Pregunta 3. ¿Qué es el mundo?

Pregunta 3 ¿Qué es el mundo?






AUDIOS de la Pregunta 3
de CELEBRANDO EL MILAGRO

Lectura de la Pregunta 3
A través de Mariano Noé.


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a través de Martin Musarra


Tema de especial relevancia 3
comentada por Jorge Luis Álvarez Castañeda


Pregunta 3. ¿Qué es el mundo?

1. El mundo es una percepción falsa. 2Nació de un error, y no ha abandonado su fuente. 3Persistirá mientras se siga abrigando el pensamiento que le dio vida. 4Cuando el pensamiento de separa­ción haya sido sustituido por uno de verdadero perdón, el mundo se verá de una manera completamente distinta; de una manera. que conduce a la verdad en la que el mundo no puede sino desaparecer junto con todos sus errores. 5Ahora su fuente ha desaparecido, al igual que sus efectos.

2. El mundo se fabricó como un acto de agresión contra Dios. 2Es el símbolo del miedo. 3Mas ¿qué es el miedo sino la ausencia de amor? 4El mundo, por lo tanto, se fabricó con la intención de que fuese un lugar en el que Dios no pudiese entrar y en el que Su Hijo pudiese estar separado de Él. 5Esa fue la cuna de la percep­ción, pues el conocimiento no podría haber sido la causa de pen­samientos tan descabellados. 6Mas los ojos engañan, y los oídos oyen falsedades. 7Ahora es muy posible cometer errores porque se ha perdido la certeza.

3. Y para sustituirla nacieron los mecanismos de la ilusión, 2que ahora van en pos de lo que se les ha encomendado buscar. 3Su finalidad es servir el propósito para el que se fabricó el mundo, de modo que diese testimonio de él y lo hiciera real. 4Dichos meca­nismos ven en sus ilusiones una sólida base donde existe la ver­dad y donde se mantiene aparte de las mentiras. 5No obstante, no informan más que de ilusiones, las cuales se mantienen separadas de la verdad.

4. Del mismo modo en que el propósito de la vista fue alejarte de la verdad, puede asimismo tener otro propósito. 2Todo sonido se convierte en la llamada de Dios, y Aquel a quien Dios designó como el Salvador del mundo puede conferirle a toda percepción un nuevo propósito. 3Sigue Su Luz, y verás el mundo tal como Él lo ve. 4Oye sólo Su Voz en todo lo que te habla. 5Y deja que Él te conceda la paz y la certeza que tú desechaste, pero que el Cielo salvaguardó para ti en Él.

5. No nos quedemos tranquilos hasta que el mundo se haya unido a nuestra nueva percepción. 2No nos demos por satisfechos hasta que el perdón sea total. 3Y no intentemos cambiar nuestra función. 4Tenemos que salvar al mundo. 5Pues nosotros que lo fabricamos tenemos que contemplarlo a través de los ojos de Cristo, de modo que aquello que se concibió para que muriese pueda ser restituido a la vida eterna.











TEMA DE ESPECIAL RELEVANCIA 
LIBRO DE EJERCICIOS 

3. ¿Qué es el mundo?


Comentada por:
Jorge Luis Álvarez Castañeda

Jesús nos dice en el tema especial 3. *¿Qué es el mundo?*:

_”El mundo es una percepción falsa. Nació del error y no ha abandonado su fuente”_.

Recordemos la relación entre proyección y percepción. Lo que veo, en mi interior, es lo que proyecto, lo que percibo, afuera. Percibo falsamente porque tengo pensamientos falsos originados en la creencia de la separación de Dios lo cual se traduce en pensamientos de pecado, culpa y miedo que es lo que creo ver afuera. El mundo externo a mí, que creo ver, se relaciona con los pensamientos de conflicto que dominan mi mente. Si aplicamos la lección 241 puedo, mediante el perdón, sanar mi mente en el instante santo y, en consecuencia, ese mundo de conflicto que creo ver, lo veré con la visión de Cristo: veré un mundo perdonado, de paz y de amor y contribuiré, de esa manera, a La salvación. El mundo que veo nació del error y no ha abandonado su fuente, nos dice Jesús. Es decir, no ha abandonado la mente que lo concibió por eso, es en la mente, donde tenemos que hacer los cambios, no en el mundo que percibimos.


