidad como Hijo de Dios. Todos estos pensamientos se traducen en que perciba a mis hermanos como generadores de conflicto cuando no hacen lo que yo deseo. 

Dice Jesús:

” ¿Cómo iba Él a poder planear su condenación sin que se le hubiera provisto de una manera segura de liberarse? Me amas, Padre, y nunca habrías podido dejarme en la desolación, para morir en un mundo de dolor y crueldad”.

Dios, nunca dejó a Su Hijo en la locura. Sabía que estaba equivocado cuando creyó posible la separación de Él. Por eso, creó al Espíritu Santo para que le ayudara a salir de este sueño de la separación. El Amor de Dios por Su Hijo es eterno y nunca ha cambiado ni cambiará por los errores de Su Hijo. La Voluntad de Dios para Su Hijo es que tenga perfecta felicidad. 

Dice Jesús:

”¿Cómo pude alguna vez pensar que el Amor se había abandonado a Sí Mismo? No hay otra voluntad que la Voluntad del Amor”.

Dios es Amor. Dios es Unidad. Dios no es separación. Creer en la separación es creer que Dios puede negar su propia naturaleza y negar la función del amor de unir todas las cosas alrededor de Él para que se extiendan en toda su plenitud.

”El miedo es un sueño, y no tiene una voluntad que puede estar en conflicto con la Tuya”, dice Jesús.

El miedo es un sueño, una ilusión. Aparece con la creencia en la separación, cuando la parte de la mente que se creyó separada de Dios, espera que Dios lo castigue por esa falta cometida. Pero, esto no es cierto. Nunca nos hemos separado de Dios ni tampoco nos va a castigar por este error. Al contrario, en el momento en que surgió dicha creencia, Dios creó al Espíritu Santo para que nos ayude a salir de este sueño de la separación. El miedo se produce cuando niego mi Identidad como Hijo de Dios, cuando niego que mi voluntad es la de Dios. Cuando me separo de Dios y creó que yo soy mi propio autor. 

Continúa Jesús:

”Estar en conflicto es estar dormido; la paz, estar despierto. La muerte es una ilusión, y la vida, la verdad eterna. Nada se opone a Tu Voluntad. El conflicto no existe, pues mi voluntad es la tuya”.

Si estoy en conflicto, es porque creo en este mundo de la separación, por lo tanto, estoy dormido. Desconozco mi verdadera identidad como Hijo de Dios y creo que soy el ser fabricado por el ego, centrado en el cuerpo. La paz es estar despierto. Despierto del sueño de la separación. 

  La muerte es una ilusión del ego y no existe. Lo que existe es la creencia en la muerte cuando estamos en el ego y nos definimos en función del cuerpo. Pero, como Hijo de Dios, no so soy un cuerpo. Soy Espíritu y el Espíritu es eterno, nunca muere. La vida, como Espíritu y como la verdad es eterna. Recordemos, que cuando Jesús habla de vida se refiere a la mente, que es la expresión del espíritu.

No hay nada que se oponga a la Voluntad de Dios. No puede existir conflicto entre la Voluntad de Dios y la mía porque son la misma. Se trata de reconocer mi Identidad como Hijo de Dios y el conflicto se acaba.

Finalmente dice Jesús:

”El perdón nos muestra que la Voluntad de Dios es una sola y que la compartimos. Contemplemos los santos panoramas que hoy nos muestra el perdón, de modo que podamos encontrar la Paz de Dios. Amén".

De nuevo, Jesús, reitera la importancia del perdón. Con el perdón se sana la creencia de la separación que es la causa de todos los conflictos. El perdón permite que supere el deseo de ser especial, que suelte el pasado y pueda unirme a mis hermanos y a Dios. El perdón me permite responder a cualquier ataque viendo en él una petición de ayuda o de amor y no un motivo de conflicto. Si no perdono, no puedo llegar a Dios. En realidad, me perdono, es a mí mismo por utilizar a mi hermano para atacarme, separarme de mis hermanos y de Dios. 

Con relación al tema del ego.

Nos dice, Jesús, en el tema especial 12. ¿Qué es el ego?:

”El ego no es otra cosa que idolatría; el símbolo de un yo limitado y separado, nacido en un cuerpo, condenado a sufrir y a que su vida acabe en la muerte”. 