Nos dice Jesús:. 

_”Cuando el pensamiento de separación haya sido substituido por uno de verdadero perdón, el mundo se verá de una manera completamente distinta; de una manera que conduce a la verdad en la que el mundo no puede sino desaparecer con todos sus errores. Ahora su fuente ha desaparecido, al igual que sus efectos”_.

Recordemos que, Jesús, nos está hablando es de cambiar el mundo que tenemos en nuestra mente, orientado por el ego. Que vayamos a los instantes santos, al santo altar al Nombre de Dios, en nuestra mente, ante el cual depositamos las azucenas de nuestro perdón, donde nos llenamos de la visión de Cristo con la cual llevamos paz y amor a nuestros hermanos. Ese es el proceso para deshacer el mundo del ego. La lección 242 nos habla de confiar en el Espíritu Santo para que nos ayude a salir del mundo del ego porque no lo entiendo, pero Él sí sabe lo que me conviene en todo lo relacionado con mi regreso a Dios. En el proceso de deshacer el mundo del ego es importante decir de corazón: *Este día se lo dedico a Dios. Es el regalo que le hago*.


Continúa Jesús: 

_”El mundo se fabricó como un acto de agresión contra Dios. Es el símbolo del miedo. ¿Más que es el miedo sino la ausencia de amor?”_

Fabricamos el mundo para ratificar nuestra separación de Dios. Para esconder nuestra culpa y el miedo en las múltiples separaciones que nos inventamos para tratar de entender este mundo y eludir nuestra responsabilidad. Este mundo es una inmensa distracción para no asumir nuestra responsabilidad y perdonar la creencia en la separación. Este es el símbolo del miedo a Dios. Creemos que Dios nos va a castigar, lo cual no es cierto porque, por el principio de la Expiación la separación de Dios, nunca ocurrió. Como creemos que es cierto, Dios, creó al Espíritu Santo para que nos ayude a salir de este sueño del cual no queremos despertar. El Espíritu Santo nos va a enseñar de todo el amor de que somos capaces para superar, así, el miedo. En la lección 243, Jesús, nos dice que no juzguemos nada de lo que ocurra porque no sabemos nada y los juicios lo que hacen es fomentar la separación. En vez de juzgar, perdonar. Y los juicios se los dejamos al Espíritu Santo. Esa es la salida.

Continúa Jesús:

_”El mundo, por lo tanto, se fabricó con la intención de que fuera un lugar en el que Dios no pudiese entrar y en el que Su Hijo pudiese estar separado de Él. Esa fue la cuna de la percepción, pues el Conocimiento no podría haber sido la causa de pensamientos tan descabellados”_.    

Cuando se estaba en la Unidad, en Dios, en el Conocimiento, no existía la percepción. Con la creencia en la separación surge la división entre un sujeto que percibe algo y un objeto que es percibido por el sujeto. Surgen las polaridades para poder hacer comparaciones: grande- pequeño, luz- obscuridad, vida-muerte, etc., etc. Las comparaciones, a su vez, sirven para mantener las diferencias en grados y niveles y sustentar, de esa manera, el deseo de ser especial.

 Continúa Jesús:

_”Más los ojos engañan y los oídos oyen falsedades. Ahora es posible cometer errores porque se ha perdido la certeza”_ 

Los sentidos del cuerpo nos engañan y los utilizamos de acuerdo al maestro que pongamos como guía: el ego o el Espíritu Santo. En la lección 244 veíamos que *No estoy en peligro en ningún lugar del mundo*. Con el Espíritu Santo ya los sentidos no nos engañarán más y es posible avanzar hacia la certeza que habíamos perdido con el ego. Recordemos que la percepción depende de los pensamientos que tenga. Si tengo pensamientos de paz y de amor eso será lo que buscaré y encontraré en el mundo. O lo contrario. Es mi decisión siempre definir qué es lo que quiero ver en el mundo.

Nos dice Jesús:

_”Ahora es posible cometer errores porque se ha perdido la certeza. Y para substituirla nacieron los mecanismos de la ilusión, que ahora van en pos de lo que se les ha encomendado buscar”_. 

Se ha perdido la certeza porque hemos dejado la Certeza de Dios, del Conocimiento, y hemos caído en el reino de la percepción, de la subjetividad, de las comparaciones e interpretaciones individuales que sustentan la separación. Los sentidos que utilizamos en la percepción nos engañan porque se adaptan a lo que queremos ver y oír en el camino de seguir manteniendo nuestros pequeños mundos particulares que sustentan nuestro especialismo con base en ilusiones.

Nos dice Jesús:

_”Su finalidad es servir el propósito para el que se fabricó el mundo, de modo que diera testimonio de él y lo hiciera real. Dichos mecanismos ven en sus ilusiones una sólida base donde existe la verdad y donde se mantiene aparte de las mentiras. No obstante, no informan más que de ilusiones, las cuales se mantienen separadas de la verdad”_.
 
Las ilusiones, lo que hacen es fabricar los mundos particulares con los cuales mantenemos la separación, cada uno de los hermanos centrados en sus pequeños proyectos para mantener, así, su deseo de ser especial. Y estos mundos particulares que, en conjunto, forman el gran mundo de la ilusión del ego, se pretende contraponer a la verdad. Recordemos que la verdad hace relación a Dios, a lo trascendente, a lo eterno, a la totalidad, a la Unidad, que no puede ser destruida, se nos da como parte de nuestra verdadera identidad, no lo adquirimos, la verdad, es dicha, grandeza, perfección, santidad, inocencia, la verdad hace relación al hecho de que fuimos creados por Dios y no por el ego. La verdad se contrapone a las ilusiones. Para descubrir la verdad hay que decidirnos a renunciar a las ilusiones siempre de la mano del Espíritu Santo y de Jesús y mediante el perdón y siguiendo la enseñanza de la lección 246: *Amar a mi Padre es amar a Su Hijo*

Continúa Jesús:

_”Del mismo modo que el propósito de la vista fue alejarte de la verdad, puede así mismo tener otro propósito. Todo sonido se convierte en la llamada de Dios, y Aquel a quien Dios designó como el Salvador del mundo puede conferirle a toda percepción un nuevo propósito”_. 

El papel del Espíritu Santo es utilizar el cuerpo, sus sentidos y la percepción como medio de comunicación al servicio del plan de Dios para la salvación. Los sentidos al servicio del ego nos dan cuenta de separación y de argumentos que la sustenten. Con el Espíritu Santo, con la visión de Cristo, no se verá separación sino unidad. Y si a la visión de Cristo le sumamos el perdón, como vimos en la lección de hoy, no veremos sino la impecabilidad de nuestros hermanos que es la misma nuestra, no veremos sino al Hijo de Dios en nuestros hermanos y dejaremos de verlos como enemigos para convertirlos en nuestros salvadores.


Continúa Jesús: 

_”Sigue Su Luz, y verás el mundo tal como Él lo ve. Oye sólo Su Voz en todo lo que te habla. Y deja que te conceda la paz y la certeza que tú desechaste, pero que el Cielo salvaguardó para ti en Él”_. 

Tenemos un Guía excelente que siempre nos está recordando nuestra verdadera identidad como Hijo de Dios, que siempre nos está hablando de paz, de amor, de dejar a un lado los resentimientos, los odios y que nos llama a perdonar la manera equivocada como vemos a nuestros hermanos en los cuales proyectamos nuestras culpas y miedos. En la lección 248, Jesús, nos dice: *Lo que sufre no forma parte de mí* y nos llama a renegar de la falsedad del ego y retornar a la verdad. Y para poderlo logar necesitamos el Espíritu Santo para ayudarnos a corregir la manera como vemos el mundo: de un lugar de sufrimiento y dolor en un aula de aprendizaje para aprender a perdonar. Es maravilloso saber que contamos con tan excelente guía. Es cuestión de decidirnos a pedir Su Ayuda, ya. 


Jesús nos dice:

_”No nos quedemos satisfechos hasta que el mundo se haya unido a nuestra nueva percepción. No nos demos por satisfechos hasta que el perdón sea total. Y no intentemos cambiar nuestra función”_. 

Nuestra función es perdonar. El perdón es la salida tal como vimos en la lección 249: *El perdón pone fin a todo sufrimiento y a toda sensación de pérdida*. Se trata de cambiar la visión del ego por la visión del Espíritu Santo: la percepción verdadera. Un curso de milagros es un curso para alcanzar la paz. Y la paz no la podemos adquirir si no perdonamos. Jesús nos llama al perdón total.