El ego es el desconocimiento y la substitución de Dios como Creador que le ha dado todo poder y gloria a Su Hijo, por ídolos. Es el desconocimiento de la Voluntad de Dios que quiere para Su Hijo que siempre tenga felicidad, que siempre se encuentre a salvo y en paz.

Los ídolos siempre desconocen el contenido de lo que somos como Hijos de Dios y nos centran en multitud de imágenes, que, en su mayoría, giran alrededor del cuerpo, con las cuales se pretende reemplazar el contenido de Amor de Dios. 

Proceso de práctica de la lección

1. Tener momentos con Dios por la mañana y por noche

Momentos en los cuales se tenga una experiencia con la verdad, es decir, con el reconocimiento de que somos Hijos de Dios, mientras ello nos haga felices. El tiempo utilizado será el que se considere necesario para lograr el objetivo. Podría ser media hora o más. Estos momentos buscan que tengamos o nos acerquemos a tener instantes santos permanentes. Perdonamos, con la Ayuda de Dios, lo que nos esté quitando la paz.


Se invoca a Dios. En lugar de palabras sólo necesitamos sentir Su Amor.

Se pide la guía del Espíritu Santo y de Jesús. 

Se lee despacio los temas especiales que acompañan la lección del día. Se reflexiona sobre ellos. Luego, se lee la lección del día.

En tu meditación intenta entrar en  contacto con esa parte de tu mente donde hay paz y amor, tranquilidad, alegría. Es tu mente recta, donde está Cristo, tu Ser.

Mantén la mente quieta, sin palabras, y te olvidas de todo lo que habías creído saber y entender, y te quedas sólo con la sensación y certeza de que estás con Dios.


Espera a Dios. Él llegará y te dará un mensaje de amor y de paz. Pero, esto requiere nuestra disposición a escucharlo tal como lo ha enseñado Jesús en la lección 71:

”Él responderá en la misma medida que tú estés dispuesto a oír Su Voz. No te niegues a oírla. El solo hecho de que estés llevando a cabo los ejercicios demuestra que en cierto modo estás dispuesto a escuchar. Esto es suficiente para que seas acreedor a Su respuesta”. (L-71. 9:7-10)

2. Recordatorios cada hora. 

Cada hora recordaremos a Dios.
Invocamos Su Nombre. Recordaremos la lección del día y siempre que nos sintamos tentados a olvidarnos de nuestro objetivo. También perdonaremos con Dios los pensamientos no amorosos que hayamos tenido en esa hora. Pueden ser 2 o tres minutos con los ojos cerrados.

Recuerda que mientras lo haces Cristo permanece a tu lado dándote fortaleza. Luego, siente la quietud y silencio y espera a Dios. 

3. Recordatorios frecuentes de la lección entre horas.

 Ayudan en el entrenamiento de tener siempre presente a Dios. Invocamos a Dios.

4. Respuesta a la tentación.

Invocamos el Nombre de Dios y repetimos la idea del día cuando sintamos que nos estamos olvidando del objetivo de la lección, sintamos que estamos perdiendo nuestra paz y necesitemos perdonar.

Les deseo muchas experiencias con esta lección que contribuyan a su paz interior y a tener una experiencia directa de la verdad con miras a abandonar el mundo del dolor y adentrarse en la paz. Siempre pidiendo la ayuda del Espíritu Santo y de Jesús. Y, sin olvidarse de reír porque la Voluntad de Dios, para nosotros, es que tengamos perfecta felicidad.

Muchas, muchísimas, bendiciones.








Kenneth Wapnick 

«El conflicto no existe, pues mi voluntad es la Tuya.» 

Lección 331

"En esta lección Jesús se enfoca en el papel prominente que juega el conflicto en el sistema del pensamiento del ego. El ego cree que ha desafiado la Voluntad de Dios y permanece en oposición a Ella. Esa es la base de todo conflicto, manifestado en la mente dividida entre el ego y el Espíritu Santo. Esto, por supuesto, no es como Él piensa, sino que está en el núcleo del sistema de pensamiento del ego que estableció nuestras identidades a través del conflicto, la oposición, el desafío y el asesinato - reflejados en un mundo que se nutre del conflicto, la oposición, el desafío y el asesinato. El ego proclama así que el conflicto está vivo y bien - lo tomamos de Dios, Quien ahora vendrá tras nosotros - atestiguado por su sombra mundana de conflicto y guerra. Esto requiere que hagamos algo acerca de la inminente amenaza a nuestra existencia, y el producto final de este “hacer” es el mundo del ataque.