 Jesús, en _“El canto de la oración”_ nos enseña que hay dos tipos de perdón: _El perdón-para-destruir_ o perdón del ego. Así nos dice en la sección 2 apartado I de El canto de la oración:

_”El perdón-para-destruir no pasará por alto ningún pecado, ningún crimen, ni ninguna traza de culpa que pueda buscar, encontrar y “amar”. Amado de su corazón es el error, y las faltas lucen enormes, y crecen y se agrandan ante su mirada. Selecciona cuidadosamente todas las cosas perversas y pasa por alto lo amoroso como si de una plaga se tratase: algo odioso teñido de peligro y de muerte… Aprende, entonces, que Dios te ha dado los medios a través de los cuales puedes retornar a Él en paz. *No veas el error*. No lo hagas real. Selecciona lo amoroso y perdona el pecado al elegir en su lugar la faz de Cristo”. O. II. I. 2:2-4, 3: 3-4
 
Este perdón del ego se manifiesta en expresiones como “perdono, pero no olvido” y “esto no lo perdona ni Dios”. También, en este razonamiento: “a pesar de la falta tan terrible que cometiste, yo que tengo buen corazón, que soy tan noble…te perdono.” O sea, el que perdona se coloca por encima de la persona a la que dice perdonar. Manteniendo, de esta manera, la separación y el especialismo. También, busca manipular al hermano y conseguir de él determinadas situaciones que lo favorezcan.

La alternativa al perdón del ego es _el perdón- para- salvar_. No está centrado en ver el error como en el caso del ego. Lo hace con la mediación del Espíritu Santo. Sólo hay que hacerse a un lado y dejar que Él haga su tarea. No nos corresponde interferir. Sólo confiar en Él.

Nos dice Jesús:
 
_”No nos quedemos satisfechos hasta que el mundo se haya unido a nuestra nueva percepción. No nos demos por satisfechos hasta que el perdón sea total. Y no intentemos cambiar nuestra función”_.

Nuestra principal función en este mundo es el perdón. Un curso de milagros es un curso para aprender a perdonar. Ya hemos estudiado que existe el perdón del Espíritu Santo, el perdón para sanar que no ve el error en el hermano. Al que tenemos que perdonar totalmente. Si en nuestra mente hay situaciones que no hemos perdonado, que nos generan resistencia hacerlo: pidamos ayuda, aquietémonos y confiemos en que se nos prestará la ayuda para hacerlo. Recuerden que nunca perdonamos solos como vimos en la lección 46 *Dios es el Amor en el que perdono*.

Finalmente nos dice Jesús:

_”Tenemos que salvar el mundo. Pues nosotros que lo fabricamos tenemos que contemplarlo a través de los ojos de Cristo, de modo que aquello que se concibió para que muriese pueda ser restituido a la vida eterna”_.

La visión de Cristo nos permite sanar nuestra mente, llenarla de milagros y perdonar a nuestros hermanos, de tal manera, que reemplacemos este mundo de conflicto del ego por el mundo de paz y de amor del Espíritu Santo. La oración de la lección 250 *Que no vea ninguna limitación en mí* es una hermosa manera de hacerlo:

_”Él es Tu Hijo, Padre mío. Y hoy quiero contemplar su ternura en lugar de sus ilusiones. Él es lo que yo soy, y tal como lo vea a él, me veré a mi mí mismo. Hoy quiero ver verdaderamente para que en este mismo día pueda identificarme con él”_. 







3. "¿QUÉ  ES  EL  MUNDO ?"

Comentado por:
Oscar Gómez Díez 
 
"El mundo es una percepción falsa." para alguien que no sea un estudiante de Un Curso de Milagros, esta definición del mundo puede ser desconcertante. Incluso para un estudiante del Curso que no haya estudiado el Texto o el Manual del Maestro, tendrá dificultad para comprenderla en una primera lectura,  sin el contexto de otros desarrollos conceptuales sobre el mundo expuesto en el Curso, diferentes al que estamos analizando ahora. 

¿CÓMO SE AUTO DEFINE  EL MUNDO?