(1:1-5) «Padre, ¡qué absurdo creer que Tu Hijo podía causarse sufrimiento a sí mismo! ¿Cómo iba él a poder planear su condenación sin que se le hubiera provisto de un camino seguro que lo condujese a su liberación? Me amas, Padre, y nunca habrías podido dejarme en la desolación, para morir en un mundo de dolor y crueldad. ¿Cómo pude jamás pensar que el Amor se había abandonado a Sí Mismo?» 

El ego nos dice que Dios nos ha abandonado. Él nos creó en cuerpos y luego nos dejó en este mundo para valernos por nosotros mismos, sufrir, y finalmente morir. Nunca nos dice que «nosotros» abandonamos a Dios, ni la verdad última - que no hubo ningún abandono en absoluto, porque ¿cómo podría el Amor abandonarse a Sí Mismo?

(1:6-9) «No hay otra voluntad que la Voluntad del Amor. El miedo es un sueño, y no tiene una voluntad que pueda estar en conflicto con la Tuya. Estar en conflicto es estar dormido; la paz, estar despierto. La muerte es una ilusión, y la vida, la verdad eterna.» 

Puedes recordar que la Lección 190: “Elijo el júbilo de Dios en lugar del dolor”, concluye con un ritmo similar. Las palabras son diferentes, pero el significado y la presentación son lo mismo:

“Éste es el día en que te es dado comprender plenamente la lección que encierra dentro de sí todo el poder de la salvación: el dolor es una ilusión; el júbilo es real. El dolor es dormir; el júbilo, despertar. El dolor es un engaño, y sólo el júbilo es verdad.” (W-pI.190.10:3-6)

(1:10-11) «Nada se opone a Tu Voluntad. El conflicto no existe, pues mi voluntad es la Tuya.»

Nuestras vidas como seres físicos y psicológicos - sombras del problema de la autoridad con Dios - están basadas en la oposición y el conflicto. Si no nos defendemos, otros nos atacarán y acabarán con nuestra existencia, por lo que siempre necesitamos estar comprometidos con la autoprotección. Finalmente, sin embargo, nos damos cuenta de que hay algo equivocado con esta vida de ataque-defensa, y podemos elegir de nuevo, como Jesús nos dice ahora:

(2) «El perdón nos muestra que la Voluntad de Dios es una sola y que la compartimos. Contemplemos los santos panoramas que hoy nos muestra el perdón, de modo que podamos encontrar la paz de Dios. Amén.»

El perdón deshace la falsa percepción de conflicto al poner fin al sueño de que tú y yo estamos separados, separados por pensamientos de culpa y juicio, dolor y sufrimiento. La percepción verdadera revela un mundo limpio de pecado, a medida que recordamos nuestro interés compartido de encontrar la paz de Dios y volver a casa:

“...una visión de un mundo diferente, tan nuevo, depurado y fresco que os olvidaréis de todo el dolor y miseria que una vez visteis.” (T-31.VIII.8:4) "

Del libro "Viaje a Través del Libro de Ejercicios de UCDM" por el Dr. Kenneth Wapnick.












LECCIÓN 331
El conflicto no existe, pues mi voluntad es la Tuya.

Comentada por:
Oscar Gómez Díez 

Que origina el conflicto? O mejor dicho, ¿que origina nuestra creencia en el conflicto.? "Estar en conflicto es estar dormido; la paz, estar despierto." estar en conflicto solo es posible en un sueño de separación.

 ¿Pero como la separación nos conduce al conflicto? Porque hemos creado una identidad falsa de nosotros mismos. Una voluntad ilusoria que cree haber reemplazado la Voluntad de Dios. Fabricamos un mundo dual, a la vez que perdimos la plenitud y la abundancia del estado del Cielo, vivimos en permanente estado de carencia, por lo que luchamos por los recursos que creemos escasos. La culpa y las carencias alimentan los conflictos. 