El diccionario de la  academia de la lengua nos  dice que el mundo es el: "Conjunto de todas las cosas creadas." que es lo mismo que decir el conjunto de seres humanos, o el conjunto de la sociedad  o civilización, o el planeta, y el conjunto de planetas y galaxias. En otras palabras, el mundo es todo lo que vemos y sentimos fuera de nosotros, que percibimos externo a nosotros. A ese mundo que  vemos y percibimos externo a nosotros,  es lo que el Curso  define como "una percepción falsa." Ni más ni menos. 

"El mundo en sí no es nada. Tu mente tiene que darle significado. Y lo que contemplas en él es la representación de tus deseos, de modo que puedas verlos y creer que son reales." (L -132 4:1-3)

 El mundo, como el tiempo y las circunstancias que parecen ocurrirnos son neutros, nosotros le damos o le quitamos significado, según lo interpretemos con el ego o con el Espíritu Santo. Por eso no somos víctimas del mundo ni de las circunstancias, somos víctimas de nuestros pensamientos y deseos. El mundo que experimentamos es el mundo que pensamos. Al cambiar nuestros pensamientos cambia nuestro mundo. 
"No hay ningún mundo aparte de lo que deseas, y en eso radica, en última instancia, tu liberación. Cambia de mentalidad con respecto a lo que quieres ver, y el mundo cambiara a su vez," si el mundo es una percepción falsa, una interpretación falsa, pues lo que debemos hacer es cambiar de mentalidad. La sanación está en nuestras manos, cuando asumimos la dirección de nuestra mente por  los senderos del amor y el  perdón.

Pero sigamos el hilo conductor de este texto, y precisemos que es percepción y que es una percepción falsa?

QUÉ ES  PERCEPCIÓN?:

"el término percepción hace alusión a las impresiones que puede percibir un individuo de un objeto a través de los sentidos (vista, olfato tacto, auditivo y gusto). Por otro lado, percepción es el conocimiento o la comprensión de una idea." en otras palabras, la percepción es una interpretación de lo que parece sucedernos fuera de nosotros y que lo captamos a través de los órganos sensoriales. 

Entonces nos surge la pregunta,  por qué el mundo es una percepción falsa?  Es una  interpretación  falsa, porque ha sido el resultado de nuestra proyección mental, el mundo es una fabricación mental de nuestro ego individual y colectivo, de la mente del Hijo de Dios que creyó separarse del Padre. Él mundo es la película mental de la separación. Pero en realidad no existe un mundo externo a mí (T.18.VI.1:1; T.12.III.6:7).

Imaginemos  por un momento, que no tenemos los órganos sensoriales (ojos, oídos, olfato, tacto, gusto), por lo tanto, no hay un aquí ni un allá, no hay espacio ni tiempo. No hay manera de percibir un espacio externo a mi, y tampoco un tiempo que mida la distancia entre dos puntos. Sin los órganos sensoriales no hay percepción, no hay mundo externo, el mundo externo que creemos percibir está delimitado por nuestros órganos sensoriales, por nuestro cuerpo. El cerebro procesa la información que le llega a través de los órganos de los sentidos, y la mente hace una interpretación de esa información, a través de nuestras memorias pasadas.

 Siempre vemos el pasado e imaginamos o tratamos de predecir el futuro. Nuestra mente parece ser la gran prisionera del cuerpo, de un mundo que nosotros mismos fabricamos. 

LA LUZ DE LA VERDAD:

Ahora imaginemos que nos desconectamos conscientemente de nuestros órganos sensoriales, (meditación profunda) no vemos ni sentimos nuestro mundo externo. Lo que veremos es nuestro mundo interno, allí no hay tiempo ni espacio, solo el eterno ahora, sólo hay luz que penetra toda  nuestra consciencia, eso es la meditación, y ésa es nuestra mente en su estado natural, libre de las ataduras del cuerpo, ilimitada, amorosa y en un estado de paz y dicha indescriptibles. Allí no hay percepción, no hay interpretaciones, sólo experiencia, un sentirse parte de la totalidad, un gozo infinito de fundirse en la luz que todo lo abarca. El mundo ha desparecido en su lugar está la majestuosidad de Dios. 

Eso es lo que  describen quienes han experimentado momentos místicos, y esa es nuestra realidad según el Curso de Milagros. 