El sufrimiento es la consecuencia de juzgar, condenar y atacar a mis hermanos, pero con ello no estoy haciendo nada  más que atacarme a mi mismo. 

ORACIÓN DEL DIA:

"Padre, ¡qué absurdo creer que Tu Hijo podía causarse sufrimiento así mismo! ¿Cómo iba él a poder planear su condenación sin que se le hubiera provisto de un camino seguro que lo condujese a su liberación? Me amas, Padre, y nunca habrías podido dejarme en la desolación, para morir en un mundo de dolor y crueldad. ¿Cómo pude jamás pensar que el Amor se había abandonado a Sí Mismo? No hay otra voluntad que la Voluntad del Amor. El miedo es un sueño, y no tiene una voluntad que pueda estar en conflicto con la Tuya. Estar en conflicto es estar dormido; la paz, estar despierto. La muerte es una ilusión, y la vida, la verdad eterna. Nada se opone a Tu Voluntad. El conflicto no existe, pues mi voluntad es la Tuya."

En el fondo de todo conflicto, subyace la creencia que hemos fabricado una voluntad distinta a la de Dios.

 Como podemos acabar con el conflicto? Uniendo nuestra voluntad con la de Dios, pues es la única Voluntad real, uniendo nuestra voluntad a la del Amor todo abarcante que une e integra a toda la Creación, retornamos al estado de plenitud y abundancia al que tenemos derecho como el perfecto Hijo de Dios, en resumen, recordando quienes somos realmente. 

Regresaremos a nuestro Padre cuando tengamos la certeza que "No hay otra voluntad que la Voluntad del Amor." y  lo logramos a través del perdón, que remueve la creencia en la separación, y restablece el amor que somos, nuestra indisoluble unidad con la Voluntad de Dios. "El perdón nos muestra que la Voluntad de Dios es una sola y que la compartimos." 

El perdón nos muestra el mundo real, el mundo feliz y perdonado, el mundo que nos conduce a la paz de Dios. "Contemplemos los santos panoramas que hoy nos muestra el perdón, de modo que podamos encontrar la paz de Dios. Amén." el perdón es el mecanismo que nos abre las puertas del Amor en nuestros corazones, y nos conduce hacia un estado de paz y plenitud por siempre anhelado y por siempre nuestro, pues el Amor siempre nos ha esperado así lo hayamos negado. 

El Amor nunca se olvida de Sí Mismo, pues el Amor como Dios simplemente es. No hay nada que el Amor no pueda hacer, pues Dios y el Amor son dos formas de expresar una única Realidad inmortal. 

PRACTICA:

Repasa el tema especial de esta sección, titulado "12. ¿Qué es el ego?" Trate de leer y repetir cuantas veces puedas la idea  y la oración del día, y si logras   memorizarlas mucho mejor, hazlas tuya, pues es la manera como buscaremos comunicarnos con Dios todos los días; luego guardamos silencio para escuchar Su amorosa respuesta, tal como nos lo dice Jesús a continuación:

"Y ahora aguardamos silenciosamente. Dios está aquí porque esperamos juntos. Estoy seguro de que Él te hablará y de que tú le oirás. Acepta mi confianza, pues es la tuya. Nuestras mentes están unidas. Esperamos con un solo propósito: oír la respuesta de nuestro Padre a nuestra llamada, dejar que nuestros pensamientos se aquieten y encontrar Su paz, para oírle hablar de lo que nosotros somos y para que Él Se revele a Su Hijo." (L- 221.2:1-6)

No te olvides de realizar tus meditaciones cada mañana y cada noche, si puedes dedicarle media hora o más seria excelente, lo mismo que los recordatorios cada hora, y de responder a toda tentación con la idea del día, pero sobretodo que sea una práctica gratificante, pues ahora el tiempo pasa a un segundo plano. Cuando estamos con Dios el tiempo no existe pues estamos con el Señor de la eternidad. Los momentos que le dedicamos a Dios son instantes santos que nos dedicamos a nosotros mismos, a nuestro amor, nuestra paz y nuestra felicidad.  








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BENDICIONES!






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