Hay un hermoso pasaje del Curso que describe esta experiencia:

"I. La canción olvidada"

"8. Más allá del cuerpo, del sol y de las estrellas; más allá de todo lo que ves, y, sin embargo, en cierta forma familiar para ti, hay un arco de luz dorada que al contemplarlo se extiende hasta volverse un círculo enorme y luminoso. El círculo se llena de luz ante tus ojos. Sus bordes desaparecen, y lo que había dentro deja de estar contenido. La luz se expande y envuelve todo, extendiéndose hasta el infinito y brillando eternamente sin interrupciones ni límites de ninguna clase. Dentro de ella todo está unido en una continuidad perfecta. Es imposible imaginar que pueda haber algo que no esté dentro de ella, pues no hay lugar del que esta luz esté ausente." (T-21.I.8:1-6)
"9. Ésta es la visión del Hijo de Dios, a quien conoces bien. He aquí lo que ve el que conoce a su Padre. He aquí el recuerdo de lo que eres: una parte de ello que contiene todo ello dentro de sí, y que está tan inequívocamente unida a todo como todo está unido en ti. Acepta la visión que te puede mostrar esto y no el cuerpo." (T-21.I.9:1-4)

Cuando regresamos al cuerpo, volvemos al mundo pero ya no lo percibimos igual, pues habremos contemplado la verdad de lo que somos. 

"CUÁL ES LA VERDAD?:

En base a lo anterior, nos podemos preguntar ¿cual es la realidad? ¿Cuál es el verdadero mundo? La percepción falsa que me muestran los órganos de los sentidos? O la que muestra mi mundo interior? Lo que elijas será la  realidad para ti. El pensamiento que elijas le dará realidad a lo que  pienses. No puedo darle realidad a dos mundos a la vez. Si elijo el mundo externo, elijo al ego como mi maestro y me enseñará lo que sabe: separación, conflicto, sufrimiento, miedo, ataque, enfermedad y muerte. 

Si elijo el mundo interior, descrito en el pasaje de     "La canción olvidada" elijo, recordar quien soy realmente, elijo al Espíritu Santo como mi maestro y guía Quien me enseñará a perdonar para poder contemplar el amor infinito que soy y siempre he sido. 

En la canción olvidada  Jesús concluye con una  pregunta: *"¿Qué es un milagro, sino este recordar? ¿Y hay alguien en quien no se encuentre esta memoria?"*. (T-21.I.10:4-5) El milagro consiste en que recordemos el Cielo, y en ese momento, el mundo desaparece, lo habremos olvidado como un mal sueño. Hemos despertado en Dios. 

EL MUNDO NO EXISTE:

De ahí la contundente afirmación de la lección 132: "¡El mundo no existe! Éste es el pensamiento básico que este curso se propone enseñar."  (L- 132.6:2-3) si afirmamos que el mundo no existe, también estaríamos afirmando que el ego y todo su sistema de creencias no existen. Solo existe el Amor, y nada más que el Amor, esa es la enseñanza central de Un Curso de Milagros, cuando la reconozcamos y aceptemos podremos contemplar el mundo real. 

EL ERROR Y SU FUENTE:

Dios no creó el mundo (ver L.152.6-7), Dios no podría crear algo que niegue su propia naturaleza. Siendo Él inmortal no tiene sentido crear algo mortal, no es pensable que la eternidad cree el tiempo, o el Amor pueda  crear el miedo, ni lo invulnerable creando lo vulnerable, etc, Dios no está demente, nosotros sí. Que puede saber Dios de  lo efímero, de lo que se degrada y muere, cuando Él mora en la eternidad? 

El mundo "Nació de un error, y no ha abandonado su fuente." la fuente es el ego, la conciencia de la separación, la mente dividida en opuestos, que es la fuente  de sus propios conflictos y problemas. 

"Persistirá mientras se siga abrigando el pensamiento que le dio vida." el mundo persistirá hasta que no sanemos nuestra percepción a través del perdón. Hasta que no perdónenos totalmente nuestra creencia en la separación, y volvamos a la consciencia de unidad, volviendo al Amor. 

"Cuando el pensamiento de separación haya sido sustituido por uno de verdadero perdón, el mundo se verá de una manera completamente distinta; de una manera. que conduce a la verdad en la que el mundo no puede sino desaparecer junto con todos sus errores." cuando hayamos perdonado el pensamiento de separación, el mundo ilusorio desaparecerá junto con todos los errores que le dieron origen, en ese proceso contemplaremos un mundo feliz, el mundo real, el mundo perdonado, donde  todo lo percibimos desde el amor y la paz, esa es la antesala del Cielo, en ese instante Dios da el último paso y nos acoge en Sus Amorosos Brazos. 

"Ahora su fuente ha desaparecido, al igual que sus efectos." al desaparecer el pensamiento de separación ( causa), desaparece el mundo (efecto). Solo queda el amor, que es nuestra única realidad. 

PARA QUE SE FABRICÓ EL MUNDO?

*"El mundo se fabricó como un acto de agresión contra Dios."*. El mundo es  una creación falsa del Hijo, que en sueños buscaba crear diferente al Padre, y se olvidó reírse de tal pretensión, y la hizo real en su mente. *"como un acto de agresión contra Dios."*, no porque Dios crea que ha sido atacado pues es absolutamente  invulnerable, sino que así lo percibimos nosotros, por eso el mundo da origen a la culpa, al miedo, a los conflictos propios de un invento que buscaba negar al Amor. 

El mundo "Es el símbolo del miedo." 
Cómo lo único que fabricamos fue una idea opuesta a cómo crea Dios, fabricamos un mundo mortal, sujeto al tiempo y al espacio, que es vulnerable y que puede ser destruido, o enfermar o morir. El miedo originario, es el miedo a Dios, a su supuesto castigo, el miedo a la pérdida y el mayor miedo que percibimos es el miedo a la muerte, que oculta el principal miedo, el miedo a Dios, a un supuesto  castigo o  venganza divina. . 

"Mas ¿qué es el miedo sino la ausencia de amor?" Mientras el miedo nos arrastra hacia la separación, pues vemos el mundo como una amenaza o peligro, vemos enemigos en lugar de  hermanos. El amor nos conduce a la unidad,  y veremos hermanos en lugar de enemigos, pues al perdonar  ya no hacemos juicios ni condenas, por lo tanto, no percibimos miedo, solo Amor. 

"El mundo, por lo tanto, se fabricó con la intención de que fuese un lugar en el que Dios no pudiese entrar y en el que Su Hijo pudiese estar separado de Él." Dónde hay miedo, no podremos experimentar a  Dios, no porque Él no quiera, sino porque nosotros no alcanzamos a verlo, la percepción nos limita el acceso al conocimiento todo abarcante de Aquel que todo lo sabe y todo lo crea. 

PERCEPCION Y CONOCIMIENTO:

El mundo "fue la cuna de la percepción, pues el conocimiento no podría haber sido la causa de pensamientos tan descabellados." el mundo da lugar a una forma distorsionada de ver las cosas: la percepción, y mientras no la sanemos a través del perdón, no podremos volver al conocimiento, que es la comprensión todo abarcante que es un atributo de Dios y de Su Hijo en el estado del Cielo. La percepción da lugar al mundo. El conocimiento nos conduce  a la verdad, a las creaciones de Dios. 

"Mas los ojos engañan, y los oídos oyen falsedades. Ahora es muy posible cometer errores porque se ha perdido la certeza." los órganos de la percepción, ya sean ojos y oídos nos engañan pues son el mecanismo de la percepción. La Realidad jamás la podemos aprehender a través de la percepción, sólo a través del conocimiento. 

LA PERCEPCIÓN VERDADERA:

"Del mismo modo en que el propósito de la vista fue alejarte de la verdad, puede asimismo tener otro propósito." Si  el mundo es una interpretación falsa, y todavía creemos en ella, en su pedagogía sanadora el Espíritu Santo recurre a una reinterpretación del mundo, ya desde el amor y no desde el miedo, desde la paz y no desde el conflicto. Esa otra manera de ver las cosas, el Curso lo denomina la percepción verdadera que nos muestra el mundo real, el mundo feliz que sólo el perdón nos puede enseñar. 

"Pues nosotros que lo fabricamos tenemos que contemplarlo a través de los ojos de Cristo, de modo que aquello que se concibió para que muriese pueda ser restituido a la vida eterna." si contemplamos al mundo con los ojos del amor, con la visión de Cristo, entonces convertimos el mundo ilusorio en un mundo real, el sueño de sufrimiento en un sueño feliz, el sueño de conflicto en  un sueño de paz, y de esta manera llegamos a las puertas del Cielo, donde Dios dará el último paso y nos acogerá en Sus Brazos. 







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